23 September 2008

Los peligros del doble discurso: el caso carbono neutral

Portaldelmedioambiente
autor : Comunidades Ecologistas la Ceiba-AT | fuente : www.biodiversidadla.org | 23 Septiembre 2008

El cambio climático es sin lugar a dudas la problemática ambiental más grave que sufre hoy en día la humanidad. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el tema (IPCC) ha señalado en su último informe que la temperatura promedio de nuestro planeta ya empezó a incrementarse y podría elevarse entre 3 y 6 grados centígrados durante el presente siglo si no se logran reducciones de emisiones de Dióxido de Carbono (CO2) en el orden del 60-80%. Sin embargo, pese a la gravedad del tema, los gobiernos y las empresas a menudo lo abordan mediante el doble discurso.

En vez de asumir con responsabilidad este desafío y promover reducciones reales y concretas de emisiones mediante la disminución del uso de combustibles fósiles se limitan a utilizar el juego de las compensaciones y mercados del carbono. Se mantienen de esta manera los mismos niveles de consumo y producción de CO2 mientras se compran a manera de indulgencia o con intención publicitaria las reducciones que supuestamente otros han llevado a cabo.

Mas que reducir emisiones de su fuente, el Carbono Neutral enfatiza la compensación mediante el comercio de las emisiones. El problema es que a menudo los créditos de carbono ( un crédito es igual a una tonelada de carbono que supuestamente se deja de emitir o se retira de la atmósfera) que se venden en los mercados no son tan confiables, ni tienen la “calidad” y los niveles de permanencia para garantizar que el clima no continúe por la ruta del calentamiento.

Uno de los esquemas de compensación utilizados, por ejemplo, está relacionado a la siembra de arbolitos. En teoría los arbolitos crecen y fijan en su madera carbono que toman de la atmósfera. A menudo se dice que sembrar 2 hectáreas de bosque tropical compensa el carbono emitido por europeo promedio durante un año. Pero no se especifica que no es bosque lo que se siembra si no plantaciones de monocultivos de árboles que hacen uso de grandes cantidades de insumos agropecuarios y destruyen la biodiversidad. A menudo también se dice que con $25 se financia la siembra de cinco arbolitos que compensan el carbón emitido durante un viaje en avión para llevar a cabo turismo C-neutral. Pero nadie garantiza el futuro de los arbolitos, no se sabe si son árboles grandes que ya fijaron el gas que se va a emitir o si por el contrario su siembra es apenas un proyecto; a menudo ni siquiera se garantiza la sobrevivencia del primer año. Mucho menos se informa si las compañías encargadas de la siembra desplazaron campesinos o indígenas para sembrar esos arbolitos.

No se reflexiona tampoco, sobre el hecho de que las cuentas de carbono no son para nada exactas, que las estimaciones de fijación de CO2 por parte de una plantación de árboles posee niveles altos de incertidumbre por lo que las emisiones del viajero tienen también una alta probabilidad de continuar flotando en la atmósfera.

En Costa Rica, la actual política oficial para enfrentar el Cambio Climático se limita al discurso C-Neutral. Se publicita la siembra de 5 millones de arbolitos durante el 2007, pero no se menciona que el 90 % fueron árboles de especies exóticos de crecimiento rápido que son sembrados por empresas como parte de su negocio regular. No se menciona tampoco que estos arbolitos van a ser cortados mediante tala rasa en un lapso relativamente corto y que una buena parte serán aprovechados en la fabricación de tarimas utilizadas en la exportación de frutas. Estas tarimas por lo general se desechan a los pocos días, liberando el carbono fijado. No es casual que la primera empresa en declararse C- Neutral fue justo una transnacional productora de fruta. La misma declaró que iba a neutralizar únicamente las emisiones producto del transporte terrestre de su fruta en Costa Rica mediante la compra de créditos de carbono a la institución que justamente subvenciona las plantaciones de arbolitos utilizados en la producción de tarimas.

En el fondo nada cambia. Mientras los mercados de carbono han crecido exponencialmente alcanzando tasas de crecimiento de hasta el 300 % en los últimos años, generando intercambios por montos que alcanzan varios cientos de millones de euros al año, las emisiones también han continuado creciendo exponencialmente mientras las inversiones en la producción de combustibles fósiles han tenido un incremento de un 70%, llegando a los 340 millones de euros anuales hacia la mitad de la década actual. En otras palabras, los mercados de carbono no nos están ayudando a disminuir nuestra dependencia a consumir combustibles fósiles.

Claro que conservar bosques y sembrar árboles nos ayuda a paliar el Cambio Climático. Por supuesto que los países industrializados cargan con una deuda ecológica y climática para con el resto del mundo. Pero el mercado libre y voluntario no es la manera de saldar esa deuda ni de financiar la conservación de bosques. Se deben establecer, a nivel internacional, cánones y regulaciones drásticas a la contaminación de la atmósfera. Se necesita crear, a partir de estos cánones, fondos internacionales de fomento a la restauración y conservación de bosques cuya administración incluya la participación de los pueblos indígenas y las comunidades relacionadas al bosque. Se requiere erradicar también la íntima relación que se ha gestado entre los gobiernos y las empresas del petróleo, del transporte y de la fabricación y comercialización de vehículos para empezar a fomentar políticas alternativas que nos desintoxiquen de los combustibles fósiles. Urge promover, tal y como lo señalan organizaciones ecologistas y campesinas en todo el mundo, la soberanía alimentaria sustentada en la parcela campesina , en sistemas agroforestales y en mercados locales, que reduzcan drásticamente las necesidades de transporte masivo de alimentos y de uso de agroquímicos que caracteriza la producción agropecuaria actual.

¡Hay mucho por hacer como para estar perdiendo el tiempo con el juego de las indulgencias climáticas y los mercados de carbono!; estos están atrasando los cambios estructurales que requieren las sociedades libres de combustibles fósiles y en el mejor de los casos no son sino un paliativo que permite perpetuar por unos añitos más el devastador modelo actual de desarrollo.

22 September 2008

Indigenous Groups Criticize Climate Talks

From: Ben Block, Worldwatch Institute, More from this Affiliate
Environmental News Network
Published September 22, 2008 09:32 AM

/climate/article/38244

As international climate negotiations move closer to including forests in the successor agreement to the Kyoto Protocol, indigenous and traditional peoples realize they have either a lot to gain or everything to lose.

If industrialized countries are allowed to purchase the carbon rights of forests, groups from the Americas, Africa, and Asia fear their ancestral lands may be taken away. They worry that the benefactors of the carbon market will be governments or wealthy landholders, and not them.

At a time when their concerns should be at the forefront of debates, the venues for indigenous peoples to express themselves have so far been limited. They are granted observer status at United Nations climate negotiations, but they do not have voting rights - leading many to demand a stronger voice in the process.

"When you don't have recognized status, you're not existent. You're not at the table," said Kanyinke Sena, the Indigenous People of Africa Coordinating Committee's Eastern Africa representative.

Forests were not considered as carbon sinks in the Kyoto Protocol, but realization that deforestation accounts for almost 18 percent of global greenhouse gas emissions has led to their reconsideration. Industrialized nations may be allowed to offset their emissions by paying developing nations to protect their forests, known as reducing emissions from deforestation and forest degradation (REDD).

Several indigenous groups initially opposed REDD due to their suspicion that it would be another form of Western land-grabbing. But climate negotiators say a solution would ideally benefit the traditional stewards of the world's forests through some sort of financial compensation. As awareness grows about the potential benefits for forest peoples, some indigenous leaders are shifting towards wary support. But they still emphasize that without official land rights for indigenous peoples, REDD will likely lead to further suffering.

Indigenous representatives from across the globe have joined The Forest Dialogues - a gathering of environmentalists, business leaders, financial donors, and government officials who are forming a joint policy recommendation on REDD. Their inclusion should lead to a greater presence in the REDD debate.

"This is the first time indigenous and non-indigenous groups are meeting at this type of forum," said Parshuram Tamang, the International Alliance of Indigenous and Tribal Peoples of Tropical Forests' climate negotiations representative and a member of the Tamang ethnic group of Nepal. "This is very important for indigenous people."

The presence of indigenous groups at the dialogues' meetings has helped shape a consensus, which although it has yet to be finalized, stresses the "fundamental importance of the free, prior, and informed consent of Indigenous Peoples, small forest owners, and local communities."

Participation in the dialogue meetings, held last week at the World Bank, has also provided indigenous leaders with access to a network of influential forestry officials. Leaders of the Amazon Alliance, representatives of indigenous organizations and NGOs from nine South American countries, hand-delivered a letter to World Bank President Robert Zoellick that demanded the Bank "cease its exclusion of indigenous peoples and the violation of our rights." Zoellick told them that the bank will try to work on these issues.

The alliance's letter also accused the bank of ignoring indigenous people in a REDD pilot program that was launched in July with 14 tropical nations. "I am trying to show the World Bank that indigenous people are well organized," said Juan Carlos Jintiach, the alliance's executive co-director and a member of the Shuar tribe of Ecuador. "I don't want them to ever forget us. There are not just trees there; there are human begins there now."

Despite the criticisms, the pressence of indigenous peoples at United Nations Framework Convention on Climate Change meetings has increased recently, according to Steve Schwartman, co-director of the Environmental Defense Fund's international program. "More indigenous leaders are there participating as observers," he said. "There is much more discussion going on about it. Issues are slowly gaining visibility."

Also, the World Bank has held several workshops with indigenous leaders in Africa, Asia, and Latin America this year to inform them about the REDD negotiations. And the United Nations Permanent Forum on Indigenous Issues made climate change awareness a theme of its annual meeting in April.

But for leaders such as Tamang, being informed is not enough. "[The U.N.] should give indigenous people specialty status... because we are affected by the decision," he said. "We are the victims of climate change and we are the impact of a solution to climate change."

Ben Block is a staff writer with the Worldwatch Institute. He can be reached at bblock@worldwatch.org.

18 September 2008

La pita, un recurso útil de la selva mexicana


La pita es actualmente el producto no maderable más redituable de las selvas mexicanas, asegura el doctor Alejandro de Ávila

Vidal PINEDA VÁSQUEZ
17/09/2008, 19:09:01 PM


En el marco de exposición denominada "La pita, seda de la selva", recientemente inaugurada en las instalaciones del Museo Textil de Oaxaca (MTO), ayer miércoles, Alejandro de Ávila, curador de este museo, ofreció una conferencia para profundizar más sobre este material.

La pita es actualmente el producto no maderable más redituable de las selvas mexicanas, señaló el doctor Alejandro de Ávila, al abordar temas como: la ecología de la planta, el procesamiento de la fibra, y la técnica y el arte de los piteros, que tienen su cuna en Oaxaca.

Con relación la conferencias, cabe señalar que la exposición montada en las instalaciones del MTO, ofrecen una muestra donde se pueden apreciar distintos ejemplos de la utilización de la pita, las salas ofrecen al espectador un panorama que le permite conocer los orígenes de este hilo, la pita es una planta de la familia de la piña (bromeliáceas) que encontramos silvestre a la sombra de las selvas húmedas desde Veracruz y el norte de Oaxaca, hasta Venezuela y Ecuador".

Ávila dio a conocer qué es la pita, y cómo se trabaja "la fibra que se extrae de las hojas es excepcional desde muchos puntos de vista. Su longitud, finura, brillo y resistencia hacen de ella un material comparable a la seda, aunque tiene mayor rigidez".

Esta fibra, fuerte, blanca y tersa, se ha usado desde la antigüedad para torcer cuerdas y tejer redes que no se deterioran con la humedad y la sal. A partir de la época colonial, se empleó para coser zapatos y para adornar piezas de cuero con diseños bordados. Al independizarse México de España, el trabajo piteado se incorporó a la charrería como símbolo de nacionalismo. "Las sillas de montar bordadas con pita se convirtieron en el lujo más refinado de los caballeros mexicanos".

Por otra parte, la muestra "La pita, seda de la selva", puede ser presenciada dentro de las instalaciones del MTO, el cual se localiza en la esquina que forman las calles de Hidalgo y Fiallo.

¿Por qué un Día Internacional Contra los Monocultivos de Árboles?

Portal del Medio Ambiente
fuente : Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales | 18 Septiembre 2008

Todos los “días internacionales” tienen que ver con asuntos problemáticos, de importancia mundial, que requieren ser tratados por la sociedad toda. La expansión de los monocultivos de árboles ha generado tantos impactos sociales y ambientales que hizo surgir la idea de establecer un Día Internacional para plantear el tema a escala mundial. El 21 de setiembre fue la fecha elegida, siguiendo el camino de algunas redes locales de Brasil que, en 2004, decidieron declarar ese día (el Día del Árbol en dicho país) como día de lucha contra los monocultivos de árboles.

La fecha coincide con el Día Internacional de la Paz (ONU), que es precisamente lo que las comunidades locales afectadas por las plantaciones desean: paz para vivir en armonía con la naturaleza y con otros seres humanos. Las plantaciones de árboles están destruyendo dicha paz, y la necesidad de dedicar a este asunto un día específico a escala internacional se plantea por varios motivos.

El primero y más importante es que muchas personas, del Sur y del Norte, no tienen conocimiento alguno acerca de los impactos sociales y ambientales resultantes de los monocultivos de árboles a gran escala, y creen que plantar árboles es siempre positivo. Tampoco están al tanto del hecho de que estas plantaciones no apuntan a mejorar los medios de vida de las poblaciones locales sino a alimentar el consumo despilfarrador del Norte.

La situación antes mencionada es el resultado de una combinación de factores, entre los cuales se encuentra el hecho de que las voces de las poblaciones locales que luchan contra las plantaciones son silenciadas por el miedo, la represión o la nula difusión por parte de los medios que las vuelve invisibles. Tanto el miedo y la represión como la invisibilidad en los medios son consecuencia del poder político y económico de las empresas forestales, a menudo involucradas también en inversiones en otros sectores industriales, como la celulosa, la madera, el aceite de palma o el caucho. El poder de las empresas, que se manifiesta a través de diferentes mecanismos, les permite ejercer un control parcial o total sobre los gobiernos y los medios, con lo cual éstos se transforman en “socios” de sus inversiones. Como resultado de ello, siempre que las poblaciones locales luchan por sus derechos contra las empresas forestales, ellas y quienes las apoyan son llamados “agitadores” y “agitadoras”.

El poder de las empresas de plantación aumenta aún más gracias a los organismos internacionales, los departamentos forestales y las corrientes dominantes de profesionales forestales que, contra toda evidencia, insisten en definir a los monocultivos de árboles como “bosques plantados”, y en atribuirles funciones positivas similares a las de los bosques verdaderos. Como consecuencia, los opositores a las plantaciones son clasificados, o bien como ignorantes, o bien como poseedores de intenciones políticas ocultas.

Esta combinación de influencias empresariales, gubernamentales, profesionales y mediáticas es lo que mantiene a la mayoría de la gente en la ignorancia de los impactos negativos de los monocultivos de árboles. Claro que hay funcionarios gubernamentales, silvicultores y periodistas que se oponen a estas plantaciones o que, al menos, están abiertos a estudiar la evidencia existente, pero siguen siendo una minoría que sufre las mismas presiones impuestas por el poder.

Y por si esto fuera poco, las plantaciones de árboles a gran escala son promovidas actualmente como solución para el cambio climático, de dos maneras: por un lado, el parlamento europeo y otros están presionando a favor de los llamados agrocombustibles “de segunda generación” basados en la madera, que llevarán a la rápida expansión de las plantaciones de monocultivos de árboles, incluso de árboles genéticamente modificados. Por otro lado, varios países del Sur han avanzado en sus intentos de financiar la expansión de las plantaciones a gran escala como proyectos de compensación de carbono, o de utilizar las plantaciones de árboles para compensar la disminución de los bosques, cuando soliciten financiamiento de algún mecanismo posible en el marco de la Convención sobre Cambio Climático.

Tal es el contexto en el que se inserta este Día Internacional Contra los Monocultivos de Árboles. Ahora existe abundante evidencia documentada sobre los impactos sociales y ambientales de las plantaciones, pero los gobiernos, los organismos internacionales y las principales corrientes de silvicultores prefieren ignorarla. Hay muchísima información para difundir – sobre destrucción ambiental, violaciones de los derechos humanos, condiciones de trabajo extremas, impactos sobre las mujeres – pero los principales medios prefieren no publicar nada al respecto.

En este 21 de setiembre apuntamos, entonces, a dar visibilidad a los numerosos pueblos que luchan contra las plantaciones, como un medio de romper el círculo de silencio y mentiras que rodea su situación. Al mismo tiempo, nuestro objetivo es divulgar, tanto como sea posible, la evidencia que surge de esas luchas relativas a los impactos sociales y ambientales generados por esas plantaciones. A través de este medio queremos debilitar el apoyo de los gobiernos a las plantaciones y exponer a aquéllos que dan credibilidad a las plantaciones o que no informan al público sobre el tema.

Por último, deseamos enfatizar que la lucha contra las plantaciones es algo que ha sido impuesto a las comunidades, las cuales están, de hecho, defendiendo sus medios de vida y el medio ambiente local contra la codicia empresarial. Es una lucha indispensable para proteger los bosques, las praderas, los pantanos, la diversidad biológica, los suelos, el agua y las personas, todos los cuales están siendo afectados por estos vastos monocultivos de árboles. Es, en suma, una lucha por la vida.

Amigos de la Tierra Internacional - Coalición Mundial por los Bosques - Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales

17 September 2008

Vandana Shiva, Los monocultivos de la mente. Perspectivas sobre la biodiversidad y la biotecnología.

Rebelión, 17 de Septiembre de 2008
Reseña del libro Los monocultivos de la mente. Perspectivas sobre la biodiversidad y la biotecnología de Vandana Shiva,
El desafío de conservar la biodiversidad

El Viejo Topo

Vandana Shiva, Los monocultivos de la mente. Perspectivas sobre la biodiversidad y la biotecnología. Fineo editorial, Monterrey (México), 2008. Traducción de Ana Elena Guyer. 245 páginas

Acaso no sea inadecuado iniciar esta reseña dando cuenta de cuatro historias directamente relacionadas con las tesis defendidas en este ensayo de la física teórica, filósofa de la ciencia y fundadora de Navdaya, un movimiento de mujeres a favor de la diversidad y la integridad de los medios de vida, amén de directora de la Fundación de Investigaciones para políticas de Ciencia, Tecnología y Recursos Naturales de la India, Vandana Shiva

La primera habla de la soja y apunta críticamente a publicidades engañosas y a desinformaciones básicas. Los chinos de antaño consideraban a la soja como un tesoro nacional, no como un alimento. De hecho, la consideraban incomible: sabían que la ingestión de soja hacía enfermar de diferentes maneras, y que era casi imposible de digerir produciendo aventamiento intestinal. Sabemos hoy que la soja está repleta de antitripsinas, moléculas que no permiten la digestión más elemental de la proteína en la dieta, y de ácido fítico, un ácido que interfiere con la absorción de los minerales esenciales del alimento. Ambas substancias son consideradas por ello antinutrientes. ¿De dónde entonces el aprecio por la soja? Los chinos habían descubierto que sus raíces capturaban nutrientes del aire, fijaban el nitrógeno, que usaban como "estiércol verde" para enriquecer la tierra (el símbolo escrito chino para referirse a la soja es una raíz). Hasta que descubrieron que la fermentación prolongada podía neutralizar la mayoría de sus potentes toxinas, no lo comenzaron a usar como el condimento chiang. El natto aparece en 1.000 a.n.e. y el tempeh en los mil seiscientos años siguientes. Poco de ello se cuenta en las historias occidentales sobre el papel de la soja en la cultura china. La publicidad y el consumo no permiten límites epistémicos, no admite el matiz y la diversidad.

La segunda historia apunta a la justicia histórica. Boaventura de Sousa Santos –“Bifurcación en la Justicia”- señalaba recientemente que desde hace veinte años soplaba en el continente americano un viento favorable a la justicia histórica. Desde la primera Nicaragua sandinista, a mediados de los años ochenta del siglo pasado, hasta la discusión de la nueva Constitución de Ecuador, habían venido consolidándose las siguientes ideas: 1. La unidad del país se refuerza cuando se reconoce la diversidad de culturas de los pueblos y naciones que lo constituyen. 2. Los pueblos indígenas nunca fueron separatistas. En las guerras fronterizas del siglo XIX dieron pruebas de un patriotismo que la historia oficial nunca dio muestras de reconocer. De hecho, sabido es, quien amenaza la integridad nacional –Bolivia es el ejemplo que todos tenemos en mente en estos momentos trágicos- no son los pueblos indígenas: son las empresas transnacionales, con su sed insaciable de acceso incontrolado a los recursos naturales, y las oligarquías respectivas, (con ayudas y direcciones imperiales, cuando pierden el control del gobierno central. 3. Dado el peso de ese pasado -la formulación de De Sousa es magnífica- “no es posible, por lo menos por algún tiempo, reconocer la igualdad de las diferencias (interculturalidad) sin reconocer a un tiempo la diferencia de las igualdades (reconocimientos territoriales y acciones afirmativas)”. 4. No es por casualidad que el 75% de la biodiversidad del planeta, y esto enlaza nuevamente con las tesis de Shiva, se encuentre en territorios indígenas o de afrodescendientes. ¿Por qué?

La relación de estos pueblos con la naturaleza permitió crear formas de sostenibilidad que hoy se consideran decisivas para la supervivencia del planeta. La preservación de estas formas de manejo del territorio trasciende hoy el interés de esos pueblos. Interesa al país en su conjunto y a todo el mundo. Por la misma razón, el reconocimiento de los territorios tiene que hacerse de manera continuada, ya que de otro modo desaparecen las reservas y, con ellas, la identidad cultural de los indígenas y la propia biodiversidad.

La tercera historia versa sobre las relaciones entre la tecnología y el poder y está en el haber de Enrique Martínez, el que fuera presidente del Instituto Nacional de Tecnología de Argentina. Desconozco si sigue siéndolo. La siembra sin un laboreo previo o mínimo ha sido pensada y practicada por agricultores, con variada base científica, desde hace muchísimos años con objetivos conservacionistas: puede reducir hasta eliminar la erosión, puede preservar los procesos naturales de nitrificación y formación de humus del suelo, ahorra energía, permite llevar adelante cultivos de manera armoniosa con el hábitat, “adaptándose a aquello que la naturaleza viene haciendo hace centenares de miles de años en superficies a escala humana y sin aplicación de grandes máquinas ni arsenales químicos”. De hecho, en la primera mitad del siglo XX, la labranza mínima era una de las banderas contra el uso de fertilizantes artificiales en gran escala.

Esta, la mirada tradicional, conservacionista si se quiere, ya era una mirada tecnológica, no era en absoluto una perspectiva antirracional o desinformada. Llegó otra. Una gran corporación americana advirtió que podía tomar a su favor el valor cultural –vale la pena remarcarlo: valor cultural- de la conservación del suelo, pero rediseñó por completo la otra idea, la noción de labranza cero. Para la tecnología "Monsanto" el suelo es sólo soporte para los cultivos, todo lo demás es externo: se aplica un herbicida total de contacto (que, inicialmente, cuando se lo diseñó eliminaba toda vegetación a la que alcanzara); se utiliza una semilla resistente a ese herbicida obtenida por transgénesis (1); se aplican fertilizantes nitrogenados o fosfatados como para cubrir la totalidad de la demanda del cultivo. Falta solo el sol y la lluvia. Esta última se reemplaza por sistema de riego en gran escala.

El resultado tiene sólo algunos puntos en común con la tecnología tradicional: el herbicida total afecta la microfauna, las abejas y los pájaros, además de las personas, en los cada día más frecuentes casos de uso desaprensivo; el exceso de fertilizantes no procesados migra hacia los cauces de agua y los contamina con vegetación no deseada; aparecen plagas resistentes al cóctel químico que hace que las dosis se vayan incrementando.

Los rendimientos por hectárea aumentan, pero lo hacen casi como sucedería en un cultivo hidropónico, donde sin tierra se agregan todos los nutrientes necesarios. ¿Es éste el modelo que el mundo realmente necesita?

Existe otra derivada de la nueva tecnología, generalmente considerada la única tecnología que vale la pena considerar. Al reducirse la potencia necesaria por hectárea –no se mueve la tierra– se produce la paradoja que el tamaño de los equipos aumentó con el objetivo de trabajar superficies mucho mayores superficies que las tradicionales en igual tiempo. Con ese paquete" tecnológico -maquinaria, herbicidas, semillas modificadas para resistir al herbicida- se posibilitó que muy poca gente trabaje grandes extensiones; el empleo productivo disminuye, su costo también.

En cambio, el costo y la dependencia con respecto a este paquete tecnológico, patentado y controlado de modo concentrado por grandes corporaciones, aumentó. El efecto inmediato fue el gran aumento del capital necesario para ser contratista de labranza y la posibilidad de que grandes capitales financieros accedieran a cultivar la tierra, ocupando a esos contratistas y arrendando predios. Cultivar es un decir: accedieron a hacer negocios con la tierra, de forma tal que los inversores normalmente no saben ni en qué provincias están los campos que se siembran. Como sucede en cualquier "fondo de inversión", los dueños del capital (en muchos casos pequeños ahorristas, jubilados), quedan completamente desvinculados e ignorantes de la aplicación productiva de sus dineros; sólo deben preocuparse por la seguridad de su inversión y la maximización de su renta.

El efecto en cascada es conocido: la compra de insumos y la comercialización centralizadas de los productos finales quebró el tejido comercial e industrial de cada pueblo, amplificando el efecto negativo de la menor ocupación directa sobre la tierra. Aquí la diversidad de métodos y propiedades es arrancada de raíz en base a una concepción de la tecnología conducida únicamente hacia la productividad inmediata.

Un último ejemplo. Lo recordaba Gustavo Duch Guillot, presidente de Veterinarios sin fronteras. En las riberas de los ríos se emplazaron los primeros asentamientos humanos. Junto a las aguas frías y nítidas de ríos de montaña o junto a las aguas calmadas y de color marrón de ríos de selva han crecido numerosas comunidades sabiéndose cercanas al agua potable y a variados alimentos. En las selvas amazónicas los ríos proporcionan agua para una agricultura diversificada –de nuevo la biodiversidad- que garantizaba todo lo que necesitaban las familias: árboles frutales y maderables, cacao, maíz, frijoles, yuca, La pesca sumaba las proteínas a su dieta con decenas de variedades de peces con nombres que recuerdan el origen de las cosas: pirarucú, tucunaré, jaraquí, tambaquí. En los márgenes de los ríos se pueden recolectar plantas medicinales para prevenir infecciones de útero o para aliviar la tos.

Los cursos fluviales han sido territorios de biodiversidad garantes de la soberanía alimentaria. Están amenazados.

Cuando se hiere a un río se matan a muchos seres humanos. Las industrias extractivas y mineras y las fumigaciones de los monocultivos contaminan los ríos, que son las aguas que beberán las familias. La expansión de los cultivos de exportación, como la soja y los nuevos agrocombustibles, lleva consigo la tala de la masa forestal hasta los mismos márgenes de los ríos, eliminando la protección natural que ofrecían frente a las crecidas de las aguas. Pueblos enteros se los llevan las aguas sin esa protección. Todas estas consecuencias afectan a miles de familias indígenas, a poblaciones rurales marginadas, hijas y hermanas del río, y se verán multiplicadas con la próxima construcción de una hidrovía de 4.200 km sobre el río Madera, afluente del Amazonas, con cuatro represas hidroeléctricas con exclusas para la navegación, dos situadas en Brasil, la tercera en aguas binacionales y una cuarta en Bolivia. Las represas provocarán la inundación de las tierras de cultivo provocando la expulsión de las comunidades campesinas e indígenas ribereñas, la pérdida de fauna acuática, así como el aumento de enfermedades infecciosas.

Estos resultados, nunca contemplados, deberían sumarse a la casilla del debe en las cuentas finales del Banco de Santander. Este gran banco financia -es parte de la Iniciativa para la Integración de infraestructura de América del Sur- las obras de la primera represa, la de San Antonio en Brasil, previstas para agosto de 2008.

Pues bien, en esta misma senda, este ensayo de Vandana Shiva “sobre las causas de la desaparición [de la biodiversidad] y el desafío de conservarla” es recomendable por multitud de razones. Apuntaré algunas de ellas.

Shiva nunca olvida en sus análisis la importancia de las resistencias ciudadanas ante los atropellos de gobiernos y corporaciones. La entrega, por inútil e incluso por inmoral, no está en su agenda. Un ejemplo. En las zonas semiáridas del estado de Karnataka un programa de silvicultura social del Banco Mundial promovía la destrucción de la diversidad agrícola del lugar y con ella la erosión del suelo y pérdida del agua, medios de vida y abastecimiento de biomasa para el uso local. En 1983, “el movimiento de agricultores Raitha Sangha empezó a arrancar árboles de eucaliptos de los viveros y a sustituirlos por diversas especies como mango, tamarindo y yaca” (p. 10).

Los ensayos agrupados en el segundo y tercer capítulos, en torno a diversidad biológica y biotecnología, argumentan por qué no debe llevarse por separado las negociaciones sobre diversidad biológica y biotecnológica. “Quienes consideran la diversidad biológica como simple materia prima hablan desde un punto de vista antinatural y racista, ya que conciben carentes de valor a la propia naturaleza y al trabajo de los pueblos del Tercer Mundo” (p. 12). La biodiversidad tiene una riqueza intrínseca, además de un gran valor de uso para las comunidades locales. Por lo demás, Shiva arguye sosegadamente sobre la biotecnología que podría “desatar problemas ecológicos peores de los que dice resolver”, sin olvidar una importante derivada política: cuando la diversidad biológica y sus productos provienen de países tercermundistas se ven como una herencia gratuita y común de la humanidad; cuando son ligeramente modificados en laboratorios del Norte, entonces “son considerados propiedad privada patentada”.

El cuarto ensayo incorporado es un alegato contra la noción distorsionada de la “obsolescencia de la diversidad biológica viviente, inherente al paradigma de los monocultivos, que va unida al monopolio del control de la diversidad biológica y nos pone en peligro de desastre imprevisibles” (p. 13). La diversidad como modo de pensar y de vivir, sostiene Shiva, es aquello que necesitamos para superar los empobrecidos monocultivos de la mente.

El quinto y último capítulo es una crítica al Convenio sobre Diversidad Biológica, el texto se reproduce al final del volumen (páginas 193 y siguientes), cuya aprobación definitiva se dio en Nairobi. Shiva señala en él varios importantes errores que pueden “hacer que el Convenio tenga efectos negativos sobre el Tercer Mundo” (p. 13).

Hay, además, complementos de interés (por ejemplo, la declaración de 1975 de un grupo de científicos, James D. Watson entre ellos, sobre los peligros biológicos potenciales de la recombinación de moléculas de ADN”) y Shiva, como buena científica, no sólo escribe y argumenta con precisión sino que da datos, construye cuadros y presenta esquemas que sintetizan sus posiciones. El cuadro de la página 143 presenta los vínculos entre la diversidad biológica y la biotecnológica que, señala reiteradamente la autora, deben ser visto desde otra perspectiva.

He dejado para el final el comentario del primer capítulo del ensayo, el que da título al volumen: “Los monocultivos de la mente”. Shiva pretende demostrar en él que los monocultivos aparecen primero en la mente para posteriormente filtrarse al suelo: “debido a que la mente forja modelos de producción que legitiman la decadencia de la diversidad, pero situándolos bajo el nombre del progreso, crecimiento o mejoramiento” (p. 11). En su opinión, los monocultivos se han desarrollado no porque incrementen la producción sino porque controlan más. Su expansión guarda mayor relación con la política y el poder que con el enriquecimiento y la mejora de los sistemas de producción biológica. La tesis de Shiva se extiende desde la revolución verde y la genética hasta las nuevas biotecnologías.

La argumentaciones presentadas recuerdan antiguas, y acaso inextinguibles, discusiones en torno a ideología, posición de clase y conocimiento científico pero es bueno recordar, sin que pretenda ser un argumento conclusivo ni una cita de autoridad indiscutida, que Shiva no ignora el terreno que pisa: es una física teórica, una destacada bióloga y, además, una reconocida y competente filósofa de la ciencia.

Daré algunos ejemplos de sus posiciones y razonamientos. Este por ejemplo de la página 15:

La desaparición del conocimiento local, en la interacción con el conocimiento occidental dominante, ocurre a varios niveles y en varias etapas. Primero, se hace desaparecer el conocimiento local simplemente no viéndolo, negando su existencia. Esto es muy fácil de hacer, con la mirada distante del sistema dominante globalizador, luego de que consideren universales los sistemas de conocimiento occidental. No obstante, el sistema dominante también es un conocimiento local, ya que tiene su base social en una cultura, una clase y un género determinado. No es universal en sentido epistemológico. Es simplemente la versión globalizada de una tradición muy local y pueblerina [la cursiva es mía]

No queda claro qué conocimiento consideraría Shiva epistémicamente universal. Sea como sea, para la autora no cabe aplicar la dicotomoía entre lo universal y lo local al caso de las tradiciones de conocimiento occidental y autóctono ya que “el occidental es una tradición que se difundió por el mundo a través de la colonización intelectual” (p. 16). Conocimiento y poder, pues; esa es nuevamente la cuestión.

No sólo eso. Según Shiva, la colonización no sólo es un adjetivo, semánticamente adecuado, de los sistemas económicos o políticos

Resultado de una cultura dominante y colonizadora, los sistemas de conocimiento moderno son ellos mismos colonizadores (p. 15)

La relación entre conocimiento y poder es inherente a sistema dominante (página 16):

Como marco conceptual , está asociado a un conjunto de valores basados en el poder que surgió con el auge del capitalismo. Genera desigualdades y dominación por la manera en que dicho conocimiento se genera y estructura; por la manera en que recibe la legitimidad extraída a los otros sistemas y por la manera en que dicho conocimiento transforma la naturaleza y la sociedad.

No sólo por la manera en que transforma naturaleza y sociedad o por la forma en que recibe su legitimidad, sino también, y en primer lugar, por la forma en que ese conocimiento “se genera y estructura”. No se habla, pues, de aspectos externos o de sus aplicaciones tecnológicas y productivas, sino de las propias teorías, del conocimiento en sí, de su génesis, de sus finalidades, de sus nociones y leyes.

Shiva, por lo demás, critica a R. Horton y a su distinción (sin duda, extendida hasta el punto de ser un lugar común gnoseológico) entre la abertura del conocimiento científico moderno y la cerrazón del conocimiento tradicional. Todo lo contrario en su opinión. Según la autora:

[…] la experiencia histórica de la cultura no occidental indica que son los sistemas occidentales de conocimiento los que se niegan a las alternativas (p. 18).

Vandana Shiva observa, no sin razones muy atendibles, que la etiqueta científico confiere a veces un carácter sagrado o una inmunidad social al sistema occidental, acaso sin distinguir, en mi opinión, ente el uso político de esa etiqueta y las pretensiones reales de las comunidades científicas (o destacadas partes de ellas) no extraviadas. Los sistemas más abiertos, paradójicamente, son los más cerrados al examen y la evaluación. ¿Cómo?

Elevándose a sí mismo por encima de la sociedad y otros sistemas de conocimiento, excluyendo simultáneamente otros sistemas del ámbito del conocimiento fiable y sistemático, el sistema dominante crea su monopolio (p. 18).

De este modo, la ciencia occidental no debe evaluarse sino que debe simplemente aceptarse subraya críticamente Shiva acaso sin matizar adecuadamente, con algún cuantificador no universal, la atalaya que pretende criticar

Un esquema sobre el conocimiento que Shiva llama dominante y la desaparición de alternativas puede verse en la página 20. Un ejemplo de lo criticado por la autora sería el siguiente:

1. En el sistema científico, que Shiva significativamente entrecomilla, que separa la silvicultura de la agricultura y reduce aquella al abastecimiento de madera, la alimentación ya no es una categoría relacionada con la silvicultura.

2. El espacio cognoscitivo que relaciona la silvicultura con la producción de alimentos ya sea directamente o mediante los vínculos de la fertilidad, queda eliminado con la anterior división.

3. De esta forma, los sistemas de conocimiento, que surgieron de la capacidad que tienen los bosques de proporcionar alimentos, quedaron ocultos y liego fueron destruidos tanto por a negligencia como por la agresión.

Ergo: el ocultamiento de otros conocimientos es una consecuencia de la dominancia de un conocimiento que se presenta como el único saber racionalmente admisible.

Es posible, eso sí, que en algunas consideraciones la información de Vandana Shiva no sea de primera mano ni esté totalmente actualizada. Así, en su lectura de las tesis de Kuhn (p. 17), en su reflexión sobre conceptos teóricos y conceptos observacionales (p. 17) y, especialmente, en una curiosa afirmación sobre el método científico:

Según un método científico abstracto, se cree que los científicos hacen afirmaciones que corresponden a realidades de un mundo directamente observable.

No parece que sea el caso ni creo que haya sido nunca el caso. Sea como sea, las aristas críticas de Shiva a la ciencia y las filosofías de la ciencia anexa merecen atención, estudio y reflexión y no permiten un pasar página con una mera y prepotente nota al margen: “escrito por una diletante desinformada”.

Nace en Aranjuez la “Alianza de Paisajes Culturales Patrimonio Mundial”

Aranjuez, La Alhambra, Ibiza, Elche y Sintra rubrican el acta fundacional de una asociación internacional creada para la conservación y el desarrollo de espacios singulares

Aranjuez, 15 de septiembre de 2008, Este de Madrid
El Paisaje Cultural de Aranjuez, La Alhambra y el Generalife de Granada, la Biodiversidad de Ibiza, el palmeral de Elche y la ciudad portuguesa de Sintra se han constituido hoy en Aranjuez en “Alianza de Paisajes Culturales Patrimonio Mundial”.

Esta nueva asociación tiene como fin promover la cooperación entre los diferentes paisajes culturales de todo el mundo; constituir un foro de reflexión sobre la conservación y desarrollo de los mismos; llevar a cabo iniciativas y estrategias apoyadas por la UNESCO y el Consejo de Europa para mantener la autenticidad de estos sitios; y fomentar la investigación, la educación y la formación académica y profesional sobre los paisajes culturales.

La entidad también busca “fomentar la participación ciudadana en la preservación, difusión y adecuado aprovechamiento de los paisajes culturales y favorecer acciones que beneficien el desarrollo” de estos espacios singulares.

La nueva Alianza se abrirá al resto de paisajes culturales del mundo en el encuentro internacional que tendrá lugar en Sintra del próximo 30 de septiembre al 2 de octubre.

Allí, el yacimiento romano de Las Médulas (León), presente hoy en Aranjuez, se incorporará al grupo promotor, una vez resueltos los problemas administrativos que han impedido su firma entre el grupo promotor.

Durante el acto fundacional, que ha tenido lugar en el Teatro de Cámara del Palacio Real de Aranjuez esta tarde, con la presencia del director de Patrimonio Nacional, Yago Pico de Coaña, el regidor de Aranjuez, Jesús Dionisio Ballesteros, ha resaltado que esta alianza, “más allá de ser un instrumento de gestión, es un movimiento que nace del compromiso de preservar la huella de la historia y la cultura, liderando su conocimiento entre la ciudadanía por la paz y la convivencia”.

Los miembros fundadores han expresado su satisfacción por este “hecho histórico” y la culminación de un trabajo que aúna a los paisajes culturales en su riqueza patrimonial y sus problemas de gestión. Y es que, en palabras de la directora del Patronato de La Alhambra, María del Mar Villafranca, “la categoría del paisaje aún tiene dificultades en su reconocimiento social y económico”.

La presidencia de la Alianza recae en el profesor Fernando Roboredo, en representación de la Cámara Municipal de Sintra; y la vicepresidencia, en Jesús Dionisio Ballesteros, alcalde de Aranjuez.


FIRMANTES DEL ACTA FUNDACIONAL:

- Jesús Dionisio Ballesteros, Alcalde de Aranjuez.
- Fernando Roboredo, Presidente del Municipio de Sintra.
- Lurdes Costa, Alcaldesa de Ibiza/Eivissa.
- Alejandro Soler, Alcalde de Elche.
- María del Mar Villafranca, directora del Patronato de La Alhambra.

La Agricultura Ecológica protege la Biodiversidad, mitiga el Cambio climático y promueve el Desarrollo Rural. SEAE VIII Congreso Bullas 2008

Agroinformación, España, 16/09/2008

SEAE- Mañana comienza el VIII Congreso de SEAE donde se abordaran estas temáticas y presentarán diversos trabajos que confirmación los diversos beneficios de que tiene la agricultura ecológica para la sociedad y el medio ambiente

Este VIII Congreso de SEAE y IV Congreso Iberoamericano de Agroecologia, ha escogido el lema "Biodiversidad, cambio climático y desarrollo rural sostenible", por ser estos son los grandes retos que tiene la sociedad actualmente y ser en los que la agricultura ecológica contribuye mas que la convencional de forma clara y significativa.

Para su celebración se ha escogido la Región de Murcia, donde se ha desarrollado cierto interés por la Agricultura Ecológica, el rescate de la biodiversidad agrícola y el impulso del desarrollo sostenible en el campo. Además se ha elegido un escenario rural como sede del Congreso, por vez primera, con el objeto de aproximar los debates del evento a la realidad del campo, y acerca el mundo rural a la ciudad. Bullas, posee una infraestructura de turismo rural en desarrollo, con el objeto de dar coherencia a los principios que impulsa la Agroecologia,

Los objetivos específicos perseguidos por este congreso son: a) Intercambiar el conocimiento existente de los beneficios de la AE; b) Analizar los aspectos que condicionan el desarrollo del sector y la necesidad de investigar otros campos; c) Proponer acciones para el desarrollo de la AAE

El VIII Congreso de SEAE y IV Congreso Iberoamericano de Agroecologia de Bullas reunirá a unos 400 investigadores y expertos en Agricultura Ecológica, Agroecología, Cambio climático, biodiversidad y desarrollo rural sostenible, procedentes de casi todas las Comunidades Autonónomas de nuestro país. Además están anunciadas la llegada de representantes de 13 países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, Cuba, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Venezuela y Uruguay), y 4 países de Europa (Bélgica, Grecia, Italia, Reino Unido y Suiza)

La Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE) organiza desde 1994 congresos científicos bianuales de Agricultura Ecológica en España, en distinto lugares (Toledo, Pamplona, Valencia, Córdoba, Gijón, Almería, Zaragoza) con el propósito de reunir a los todavía escasos grupos de investigadores para que expongan los resultados obtenidos en sus trabajos de investigación, intercambien sus conclusiones y puedan dar a conocer a productores, técnicos y asesores, los principales avances y aplicaciones de sus hallazgos. Estos Congresos sirven a la vez para introducir debates sobre nuevos enfoques de investigación y nuevas maneras de entender la ciencia y la relación de la agricultura con el medio ambiente, que eviten la pérdida de recursos naturales y aprovechen éstos de forma adecuada y sostenible. por esa razón, se invitan a estos congresos a los representantes de los principales sectores agroalimentarios (productores, elaboradores, comercializadores, distribuidores, certificadores, asesores, consumidores, ecologistas, etc.) y no solo a los científicos, para que opinen sobre los aspectos de experimentación e investigación de utilidad a la sociedad.

Desde el año 2002 este foro se ha ampliado a América Latina, al organizar de forma conjunta los Congresos Iberoamericano de Agroecologia. La Agroecologia es una ciencia emergente que va mas allá de la Agronomía, tratando de armonizar la producción agraria, el respeto al medio ambiente, la vida y las relaciones humanas

Para este VIII Congreso de SEAE y IV Congreso Iberoamericano de Agroecologia, se ha escogido el lema "Biodiversidad, cambio climático y desarrollo rural sostenible", ya que estos son los grandes retos de la sociedad a los que la agricultura ecológica puede contribuir de forma significativa.

Para su celebración se ha escogido la Región de Murcia, donde se ha desarrollado cierto interés por la Agricultura Ecológica, el rescate de la biodiversidad agrícola y el impulso del desarrollo sostenible en el campo. Además se ha elegido un escenario rural como sede del Congreso, por vez primera, con el objeto de aproximar los debates del evento a la realidad del campo, y acerca el mundo rural a la ciudad. Bullas, posee una infraestructura de turismo rural en desarrollo, con el objeto de dar coherencia a los principios que impulsa la Agroecologia,

Los objetivos específicos perseguidos por este congreso son: a) Intercambiar el conocimiento existente de los beneficios de la AE; b) Analizar los aspectos que condicionan el desarrollo del sector y la necesidad de investigar otros campos; c) Proponer acciones para el desarrollo de la AAE

El VIII Congreso de SEAE y IV Congreso Iberoamericano de Agroecologia de Bullas reunirá a unos 400 investigadores y expertos en Agricultura Ecológica, Agroecología, Cambio climático, biodiversidad y desarrollo rural sostenible, procedentes de casi todas las Comunidades Autonónomas de nuestro país. Además están anunciadas la llegada de representantes de 13 países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, Cuba, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Venezuela y Uruguay), y 4 países de Europa (Bélgica, Grecia, Italia, Reino Unido y Suiza). Al congreso se han presentado más de 240 trabajos

05 September 2008

La Sostenibilidad de los Agrocombustibles ¿Una broma de mal gusto?

Rebelión 05-09-2008

Guadalupe Rodríguez

La Unión Europea estableció durante el año 2007 unos objetivos concretos para impulsar el uso de agrocombustibles en el transporte, a causa de la creciente escasez de los combustibles fósiles o “crisis del petróleo”. Con estos objetivos de 5,75% para el año 2010 y de 10% para el año 2020, trataba de ir sustituyendo paulatinamente el uso de los combustibles fósiles tradicionales por el uso de los agrocombustibles. El fomento de este tipo de energía de origen agrícola se justificaba en un principio en la UE entre otros, con el argumento de que los combustibles a base de biomasa serían más amigables con el medio ambiente. Pero las voces discordantes, algunas al interior de los propios organismos oficiales que promocionan la agroenergía, confirmaron las dudas que ya denunciaban masivamente las organizaciones de la sociedad civil. *

Pero en un desesperado intento de agarrarse a toda costa a la idea de la agroenergía, los responsables en elaborar las normativas de la Unión Europea, coinciden en afirmar que la producción masiva de los combustibles a base de plantas será admisible si se establecen criterios adecuados de sustentabilidad ambiental y social. Por mucho que diversas iniciativas como las llamadas “mesas redondas para la sustentabilidad”(1) se esfuerzan en intentar demostrar dicha sustentabilidad, la realidad de los países productores habla por sí sola: “Los monocultivos no pueden nunca ser sostenibles”, denuncian los campesinos afectados desde todos los rincones del continente.

No sólo en contra del medio ambiente

Los supuestos beneficios ambientales de los agrocombustibles son diariamente desmentidos por las comunidades que están siendo afectadas cada vez en mayor número e intensidad por la imparable expansión de los cultivos energéticos (2). También existe un número creciente de investigaciones científicas. Mientras, y a pesar de las denuncias y las evidencias en contra, los bosques y otros ecosistemas nativos son reemplazados por monocultivos de palma de aceite, soja, caña de azúcar, maíz y también jatropha. Con la desaparición de los bosques y ecosistemas nativos, desaparece también su biodiversidad, que no puede sobrevivir si no es en un hábitat propio. Las poblaciones que subsisten gracias a esta biodiversidad animal y vegetal se ven obligadas a dispersarse, perdiendo al mismo tiempo la posibilidad de existencia como pueblo, su cultura y con ello, su identidad. Los casos particulares que se llegan a dar a duras penas a conocer, son sólo casos particulares de una globalización que está constituyendo un genocidio de la gente del campo, que tendrán consecuencias mucho más graves de las que nos atrevemos a pensar en estos momentos.

Las superficies cultivables y el agua son recursos limitados. Por eso, se genera una fuerte presión sobre el uso de la tierra en los países del Sur, especialmente en los países tropicales, aunque no sólo en estos. Superficies agrícolas destinadas a la producción de alimentos son reemplazados por cultivos para la producción de energía. La tierra que debería ser utilizada para producir alimentos se destina a la producción de cultivos para fabricar combustibles. Esto no deja de ser paradójico, en un mundo donde más de mil millones de personas pasan hambre y sed. La contaminación por el uso y abuso de pesticidas y fertilizantes ha dejando a muchas poblaciones sin acceso al agua potable, y con graves enfermedades. Además, muchas de las variedades agrícolas utilizadas para la producción de agrodiésel (soja) y agroetanol (maíz) son transgénicas, lo cual abre otro mundo de crítica que pasaré por alto. Una política que da prioridad a la producción de alimento para los mil millones de vehículos que circulan por el mundo antes que a planificar el modo de alimentar a los seres humanos hambrientos, solo puede ser calificada de perversa. Algunos gobiernos e instituciones han manifestado preocupación por la seguridad alimentaria.

Tanto en Latinoamérica como en Africa, cultivos como la jatropha y el ricino se están uniendo a esta locura de producción de combustibles a partir de sustancias vegetales. Se está avanzando rápidamente en la investigación de combustibles de “segunda generación”, que pueden ser ya producidos experimentalmente a partir de árboles. Los monocultivos extensivos de árboles de eucalipto para la producción de papel ya constituyen un problema gravísimo en países como Brasil, Uruguay, Colombia, España o Sudáfrica. Es fácilmente previsible que la presión de cultivos masivos de árboles sobre la población y el medioambiente aumentará exponencialmente una vez que las investigaciones para la producción de agrocombustibles concluyan.

Cada vez son menos los que creen que la producción de agrocombustibles ayuda en modo alguno a luchar contra el cambio climático. Recientemente, algunos estudios y artículos científicos demuestran que los combustibles de procedencia agrícola no son eficaces para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Según los cálculos hechos sobre diferentes escenarios del mundo por dos equipos de economistas (3), la reconversión de ecosistemas nativos en plantaciones agrícolas, produce emisiones de carbono que no se compensan en absoluto con el uso de los agrocombustibles que se puedan producir en estas superficies: la limpieza de la vegetación nativa, la liberación del carbono contenido en la vegetación y en los suelos, el combustible fósil utilizado en estos trabajos, etc. La deforestación de la selva indonesia para la producción de palma aceitera o de la selva Amazónica para la producción de soja generan una deuda de carbono inmensa, que no justifica en absoluto la afirmación de que los agrocombustibles son beneficiosos para el cambio clímático.

Los supuestos beneficios sociales tampoco saltan a la vista.

Los intentos de establecer crieterios sociales de sostenibilidad plantea igualmente una serie de problemas y contradicciones extremadamente graves.

Ni el origen de las materias primas ni las condiciones en las que estas se obtienen no está garantizado. Según denuncias de comunidades locales y organizaciones sociales y de derechos humanos, compañías multinacionales productoras de aceite de palma o de soja, usan muy a menudo prácticas violentas para tomar el control y posesión de las tierras de las comunidades indígenas, campesinas o afrolatinoamericanas, con la complicidad de la policía, de autoridades y hasta organizando fuerzas paramilitares. Familias indígenas y campesinas antes autosuficientes a partir de los recursos del bosque y del campo que los rodeaba denuncian ser víctimas de engaños para dejar sus tierras bajo falsas promesas de trabajo y desarrollo. En Latinoamérica, ya hay denuncias graves desde Paraguay, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador. En un comunicado reciente (4), la Comision Intereclesial de Justicia y Paz de Colombia, que hace años se confronta con las violaciones de derechos humanos y la destrucción ambiental a causa de la expansión del cultivo de la palma en ese país, denuncia: “Hoy persiste la deforestación de bosque primario, la ampliación de la siembra de palma, a pesar del reconocimiento formal de que se trata de propiedad colectiva de comunidades negras. Estas actuaciones ilegales se realizan en medio de la presencia militar de la Brigada 15.” Los pobladores, organizados para resistir a una expulsión aún mayor y para recuperar parte del territorio ancestral ya arrebatado, son amenazados continuamente por los ocupantes ilegales de sus tierras, con la complicidad de las autoridades.

Otro criterio sobre el que se espera establecer la sostenibilidad social de la producción de combustibles a base de productos agrícolas, es el supuesto crecimiento económico que traerán a los países productores. Se nombra el trabajo y prosperidad que supondrán para los agricultores. Sin embargo, son los inversores y latifundistas los que se hacen con grandes cantidades de tierra, muchas veces arrebatándola por medios en ocasiones ilícitos a la población local, campesina o indígena. Mientras, por parte de las comunidades ha habido denuncias desde Colombia (trabajadores de la palma), Uruguay y Brasil (agricultores de la caña de azúcar) de haber sido obligados a adquirir deudas impagables, trabajo muy mal remunerado y hasta esclavizante. Cientos de casos de trabajadores prisioneros en condiciones de semiesclavitud han salido a la luz en los últimos meses.

Muy a menudo se argumenta que la producción a nivel local de agrocombustibles, para su utilización in situ, es sostenible y contribuiría a la solución del problema energético local. Sin embargo, los proyectos actualmente existentes en los países de Latinoamérica y Africa están enfocados a la exportación del producto agrícola para la producción de la agroenergía.

La supuesta existencia de vastísimas extensiones de “tierras marginales” donde puede producirse agroenergía sin competir con alimentos es ampliamente promocionada por gobiernos y empresas. Pero el de “marginales” es un calificativo absolutamente relativo, que se aplica según el interés existente en dichas tierras. Comprobadamente, en muchas de las tierras calificadas como “marginales”, como en amplias áreas del cerrado brasilero o del noroeste argentino, existen poblaciones que dependen de ese ecosistema como un todo para su supervencia, y que lo habitan.

Y como colofón a este despropósito, los sistemas propuestos en la actualidad, que están discutiendo los modos posibles de certificación de productos agrícolas, están proponiendo sistemas basados en estándares voluntarios, lo que significa que las propias compañías privadas, con intereses económicos en la producción agrícola destinada para agrocombustibles controlan el establecimiento de los requisitos de sostenibilidad. El que las empresas tengan intereses económicos y se auto-impongan métodos de control es incompatible.

Voces institucionales en contra de la agroenergía

El impacto que está teniendo el desvío de las cosechas en el abastecimiento de alimentos básicos como el trigo o el arroz han multiplicado los llamamientos para que Bruselas cambie de postura en relación a sus objetivos para los agrocombustibles. Josette Sheeran, directora del Programa de Alimentos de la ONU advirtió el 6 de marzo de este año (5) que los precios de los alimentos seguirán subiendo hasta 2010, siendo una de las razones para ello el uso de los cereales para producir biocombustibles. Incluso la dirigente de las Naciones Unidas ha instado a las autoridades europeas a realizar una reflexión sobre su política de biocarburantes y sus objetivos en este sector. Se suma así, al relator especial de las Naciones Unidas para la Alimentación, Jean Ziegler, quien ya el año pasado llamaba la atención de la comunidad internacional en la misma línea.

Llamados a moratoria y en contra de la certificación de monocultivos

Una red de organizaciones ambientales y sociales investigando y denunciando el efecto de los agrocombustibles sobre las poblaciones locales de los países del Sur, y trabajando por incidir en las políticas europeas al respecto, han llamado a una moratoria para 5 años para los agrocombustibles en Europa, con apoyo de más de 230 organizaciones alrededor del mundo (6).

También los miembros del African Biodiversity Network (ABN), Red para la Biodiversidad de África, que agrupa a diferentes organizaciones de investigación, han pedido una moratoria en nuevos proyectos para la producción de agrocombustible, a la exportación y a los objetivos de agrocombustibles de los gobiernos de Europa y el resto del mundo. Consideran que son más una amenaza que un beneficio. "Necesitamos proteger nuestra seguridad alimentaria, selvas, agua, derechos territoriales, campesinos y pueblos indígenas del agresivo avance de los proyectos de agrocombustibles, que están devorando nuestra tierra y recursos a una escala y velocidad increíbles.", aseguran desde la ABN. Las organizaciones africanas caracterizan la embestida de los agrocombustibles en África como la nueva “fiebre del oro verde”, lo que además conlleva todas las características de explotación neocoloniales. Denuncian la rápida privatización de las tierras para plantaciones por compañías transnacionales. Hay que tener en cuenta que el 70% de las tierras africanas todavía son de propiedad comunal. Los gobiernos están adjudicando millones de hectáreas. (7)

Numerosas voces se están levantando desde las comunidades afectadas en contra de estos sistemas de certificación. Un amplio número de organizaciones sociales y ONGs denuncian en una declaración hecha pública durante el mes de marzo, “vemos consternados como muchos gobiernos europeos, frente al aumento de críticas y denuncias de la situación de nuestros países, están ciegamente confiando en las Mesas Redondas de Negocios Sustentables de la WWF [...]. Los gobiernos europeos están ciegamente cayendo en la trampa del maquillaje verde de las transnacionales” (8). Al mismo tiempo, el Movimiento Mundial por los Bosques (WRM) anunciaba el “certificado de defunción” del FSC, un sistema de certificación forestal, que ha sido nombrado continuamente como un referente por los defensores de la certificación industrial agrícola, pero fuertemente cuestionado desde las comunidades y localidades productoras del sur porque con la certificación de plantaciones de árboles a gran escala “han demostrado su irresponsabilidad para con el ambiente y porque no aportan ningún beneficio social, razones por las que no cumplen con su objetivo” (9).

Las críticas directas hacia la supuesta sostenibilidad social y ambiental de los agrocombustibles, nos llevan a cuestionar si la certificación puede ser modo aceptable de garantizar la producción sostenible, o un invento para seguir justificando el consumo energético desmedido de los países del norte, a costa de los derechos humanos, la alimentación, los suelos, el agua, en una palabra, la integridad de las poblaciones de las zonas productoras. ¿Es la certificación un intento de proteger a las comunidades del Sur? ¿O un modo para la industria y gobiernos para justificar actividades y políticas? ¿Es posible continuar con los mismos estándares de vida, alejados de cualquier modelo de sostenibilidad, pero apaciguados en estos sistemas de certificación o “lavado verde”?

Para las comunidades cuyos derechos han sido violados, desplazadas, amenazadas, contaminadas, manipuladas, explotadas, no queda lugar en las llamadas “mesas” de discusión acerca de los criterios de sostenibilidad, y cuando es así, ha habido denuncias de que su nombres son utilizados en un intento de dar credibilidad al sistema, aunque se hayan manifestado abiertamente en contra durante las diferentes rondas de discusión. (10)

Es evidente que la crisis energética es un debate que debe permanecer sobre la mesa, pero es necesario que el problema energético del Norte, deje de solucionarse a expensas de los alimentos que deberían alimentar a los hambrientos del mundo. No es posible aceptar que debido al agotamiento inminente de los combustibles fósiles en el corto plazo, los gobiernos y las empresas que están rigiendo el mundo promocionen como amigable y sostenible, un tipo de energía de origen agrícola y basada en una locura industrial.

La argumentación de la sostenibilidad es inaceptable, y esta es una reflexión que todos como consumidores y como seres humanos (¿qué somos primero?!!!) estamos obligados a hacer antes de llenar el tanque.

Los monocultivos industriales no pueden nunca ser sostenibles.

1 . Existen diversas iniciativas de este tipo: Mesa Redonda para la sustentabilidad del Aceite de Palma (RSPO por sus siglas en inglés), Mesa Redonda para la Soja Sustentable (RTRS), Iniciativa para una mejor caña de azúcar (BSI), Mesa Redonda de Biocombustibles Sostenibles (RTSB)

2 . Solamente durante los meses de julio y agosto de 2008 ha habido serias denuncias de comunidades indígenas (Región Cauca, Pueblo Nasa por la expansión de la caña de azúcar) y afrocolombianas (Curvaradó en el Chocó por la expansión de la palma aceitera) en Colombia; en Guatemala (indígenas Maya Keqchi, en las inmediaciones de la zona conocida como Finca El Recuerdo fueron desplazados violentamente por un empresario canavicultor, y en Coatepeque miembros de la organización campesina CUC fueron atacados por personas vinculadas al negocio de la palma de Aceite); en Argentina, la soja continúa imparable acabando con cualquier habitante del campo (ataques de un empresario sojero en contra de indígenas guaraníes de la comunidad Jase Endy Guasú, en el área conocida como El Talar).

3 . Uno de estos estudios fue encargado por la organización the Nature Conservancy, el otro fue publicado en la revista Science. Ver p.ej. _http://www.elpais.com/articulo/sociedad/biocombustibles/contribuyen/reducir/efecto/invernadero/elpepisoc/20080208elpepisoc_7/Tes_

4 . 4-3-2008, Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, Colombia

5 . http://www.elpais.com/articulo/economia/ONU/alerta/subida/alimentos/prolongara/2010/elpepueco/20080306elpepueco_10/Tes

6 . http://www.econexus.info/biofuels.html

7 . http://www.grain.org/agrofuels/?moratoriumes

8 . “Declaración de organizaciones sociales, indígenas, campesinas y movimientos urbanos de la Argentina, Latinoamérica y otros continentes, en rechazo a la “Tercera reunión sobre soja responsable” a celebrarse los días 23 y 24 de abril en el Hotel Hilton de Buenos Aires, Argentina.”, firmado por más de 80 organizaciones.

9 . Desatada por la concesión del certificado FSC a la empresa Veracel en Brasil, la cual “tiene antecedentes innegables de violaciones de los derechos territoriales de las comunidades locales, contaminación ambiental, agotamiento del agua y destrucción del ecosistema” y viene además socavando sistemáticamente el proceso local de resistancia en contra de estas actividades.

10. Ver: La Via Campesina en Paraguay se manifiesta CONTRA las mentiras de la Mesa de Soja Sustentable en http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/39098 donde organizaciones campesinas expresan su absoluto REPUDIO por la manipulación de haber incluido el nombre de sus organizaciones en el marco de la “Campaña de la Soja Sustentable”

www.salvalaselva.org
www.stop-agrocombustibles.nireblog.com
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03 September 2008

Michoacán signa convenio sobre la biodiversidad con la Federación

Cambio de Michoacán, Martes 2 de Septiembre de 2008
Carlos Alonso Cruz

Esta mañana se firmó un convenio de colaboración entre el Gobierno del estado y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, con la finalidad de que el primero colabore en acciones de interés mutuo para fortalecer el manejo y la conservación en la biodiversidad existente en las áreas naturales protegidas de carácter federal.

El convenio que también incluye a los ecosistemas de importancia mundial tales como los humedales, fue suscrito en Casa de Gobierno por el Jefe del Ejecutivo estatal, Leonel Godoy Rangel, por el titular de Áreas Naturales Protegidas, Ernesto Enkerlin y la titular de la Secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente (SUMA), Catalina Rosas Monge.

La funcionaria estatal explicó que se considera que entre 10 y 12 por ciento de las especies diversas existentes en el planeta se encuentran dentro del territorio nacional, permitiéndole ocupar el primer lugar en el mundo en riqueza de reptiles, el segundo lugar en mamíferos y el cuarto en anfibios y plantas.

En tanto dijo que algunos especialistas consideran que México ocupa el cuarto lugar como el país como mayor diversidad biológica en el mundo.

01 September 2008

CAF promueve la conservación de la biodiversidad.

Confirmado.net 09h30 | 2008-08-30

La Corporación Andina de Fomento CAF, publicó en Internet una nueva versión de su subportal BioCAF (Programa de Biodiversidad), con la finalidad de dar a conocer al público las diversas iniciativas de su programa.

La CAF impulsa la conservación de la biodiversidad y a través de BioCAF busca promover la conservación de los ecosistemas, y los recursos genéticos en sus países accionistas, así como distintas actividades e iniciativas que fomentan un aprovechamiento sostenible de este potencial.

A partir de hoy, los visitantes del sitio BioCAF tendrán la oportunidad de conocer más acerca del Programa, sus áreas de acción, los proyectos que se están llevando a cabo y los organismos (públicos/privados) que se encuentran apoyando directa e indirectamente la promoción de estas iniciativas en Latinoamérica.

Al portal se puede acceder directamente por www.caf.com/biocaf o a través del subportal de Medio Ambiente en www.caf.com.

Fuente: Confirmado.net/CAF