El urbanismo salvaje daña la biodiversidad
La última Lista Roja, elaborada por casi 200 autores, advierte de que el 15% de las especies españolas está peor que en 2000
La flora española más amenazada sigue amenazada, sobre todo por el urbanismo salvaje y los efectos del cambio climático. Así lo indica la Lista roja de la Flora Vascular Española, que recoge la evolución de las plantas amenazadas en España desde 2000, año en el que se publicó la anterior edición.
Y la situación no ha mejorado, ya que un 15% de la flora española está peor que hace ocho años. La Lista Roja incluye 1.571 especies con algún tipo de amenaza, de las cuales 1.221 son las que cuentan con mayor grado de vulnerabilidad o están extintas.
En 2000, había 1.149 en situación más grave y, en 1984, eran 1.095. En la actualidad, el 80% de las plantas incluidas en el año 2000 siguen estando amenazadas y 229 han aumentado su grado de amenaza.
El listado cuenta con la firma de 71 autores y 107 colaboradores, y ha sido coordinador por el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Juan Carlos Moreno.
En su opinión, la flora es la "gran olvidada" de la conservación. "Nunca se ha convocado una reunión ministerial para debatir una estrategia de conservación de una especie de flora", añade el experto, que lamenta que la prioridad siempre sean los mamíferos.
Una particularidad de España es que si la planta no es endémica, no tiene planes de conservación y si además está en varias comunidades autónomas, no hay estrategias compartidas para su cuidado.
En España hay 25 taxones que se consideran extintos, de los cuales seis han desaparecido por completo (Carduncellus matritensis, Kunkeliella psilotoclada, Nolletia chrysocomoides, Normania nava, Pharbitis preauxii y Tanacetum funkii), otros 15 sobreviven en estado silvestre en otros países y cuatro se conservan ex situ.
En peligro crítico
De estas 25 extinciones, cuatro de estas plantas todavía vivían hace ocho años (Marsilea quadrifolia, Normania nava, Kunkeliella psilotoclada, Polygonum robertii) y hay 308 plantas en peligro crítico, 278 en peligro y 610 en estado vulnerable.
En todo caso, durante la elaboración de esta obra, se han descubierto poblaciones nuevas o que se creían desaparecidas, como por ejemplo en Hippocrepis prostrata, Astragalus nitidiflorus, A. oxyglottis, Carex helodes y Linaria intricata.
Las comunidades con más especies amenazadas son también las que más endemismos tienen. Así, Canarias, con 515 taxones, y Andalucía, con 509, son las más ricas en flora, con mucha distancia respecto a la tercera (Castilla y León, con 166 plantas). Entre las regiones con más áreas críticas para la conservación de la flora, se encuentran las sierras béticas y, concretamente, Granada, así como Huesca, Lleida, Asturias y León.
Moreno explica que el deterioro del medio lleva a que "cuando quedan menos de 50 individuos, la población sea inviable y más si se concentran en una zona, sometida a los mismos riesgos".
En Canarias, la presión turística y la introducción del arruí suponen una agresión para la flora, y en Sierra Nevada, el cambio climático produce una migración cada vez a mayor cota, hasta que las plantas no tengan un piso adecuado y desaparezcan.
En las áreas litorales de Levante, Baleares, Galicia y suroeste de Andalucía, la principal amenaza es la transformación por el urbanismo. La próxima Lista Roja se publicará dentro de cinco años.
Tres éxitos...
Reintroducida en Alborán con éxito
Diplotaxis siettiana (Jaramago de Alborán) - Isla de Alborán
El jaramago de la isla de Alborán se consideró extinto en la Lista roja de la flora vascular española de 2000, pero un programa de
reintroducción en el medio natural de la Junta de Andalucía tuvo éxito y cuenta ya con poblaciones viables en la isla. Las semillas se obtuvieron del banco de germoplasma de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid, creado por César Gómez.
Esta especie de jaramago es endémico de Alborán, un islote de siete hectáreas, el mayor de Andalucía. Su casi desaparición estuvo provocada por impactos antropogénicos, como la recolección de ejemplares o el tránsito por zonas donde crecía. Precisamente, la insularidad ha provocado que surgieran endemismos y entre la flora de Alborán destacan, además del jaramago, la manzanilla de Alborán (Anacyclus alboranensis) y el azuzón de Alborán (Senecio alboranicus).
Descubierta de nuevo
Hippocrepis prostrata - Sierra Nevada
Esta especie sin nombre vulgar se dio por extinta desde 1838, cuando se tuvo la última noticia de su presencia en una zona muy pequeña de Sierra Nevada (Granada), a 2.100 metros de altitud. Sin embargo, en las nuevas prospecciones realizadas en la zona para la realización de la Lista Roja, se ha descubierto una sola población de unos 2.000 individuos (muy escaso para la supervivencia de una especie) en un territorio difícil de explorar. Apenas ocupan medio kilómetro cuadrado.
Juan Carlos Moreno indica que a veces es más rentable destinar dinero a labores de campo que a redactar grandes proyectos. Las causas del declive de la Hippocrepis prostrata son la disminución de la calidad de su hábitat y la presencia de herbívoros. Una de sus particularidades es que el fruto se fragmenta en unidades con una semilla que permanece cerca de la planta madre, por lo que es muy difícil la dispersión.
Recuperada en Doñana
Juniperus macrocarpa enebro costero - Doñana
El enebro costero mide entre tres y cinco metros, y habita en las costas de Cádiz y Huelva, aunque también se han localizado ejemplares en las de Castellón, Alicante, Valencia, Mallorca e Ibiza. En el anterior estudio, se catalogó al borde de la extinción, pero en la actualidad se considera en situación vulnerable.
Crece en espacios protegidos y en la costa de Doñana, por ejemplo, se han desarrollado programas de restauración y conservación de sistemas dunares que han ayudado a su recuperación. Además, la legislación andaluza y la valenciana han protegido a la especie, aunque la balear no, a pesar de tener poblaciones importantes como los 5.213 individuos en Ca’n Pica Fort, Mallorca. La principal amenaza es la urbanización del litoral, que provoca la destrucción irreversible de la especie y su fragmentación en núcleos muy reducidos que hacen inviable su supervivencia.
... y tres fracasos
Una acuática contaminada
‘Marsilea quadrifolia’ (trébol de agua) - Cuencas del Duero y Miño
Esta planta acuática está incluida en la directiva europea de hábitats y en la última Lista Roja se la considera extinta en estado silvestre. En el año 2000, se catalogó como críticamente amenazada. “Es un caso claro de dejación y falta de interés, ya que ni siquiera tenía plan de conservación, a pesar de estar incluida en la directiva”, critica Moreno.
El trébol de agua vive sumergido en lagunas de aguas limpias y esa es la clave de su desaparición: la contaminación de los ríos, especialmente por el aumento del empleo de herbicidas tras el cambio en los usos agrícolas, y a la eutrofización del medio.
La Marsilea quadrifolia no cuenta con plan de recuperación, pero en la actualidad se está intentando reintroducir en el Parque Natural del Delta del Ebro. Además, se conservan semillas del Delta del Ebro en el Banco de Germoplasma del Jardín Botánico de Valencia.
La factura del urbanismo
‘Polygonum robertii polígonos’ - Catalunya
Este arbusto de 40 a 70 centímetros debe su extinción a las transformaciones en el litoral (paseos marítimos, vías de comunicación y polígonos industriales) y el urbanismo que han modificado su hábitat. Habitaba en Catalunya, y en el litoral arenoso de la Toscana y Córcega. Sin embargo, España es el único lugar donde ha desaparecido en los últimos ocho años. En la anterior Lista Roja del año 2000, la especie se encontraba en peligro, dos categorías previas a la extinción.
El Polygonum robertii elige para vivir zonas arenosas del litoral entre cero y 10 metros. Los botánicos apuntan que, aunque no se trata de una medida de conservación, sería interesante continuar prospectando zonas del litoral del extremo septentrional de Girona (zona comprendida entre Portbou y el Cabo de Creus) con el fin de conocer si todavía existe alguna población de Polygonum robertii polígonos.
La esperanza, en el herbario
‘Normania nava’ - Tenerife
La Normavia Nova fue descubierta en 1829 y observada en estado salvaje por última vez en Tenerife, en 1984. Es un endemismo canario muy raro, ya que, desde que se conoció su presencia en el siglo XIX, pasaron 100 años hasta que se volvió a constatar su existencia, en 1973. Su hábitat adecuado lo constituyen lugares húmedos en formaciones boscosas del monteverde. Las poblaciones conocidas se encontraban en el Parque Rural de Anaga (Lugar de Interés Comunitario) y en la Reserva Natural Especial de los Marteles, y no se conservan semillas en bancos de germoplasma.
Su desaparición se debe a dos factores: la especial forma de reproducción, ya que tiene una biología muy específica, y la disminución de poblaciones de bosques de Ixantho-Laurion en los que vivía esta planta. Como vía para recuperarla, los expertos proponen intentar germinar semillas existentes en pliegos de herbario.
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