11 October 2005

Bosques, la guerra de las cifras

Por Diego Cevallos *
TierraAmerica 10 sep 2005

Autoridades señalan que la deforestación en México se redujo en casi 100 mil hectáreas desde 1990 y que en cinco años podría detenerse. Activistas les refutan: los bosques siguen en ruta de extinción.

MÉXICO.- México revirtió la destrucción de sus bosques y en cinco años más bajaría su tasa de deforestación a cero, proclaman autoridades. Pero según activistas y grupos sociales, eso es falso. Incluso algunos afirman que de no cambiar la situación, la actual superficie de selvas y bosques del país desaparecerá en poco más de un siglo. El Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que es la máxima autoridad en el mundo sobre el tema de la deforestación global, avaló los últimos estudios del gobierno mexicano sobre la materia y hasta se adelantó a felicitarlo por sus logros. Las cifras oficiales, presentadas en diciembre, indican que la deforestación cayó de 401 mil hectáreas anuales en el periodo 1990-2000 a 314 mil hectáreas entre los años 2000 y 2005. Hosny El-Lakany, subdirector de Montes de la FAO, declaró que “debemos felicitar a México por su ejemplar reporte 2005 y sobre todo por haber alcanzado esa reducción en las tasas de deforestación en su país”. Sin embargo, las estadísticas oficiales generan suspicacia entre los activistas, pues en 2001 el mismo gobierno mexicano habló de una deforestación anual de 1,1 millones de hectáreas, luego la bajó a 631 mil y más tarde a 600 mil. “La situación de los bosques es crítica”, así lo demuestran diversos estudios, evidencias y la actitud del gobierno para quien lo forestal es ahora la “prioridad número 40 o más”, dijo a Tierramérica Sergio Madrid, portavoz de G-Bosques, una flamante coalición de 14 grupos sociales y productores forestales mexicanos, creada en septiembre. Para esta organización, los bosques y selvas, que cubren unos 56 millones de hectáreas y capturan dos terceras partes del agua dulce que se consume en el país, siguen en ruta de extinción. Los activistas argumentan que el presupuesto estatal para el sector forestal representa apenas 0,01 por ciento del global y que los programas de apoyo cubren sólo 13 por ciento de la superficie de bosques y selvas. Además, sostienen que aunque el potencial productivo de los bosques mexicanos es de más de 30 millones de metros cúbicos anuales, la producción comercial actual no alcanza los ocho millones de metros cúbicos. México, que perdió los últimos 50 años la mitad de su cobertura boscosa, se mantiene como el quinto país que más deforesta en el planeta, sostiene la organización ecologista Greenpeace. Mientras, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales advierte que las selvas locales desaparecerán en unos 50 años y los bosques en poco más de un siglo. El director de la estatal Comisión Nacional Forestal (Conafor), Manuel Reed, felicitó a los activistas por estar preocupados por los bosques, pero consideró desconcertante su punto de vista. “Tenemos cifras científicas y comparables”, conseguidas bajo parámetros de la FAO y de otros expertos reconocidos, que muestran que en los últimos cinco años se frenó y revirtió la destrucción de los bosques, declaró el funcionario a Tierramérica. México ya no es el quinto país que más deforesta en el mundo, esa una cifra de hace cinco años, aclaró. A su entender, “en el nuevo reporte que ahora está preparando la FAO, estaremos en una posición muchísimo mejor”. “Las puertas de la Conafor está abiertas, no ocultamos nada, si no están de acuerdo (el grupo G-Bosques), que vengan y conversamos”, expresó. “Es verdad que seguimos perdiendo bosque, pero ya hay un punto de inflexión muy importante y eso va a la baja de forma muy fuerte. Creemos que en cinco años más, podríamos tener ya una tasa cero de deforestación”, aseguró Reed. Madrid refuta esas afirmaciones. “Hoy día no tenemos un dato confiable del gobierno sobre qué está pasando con los bosques. Primero nos dicen un millón de hectáreas, luego 300 mil y otras cifras, es un chiste esto”, argumenta. Greenpeace tacha de “cuentas alegres” los datos oficiales y acusa a las autoridades de pretender “acabar con la deforestación mediante ecuaciones, decretos y discursos, sin tomar medidas que verdaderamente protejan los bosques de nuestro país”. Al arrancar la administración del presidente Vicente Fox en 2000, los bosques y el agua fueron elevados a la categoría de “asuntos de seguridad nacional”. Con esa bandera, el gobierno asumió el Plan Estratégico Forestal, que plantea metas y objetivos hasta el año 2025, promovió nuevas normativas sobre la materia y creó instituciones como la Conafor. “Creo que el gobierno sí está intentando darle más fomento al bosque, pero desafortunadamente nunca hay presupuesto que alcance”, señaló a Tierramérica Rufino Meraz, dirigente del ejido Pueblo Nuevo, en el central estado de Durango. En esa comunidad de 243 mil hectáreas hay una producción maderera sobre una área de 84 mil 560 hectáreas. Tal actividad es considerada sustentable por el gobierno y es certificada como tal por el Consejo de Administración Forestal (FSC son sus siglas en inglés), instancia internacional que otorga un sello que garantiza que la siembra y cosecha de árboles es amigable con el medio ambiente y su entorno social. “Lo que nos llega aquí de apoyo del gobierno es para cultura de la gente, para sembrar la idea de que tenemos recursos y que hay que aprovecharlos. Tenemos aquí casi un siglo viviendo del bosque y el bosque aquí está, lo que demuestra que sí se puede”, apuntó Meraz. Entre 1997 y 2005, la superficie de bosques mexicanos que tienen la certificación FSC pasó de 110 mil a casi 651 mil hectáreas. G-Bosques recuerda que 80 por ciento de la cobertura boscosa de México está en manos de comunidades, pero denuncia que a ese sector el gobierno ayuda poco o casi nada. Eso es falso, respondió el director de la Conafor. “La mayor parte del presupuesto va a las zonas comunales y ejidales”. Sobre el presupuesto forestal, el funcionario reconoció que aún se invierte poco, pero acotó que el actual gasto en el sector, de unos 318 millones de dólares anuales (suma que incluye dinero del gobierno y de los estados), creció más de mil por ciento desde 2000. “Por supuesto que no vamos arreglar al sector forestal de la noche a la mañana, pero sí puedo garantizar que ahora hay políticas muy claras en el sector forestal mexicano y una política de Estado”, lo que no había en el pasado, afirmó. No obstante, el G-Bosques hace un juicio totalmente distinto. “Todos los diagnósticos disponibles, tanto de G-Bosques como los que ofrecen otras instituciones, demuestran que los recursos forestales de nuestro país están en grave riesgo. Es preocupante que teniendo México un recurso natural tan importante, las instituciones gubernamentales no dimensionen el problema y las acciones efectivas de solución”, señala en uno de sus documentos.
* El autor es corresponsal de IPS

1 comment:

Anonymous said...

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