12 April 2007

Conciliar la ganadería con el medio ambiente

Agritotal, Argentina

De no tomarse medidas correctivas mayores, las repercusiones ambientales del ganado se agravarán drásticamente...
Un estudio realizado por la FAO señala que "el futuro de la interfaz entre el ganado y el medio ambiente estará determinado por la forma en que se resuelva el equilibrio entre dos demandas: la de productos animales, por una parte, y la de servicios ambientales, por otra".
Un estudio reciente de la FAO (aquí los detalles) revela que la producción pecuaria es una de las principales causas de los problemas ambientales más apremiantes del mundo, incluido el calentamiento del planeta, la degradación de la tierra, la contaminación de la atmósfera y del agua y la pérdida de biodiversidad.
El estudio señala que "el futuro de la interfaz entre el ganado y el medio ambiente estará determinado por la forma en que se resuelva el equilibrio entre dos demandas: la de productos animales, por una parte, y la de servicios ambientales, por otra".
En un informe al Comité de Agricultura (COAG), la FAO expone las principales medidas de corrección que son urgentes para contrarrestar el impacto ambiental del ganado, las cuales, advierte "se agravará drásticamente".
1 Fomentar la eficiencia mediante precios adecuados en el mercado
Los precios actuales de la tierra y el agua, así como los de los piensos utilizados en la producción pecuaria no reflejan la escasez verdadera de estos recursos, lo que conduce a una explotación excesiva de los mismos y a una gran ineficacia.
Por lo tanto, las políticas destinadas a proteger el medio ambiente deben introducir precios de mercado adecuados para los principales insumos, por ejemplo, aplicando comisiones al pastoreo y precios al uso de agua que reflejen la disponibilidad real de estos recursos.
Si bien hay una serie de opciones técnicas eficaces para atenuar las repercusiones ambientales, su adopción y aplicación generalizadas exigirán señales de precios más fieles a la escasez real de los factores de la producción, así como corregir
"Es necesario tener en cuenta explícitamente en las políticas las externalidades ambientales mediante la aplicación del principio "el proveedor recibe, el que contamina paga"
las distorsiones que dan insuficientes incentivos para un uso eficaz de los recursos. La creación reciente de mercados del agua en algunos países es un paso en esa dirección.

2 Tomar en cuenta las externalidades ambientales
Eliminar las distorsiones de los precios incrementará considerablemente la eficacia técnica del uso de los recursos naturales, pero muchas veces podría no ser suficiente. Es necesario tener en cuenta explícitamente en las políticas las externalidades ambientales, tanto las negativas como las positivas, mediante la aplicación del principio "el proveedor recibe, el que contamina paga".
Los ganaderos que generan externalidades positivas deben recibir una compensación, proporcionada ya sea por el beneficiario inmediato (como los usuarios del agua de río abajo) o por el público en general (por ej. por la fijación de carbono al revertirse la degradación de los pastizales).
En el futuro se podrían cobrar impuestos por los daños ambientales y dar incentivos por los beneficios ambientales proporcionados, para atender primero las externalidades locales y también cada vez más las repercusiones transfronterizas.

3 Acelerar el cambio tecnológico
Las repercusiones de la ganadería en el medio ambiente podrían atenuarse mediante una serie de opciones técnicas. Por ejemplo, en los sistemas intensivos, las prácticas agrícolas correctas pueden reducir la utilización de plaguicidas y la pérdida de fertilizantes en los cultivos forrajeros.
La gestión intensiva de los pastizales y los sistemas extensivos de producción pecuaria podrían contribuir a la conservación de la biodiversidad mediante la adopción de métodos silvopastorales.
Los adelantos tecnológicos deben destinarse a incrementar la eficacia de la alimentación y la cría de los animales, así como de la sanidad pecuaria. La investigación y la gestión de cultivos forrajeros han de tener como objetivo incrementar la producción a través de sistemas adaptados a las condiciones locales que respeten el medio ambiente.

4 Reducir los efectos ambientales y sociales adversos de la producción intensiva
Los problemas ambientales creados por los sistemas industriales -que representan el 80 por ciento de todo el crecimiento del sector pecuario- obedecen antes que nada a su concentración en zonas favorecidas por acceso al mercado o disponibilidad de piensos.
En cambio, las unidades pecuarias industriales deben situarse lo más cerca posible a tierras agrícolas que se puedan utilizar para eliminar los desechos. Las opciones políticas incluyen la zonificación, planes obligatorios de gestión de los nutrientes, suministro de incentivos financieros y acuerdos contractuales entre los productores pecuarios y los agricultores.
La reglamentación también debe ocuparse de los residuos de medicamentos y metales pesados en los piensos y de los desechos, el impacto en el medio ambiente asociado a la producción intensiva de cereales para piensos y otros piensos concentrados.

5 Reorientar el pastoreo extensivo hacia la prestación de servicios ambientales
Los costos de oportunidad de la producción pecuaria extensiva están cambiando debido a que hay más competencia para dar otros usos a las tierras de pastoreo, tales como servicios relacionados al agua, conservación de la biodiversidad y biocombustibles.
Dado el potencial mundial de las extensas zonas de pastoreo para fijar grandes cantidades de carbono, es necesario elaborar y desplegar mecanismos que utilicen este posible medio económico para afrontar el cambio climático.
El cambio desde las actuales prácticas de pastoreo "extractivo" hacia un pastoreo orientado a un servicio ambiental plantea dos cuestiones decisivas: cómo distribuir las ganancias producidas por esos servicios y qué hacer con el gran número de personas pobres cuyos medios de sustento dependen del pastoreo extensivo.
No sería posible pagar fácilmente los servicios ambientales derivados de una producción pecuaria sostenible asignando de inmediato precios a los productos.
También es necesario generar empleos alternativos y redes de protección social, integrados a otras actividades rurales.
Retos planteados. Las repercusiones del sector pecuario sobre el medio ambiente no se están tratando correctamente, señala el informe de la FAO: "...el problema reside sobre todo en los obstáculos institucionales y políticos y la falta de mecanismos para proporcionar retroinformación ambiental, cerciorarse de que se tengan en cuenta las externalidades e incorporar en el sector la gestión de los recursos de propiedad común."
El reto más importante es crear entre las partes interesadas conciencia de la magnitud del problema ambiental y de cómo la acción correctiva debe ir más allá de la protección de ecosistemas específicos.
Señala la FAO: "la movilidad de la industria ganadera permite reubicar las explotaciones sin que parezcan surgir grandes problemas. La intensificación puede, por ejemplo, reducir la presión sobre las tierras de pastoreo, pero al mismo tiempo aumentar la que se ejerce sobre los cursos de agua".
El hecho de que los medios de subsistencia de tantas personas dependan de la ganadería limita las opciones de que disponen los encargados de elaborar las políticas y requiere tomar decisiones políticamente delicadas para lograr un equilibrio.
La expansión económica del sector, que se beneficia de las economías de escala y tiene normas más estrictas en materia de inocuidad de los alimentos, crea obstáculos a los pequeños productores.
Asimismo es posible corregir las distorsiones y las externalidades, pero el aumento consiguiente de los precios de los insumos habrá de pasarse a los consumidores.

Cuatro líneas de acción.
Dado que los recursos naturales del planeta son finitos, y teniendo en cuenta las demás demandas planteadas al medio ambiente por una población mundial más rica y en constante crecimiento, es indispensable que el sector pecuario haga cambios de largo alcance. La FAO recomienda cuatro líneas de acción:
Primera, tratar de utilizar los recursos con mayor eficiencia en la producción pecuaria corrigiendo los precios de los insumos y sustituyendo los métodos actuales de producción, que no son óptimos, con otros métodos más avanzados.
Segunda, aceptar que es inevitable la intensificación de la producción pecuaria pero dar sostenibilidad ambiental a este proceso, por ejemplo, reciclando los desechos en las tierras agrícolas y aplicando una tecnología apropiada, en especial en la alimentación del ganado y la gestión de los desechos.
Tercera, ajustar la producción basada en los pastizales para que incorpore como objetivo principal, y tal vez el más importante en las zonas vulnerables, el suministro servicios ambientales.
Cuarta, trascender los marcos normativos locales, nacionales e internacionales de hoy. Se requiere una fuerte voluntad política para dar inicio a la acción y la inversión con creatividad, a fin de evitar los riesgos ambientales que supondría "seguir como siempre".
El informe propone que la FAO cree un programa específico para la interacción del ganado con el medio ambiente, a través de consultas de alto nivel, ayuda a los países para formular y aplicar marcos normativos destinados a atender las cuestiones ambientales transfronterizas, y elaboración de directrices, documentos de políticas e instrumentos de apoyo a las decisiones.

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