Las novedades del FPA para el 2006 son el aumento de los fondos en un 25 por ciento -se entregarán 338 millones a 89 proyectos a lo largo de todo el país- y además de apoyar la gestión local se abrió el Fondo a la Protección de la Biodiversidad, que ya tiene 20 proyectos aprobados.
José Miguel Jaque
La Nación Chile
Puerto Saavedra.-
“Nunca. Ni en sueños me imaginé cultivando flores. Hasta el día de hoy me pregunto qué hago aquí cuando me veo limpiándolas”, cuenta José Luis Ruiz, pescador de toda la vida en su natal Puerto Saavedra. “Faltó que me parieran en el bote”, insiste orgulloso.
Ruiz preside el Sindicato de Trabajadores Independientes de Pescadores Artesanales y Cultivadores San Enrique que cuenta con unos 60 socios y quien tuvo que hacer frente a la delicada situación laboral en esa ciudad de la IX Región. “La pesca no estaba dando para vivir y estábamos comenzando a desesperarnos”, cuenta.
Entonces, se les ocurrió innovar en el cultivo del róbalo en jaulas que ellos mismos construirían en la laguna Imperial. “Es el pez más fácil de cultivar”, agrega. Con el kilo de róbalo entre 350 y 400 pesos, el negocio se proyectaba bien, aunque sólo en el largo plazo.
Primero postularon al Fondo de Protección Ambiental (FPA) que entrega la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) y se adjudicaron tres millones de pesos.
Luego, empezaron con la elaboración artesanal del alimento que necesita el róbalo. “De lombricultura no sabíamos nada”, cuenta Noelia Poza, secretaria del sindicato.
Pero aprendieron y se diversificaron. “Empezamos con la pura lombriz, no sabíamos lo que era el humus. Cuando lo descubrimos, terminamos haciendo el huerto”, cuenta Ruiz.
En el invernadero crecen acelga, cilantro, zanahoria, pepino, lechuga y tomate, además de gladiolos y lilium. “Resultó una buena alternativa para nuestras mujeres que no salían al mar”, agrega. Las mujeres incluso crearon una microempresa de banquetería.
Los trabajadores aún no han visto grandes frutos económicos. Sólo han comercializado las hortalizas y tienen conversaciones para exportar lilium. Pero han sumado apoyo de la comunidad. Tres establecimientos educativos ayudan en la recolección de desechos orgánicos y el jardín infantil Los Enanitos de la Fundación Integra ganó un proyecto FPA para hacer una red de reciclaje y trabajar en el huerto. “Vamos a tener un invernadero para los niños y van a aprender a reutilizar la basura para ayudar en la lombricultura”, explica la directora, Marisol Pichinao.
“Cuando nos embarcamos en esto buscábamos soluciones a nuestro problema como pescadores”, comenta Ruiz. “Pero vimos que podíamos proyectar a la comunidad para que tome conciencia del tema ambiental”, concluye.
Según explicó a La Nación Paulina Saball, directora ejecutiva de Conama, las novedades del FPA para el 2006 son el aumento de los recursos en un 25 por ciento -se entregarán 338 millones a 89 proyectos a lo largo de todo el país- y además de apoyar la gestión local se abrió el Fondo a la Protección de la Biodiversidad, que ya tiene 20 proyectos aprobados.
Además, se efectuará un estudio de impacto del fondo ambiental “para ver qué queda en la comunidad donde se aprueban los proyectos”.
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