La Nueva España
EDITORIAL PRENSA ASTURIANA
En primer término, el alcalde somedano y la Viceconsejera, ante la sede del Centro de Investigación de la Biodiversidad.
Los primeros trabajos de esta «sucursal» del Consejo Superior de Investigaciones Científicas para la Cordillera arrancarán en verano de 2006
Pola de Somiedo, Myriam MANCISIDOR
El parque natural de Somiedo, declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera, es un enclave natural privilegiado que contará con una nueva «especie» entre su biodiverso catálogo: los investigadores de la naturaleza. El próximo 3 de noviembre entrará en funcionamiento el Centro Superior de Investigación Científica de la Biodiversidad en la Cordillera Cantábrica. Este centro de estudio de la biodiversidad arrancará en Somiedo con fuerza desde el principio y, así, según adelantó ayer la viceconsejera de Medio Ambiente del Principado, Belén Fernández, un grupo de trabajo formado por seis «sabios» de la naturaleza comenzará a desarrollar su labor el próximo mes con el objeto de marcar las directrices de este proyecto científico. Ellos son, por parte del parque somedano, el actual director del mismo, Pablo Álvarez Cabrero, y el biólogo José Félix García Gaona. Por parte del Principado participarán en este proceso constituyente el profesor José Ramón Obeso, así como el investigador Alfredo González Nicieza. Por parte del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) trabajarán el biólogo Miguel Delibes de Castro y un nombre más que por el momento está en el aire. Seis personas de tres instituciones que son las que más tendrán que decir en cuanto a la puesta en marcha en Somiedo del Centro Superior de Investigación Científica de la Biodiversidad en la Cordillera Cantábrica. La Universidad de Oviedo, el Gobierno regional y el CSIC serán los encargados de poner fechas, dinero (aproximadamente 2 millones de euros) y objetivos a un proyecto de investigación que, a día de hoy, ya cuenta con un pequeño local en Pola de Somiedo en el que fuera edificio de la Cámara Agraria. El Principado es el encargado de acometer la rehabilitación del inmueble, con un presupuesto de 109.000 euros, en el edificio irán ubicadas las oficinas administrativas y los despachos de los investigadores. El área donde se ubicarán los laboratorios y la estación de campo será la de la escuela hogar, y desde aquí «investigadores de talla» elaborarán sus informes sobre naturaleza, sociedad y economía. Trabajos dignos de biólogos, naturalistas y también antropólogos o sociólogos. Todo estará en marcha después de un proceso que comenzará en diciembre con la reunión de los seis «sabios». A partir de ahí, con las líneas generales sobre la mesa, la Administración regional confía en poder firmar un protocolo de intenciones científicas a finales de 2005 o principios de 2006 con el CSIC y la Universidad de Oviedo para que, en el verano de 2006, cada cosa esté en su sitio y comenzar a trabajar en un proyecto que superará los límites de Somiedo y que cubrirá todo el norte peninsular. Los beneficios que el Centro Superior de Investigaciones Científicas dejará a su paso por Somiedo serán numerosos, según la perspectiva del alcalde, Belarmino Fernández Fervienza, y de la viceconsejera de Medio Ambiente. Por un lado, dijo Fervienza, el CSIC promocionará el parque natural somedano a nivel mundial y, por otro lado, según Fernández, el Centro de Investigación de la Biodiversidad permitirá trabajar con «políticas acertadas y rigor científico» en la conservación de hábitats y especies. En definitiva, a Somiedo llegarán investigadores y éstos traerán bajo el brazo «recetas» científicas que ayer, en la Pola, algunos definieron como biología de la conservación. Abogar por las especies en peligro de extinción, por las masas forestales e incluso por involucrar a los vecinos de los respectivos territorios en la conservación de la naturaleza serán algunos objetivos de este proyecto que nace «porque hay demanda de conocimientos».
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