NAIROBI – En tiempos que el desempleo se dispara, las bancarrotas siguen en aumento y los mercados de valores bajan en caída libre, a primera vista puede parecer juicioso enterrar la lucha contra el cambio climático y poner en suspenso las inversiones en medio ambiente. Sin embargo, sería éste un error devastador, de proporciones tanto inmediatas como intergeneracionales.
Lejos de significar una carga para una economía mundial que ya está demasiado estresada y sobrecargada, las inversiones ambientales son exactamente lo que se necesita para hacer que se recupere el empleo, los pedidos vuelvan a fluir y ayudar a que las economías recuperen su buen funcionamiento.
En el pasado, preocuparse del medio ambiente era visto como un lujo; hoy se ve como una necesidad. Se trata de un punto que algunos arquitectos de la economía han comprendido, pero no todos ellos.
Una gran proporción del paquete de estímulo de 825 mil millones de dólares del Presidente Barack Obama para los Estados Unidos se enfoca en un impulso a las energías renovables, “aclimatar” un millón de viviendas, y actualizar la atrasada matriz de electricidad del país. Se estima que estas inversiones podrían generar unos cinco millones de trabajos “verdes”, estimular las industrias de la construcción y la ingeniería, y hacer que Estados Unidos regrese al tema igualmente serio de combatir el cambio climático y lograr seguridad energética.
La República de Corea, que está perdiendo empleos por primera vez en más de cinco años, también ha avizorado una oportunidad verde en estos tiempos económicos sombríos. El gobierno del Presidente Lee Myung-Bak tiene planes de invertir 38 mil millones de dólares en empleos para limpiar cuatro importantes ríos y reducir el riesgo de que se produzcan desastres naturales, mediante la construcción de terraplenes e instalaciones de tratamiento de aguas.
El plan de Lee incluye también la construcción de redes de transporte de bajo impacto ambiental, como vías férreas de alta velocidad y cientos de kilómetros de ciclovías, y generar energía utilizando metano de rellenos sanitarios. El paquete también considera inversiones en tecnologías de vehículos híbridos.
En China, Japón y el Reino Unido hay planes similares de aplicación de paquetes de un "Nuevo Trato Ecológico". Son igual de relevantes para desarrollar las economías en cuanto a creación de empleos, lucha contra la pobreza y creación de nuevas oportunidades, en momentos de creciente incertidumbre acerca de los precios de los productos básicos y las exportaciones.
En Sudáfrica, el gobierno respaldó la iniciativa Working for Water , que da empleo a más de 30.000 personas, entre las que se incluyen mujeres, jóvenes y discapacitados, viendo así también una oportunidad en la crisis. El país gasta cerca de 60 millones al año en combatir plantas exógenas de alto poder invasivo que amenazan la vida silvestre local, las reservas de agua, importantes destinos turísticos y tierras agrícolas.
Esta tarea se seguirá ampliando, puesto más de 40 millones de toneladas de estas plantas son cosechadas para convertirlas en combustible para centrales eléctricas. Como resultado, se estima que se generarán cerca de 500 megavatios, equivalentes a un 2% de las necesidades de electricidad del país, creando al mismo tiempo más de 5000 empleos.
Así, es evidente que algunos países ven ahora las inversiones en infraestructura ambiental, sistemas energéticos y ecosistemas como buenas apuestas para la recuperación económica. Puede que otros países se sientan inseguros acerca de los potenciales retornos de las inversiones en servicios de ecosistemas, como el almacenamiento de carbono mediante la preservación de bosques o el desarrollo de energías renovables para el 80% de los africanos que no tienen acceso a electricidad. Otros más pueden simplemente no saber cómo seguir el ejemplo de los pioneros de manera más precisa.
A principios de febrero, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente convocará a algunos de los principales economistas del mundo a la sede de la ONU en Nueva York. Se trazará una estrategia para un Nuevo Trato Ecológico Global, adaptado los diferentes desafíos de cada país, con el fin de ayudar a los gobernantes y ministros del mundo a diseñar paquetes de estímulo que funcionen en distintos frentes.
El Nuevo Trato Ecológico Global, que el PNUMA planteó como concepto en octubre de 2008, es una respuesta a las actuales dificultades de la economía. Sin embargo, si estos paquetes de estímulo se asignan con buen criterio, pueden marcar tendencias de gran alcance y poder de transformación, generando las condiciones de una Economía Verde más sostenible, y urgentemente necesaria, para el siglo veintiuno.
Los billones de dólares que se han puesto en movimiento para enfrentar los problemas actuales, junto con los billones de los inversionistas que esperan a ver el curso de los acontecimientos, representan una oportunidad impensable hace apenas 12 meses.: la posibilidad de emprender un rumbo más inteligente y eficiente en el uso de los recursos, que pueda enfrentar retos que vayan desde el cambio climático a la escasez de recursos naturales, la carencia de agua y la pérdida de la biodiversidad.
Inflar a ciegas con miles de millones el actual rescate financiero de industrias viejas y modelos económicos exhaustos será como malgastar buen dinero en una mala hipoteca del futuro de nuestros hijos. En lugar de ello, los líderes políticos deben usar estas oportunidades para invertir en innovación, promover negocios sostenibles y estimular nuevos patrones de empleo decente y duradero.
Achim Steiner, uno de los vicesecretarios generales de la ONU, es Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Copyright: Project Syndicate, 2009.
www.project-syndicate.org
Traducido del inglés por David Meléndez Tormen
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