17 July 2008
“En Paraguay hay más soja que bosques”, afirma Guyra Paraguay
CHARLA DE TURISMO SUSTENTABLE EN LA EXPO
Hoy en día tenemos más soja que bosques en Paraguay, lo cual puede revertirse con reforestación y respeto por la biodiversidad, afirmó la oficial de educación ambiental de Guyra Paraguay, Elizabeth Cabrera. Además mencionó que la forma de lograr un turismo sustentable es trabajar con los lugareños e involucrarlos con la naturaleza.
Para lograr un turismo sustentable el mismo debe estar relacionado con la comunidad y la comunidad con la naturaleza, “estos tres componentes deben estar juntos, la gente la naturaleza y lo que es el turismo”, dijo Cabrera.
Mencionó igualmente que en Paraguay existen innumerables áreas únicas en el mundo y que actualmente existen más hectáreas con plantaciones de soja que bosques. “En 1945 había en Paraguay unas 8 millones de hectáreas que correspondía a bosques. Actualmente existe solamente un poco más de un millón de hectáreas de bosques y dos hectáreas de plantaciones de soja. Hoy en día tenemos más soja que bosques en Paraguay, estamos buscando revertir eso con la reforestación, recomponer esos paisajes para volver a tener la biodiversidad de las regiones.
La organización Guyra Paraguay realizó hoy una presentación en la Expo 2008 sobre dos sitios claves de conservación en nuestro país, El Pantanal y el Bosque Atlántico del Alto Paraná. En la misma se comentó sobre una estación biológica denominada “Los Tres Gigantes”, preparada para recibir a 13 personas, totalmente equipada para apreciar la gran biodiversidad que tiene el pantanal paraguayo. En la reserva San Rafael esta institución cuenta con otra estación biológica para recibir a estudiantes, investigadores y a todas las personas que quieran conocer el sitio.
Guyra Paraguay, que trabaja hace 10 años en nuestro país, adquirió en la región del Bosque Atlántico y en la región del Pantanal tierras destinadas a la conservación a perpetuidad. “En San Rafael tenemos 7 mil hectáreas y en el pantanal 22 mil hectáreas, todas destinadas a conservación”, dijo Cabrera. También mencionó que se están realizando trabajos y se firmaron convenios con el Estado paraguayo para administrar un millón de hectáreas en el Alto Chaco, de tal manera que la política ambiental se pueda implementar y conservar los sitios en peligro.
09 June 2008
BIODIVERSIDAD: Deforestación tensa la naturaleza al límite
BONN, 27 may (IPS) - Lucio Flores, indígena terena de Brasil, viajaba en camión por la Amazonia con un hacendado que, al observar la selva, comentó: "Mira esto. No hay nada aquí."
Siguieron andando. La selva abrió paso a una plantación. El hacendado exclamó: "¡Pero hay soja!". Para él, la selva no era nada. El cultivo lo era todo.
Flores contó su relato ante ambientalistas, representantes gubernamentales y periodistas en una sesión de la IX Conferencia de las Partes del Convenio de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP 9), que se realiza en esta ciudad del occidente de Alemania.
La anécdota ilustra las visiones opuestas que separan a la comunidad empresarial de los indígenas. "Para la agroindustria, la naturaleza no es nada. En cambio, para nosotros es todo", señaló.
Los opuestos son muy reveladores en Brasil. En su territorio está gran parte de la mayor reserva de biodiversidad del planeta, la Amazonia. Pero también es el principal productor de etanol, combustible de origen vegetal destilado de la caña de azúcar, y el segundo de soja detrás de Estados Unidos.
El gran crecimiento de los cultivos de caña de azúcar y de soja en los últimos 30 años llevó a la deforestación de grandes extensiones de tierra en la región del Amazonas, según numerosos ambientalistas.
"En Brasil hay hoy 21 millones de hectáreas cultivadas con caña de azúcar, la mayor parte para producir etanol, y soja, insumo del combustible vegetal y forraje para el ganado", indicó Camilla Moreno, abogada de la no gubernamental brasileña Terra de Direitos.
Moreno señaló que el gobierno brasileño permitió la deforestación a pesar de la ambiciosa protección legal que tiene la selva.
"Una ley de 1965 obliga a reforestar un área en 30 años con al menos 20 por ciento de vegetación autóctona", remarcó Moreno. En la Amazonia, el requisito se eleva a 50 por ciento.
"Tras el pico de deforestación alcanzado en 1995, se aprobó una medida provisoria en 1996 para elevar la reserva del Amazonas a 80 por ciento. Pero no se hace un seguimiento", se lamentó Moreno.
Por su parte, Paulo Adairo, de la filial brasileña de la organización ambientalista Greenpeace Internacional, dijo a IPS que en las 36 municipalidades de la región amazónica, sólo 20 por ciento de los hacendados aplican la legislación.
En el marco del plan agroenergético del gobierno de 2005, las plantaciones de caña de azúcar y soja aumentarán a 200 millones de hectáreas para 2030. Es decir que la deforestación continuará.
"El gobierno sencillamente ignora el hecho de que no hay forma de que los monocultivos sean sustentables, ya sean de caña de azúcar o de soja", subrayó Adairo.
El auge de los biocombustibles no está en la agenda de la conferencia de Bonn, que comenzó el día 19 y concluirá este viernes. Pero sí la deforestación, consecuencia del auge de aquéllos.
A su vez, la deforestación es la principal causa de una mayor concentración de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, a los que la mayoría de los científicos atribuyen el recalentamiento global y el actual ciclo de cambio climático.
Al final de la cadena de causa y efecto, el cambio climático diezma la biodiversidad mundial. Unas 150 especies de fauna y flora desaparecen cada día, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La mayoría son víctimas del cambio climático.
"La destrucción de selvas y la consiguiente pérdida de biodiversidad tiene consecuencias graves sobre millones de poblaciones que dependen de ella. Pero también afecta a la seguridad alimentaria y acelera el cambio climático", dijo a IPS Belmond Tchoumba, coordinador del programa bosques y biodiversidad de Amigos de la Tierra Internacional.
Los países con más deforestación son Brasil e Indonesia. Ambos son los principales productores de insumos para producir biocombustible. Las plantaciones de palma de aceite para diesel orgánico son la principal causa de la pérdida de bosques ese país de Asia sudoriental.
Numerosos científicos pronostican que en 2020, el área cultivada con palma en Indonesia se triplicará hasta alcanzar 16,5 millones de hectáreas, una superficie del tamaño de Inglaterra y Gales, lo que ocasionaría la pérdida de 98 por ciento de la cobertura vegetal del país.
La vecina Malasia, el mayor productor mundial de palma de aceite, ya perdió 87 por ciento de sus selvas, y la deforestación continúa a un ritmo de siete por ciento anual.
Numerosos ambientalistas urgieron a la conferencia de la ONU a tomar medidas de forma inmediata para frenar la deforestación de selvas importantes y contener el comercio ilegal de sus productos derivados.(FIN/2008)
07 April 2008
Aun con el actual nivel de retenciones, sembrar soja sigue siendo un gran negocio
“Aun con el actual nivel de retenciones, sembrar soja sigue siendo un gran negocio” Así lo afirmó Carlos Vicente, integrante de la organización Acción Internacional por los Recursos Genéticos, una ONG que promueve el uso sustentable de la biodiversidad agrícola.
En una entrevista con Hoy, alertó sobre el accionar de “las grandes corporaciones de los agronegocios”
Carlos Vicente es representante para América Latina de Acción Internacional por los Recursos Genéticos (GRAIN), una ONG que promueve el uso sustentable de la biodiversidad agrícola.
En una entrevista con Hoy repasó conclusiones sobre el conflicto que enfrentó durante varios días a algunos sectores agricultores con el Gobierno nacional.
Vicente disparó duros términos contra las multinacionales y los pooles de siembra pero también alertó que “para nosotros es muy claro que las retenciones no son una solución para la sojización”.
-¿Quiénes ganaron en este enfrentamiento entre el Gobierno y algunos sectores del campo?
-Yo creo que son las grandes corporaciones del agronegocio a quienes no se ha tocado y quienes siguen siendo los principales ganadores de este modelo.
Desde Monsanto, que es la dueña de la soja transgénica y del herbicida Glifosato que se aplica en las 17 millones de hectáreas de Argentina, hasta otras multinacionales como Cargill y Bunge, ninguno de ellos sufrieron ningún tipo de cuestionamiento.
Más allá del manejo que hicieron los medios más importantes aglutinando a todos los sectores del campo como si fueran uno solo, lo cierto es que la realidad del sector es muy diversa y sin dudas nada tiene que ver un pequeño productor rural con los grandes pooles de siembra. Estos grandes pooles no han sido tocados y lo más curioso es que ni siquiera son parte de las entidades rurales que se enfrentaron al Gobierno.
-¿Cree que las retenciones son una herramienta contra la sojización?
-No, nosotros creemos que lo fundamental es ver qué es lo que va a ocurrir de aquí en más si se sigue discutiendo esta problemática. Para nosotros es muy claro que las retenciones no son una solución para la sojización. Pueden ser un paso para contribuir a la distribución de la riqueza. Pero para eso hay que ver qué medidas se toman, a quién llega y a quién beneficia.
Lo que sí está claro es que las retenciones no son suficientes para detener el avance de la soja sobre otros cultivos. Sembrar soja, aún con el porcentaje actual de retenciones sigue siendo un gran negocio.
-¿Cómo se combate la problemática del avance de la soja?
-Con políticas activas. Cuando la Presidenta o la secretaria de Medio Ambiente hablan del problema del avance de la soja, hablan del impacto del Glifosato o hablan de la destrucción de la biodiversidad, están asumiendo que hay un problema, pero la solución a este problema no pasa por las retenciones sino por una política agrícola muy activa que debería iniciar ahora el Gobierno poniendo un límite al avance de la soja y poniendo un límite a sus impactos sobre el suelo por el uso de agroquímicos.
-¿Qué tan responsable es el kirchnerismo de este problema?
-Yo creo que es un problema del capitalismo globalizado donde el modelo del agronegocio se expande día a día. La responsabilidad del Gobierno actual es que no hizo nada para transformarlo pero es un modelo que se impuso en los 90.
-¿Qué rescata de positivo de esta crisis?
-Yo creo que lo positivo es que finalmente se ha puesto sobre el tapete la cuestión de fondo que es el problema de la sojización del país que es algo que nunca se escuchó en los medios de comunicación masivos.
"Sojización" y medio ambiente
Lunes 7 de abril de 2008
Nadie puede tomar muy seriamente los argumentos esgrimidos por la presidenta de la Nación y algunos miembros del gabinete, según los cuales las mayores retenciones a las exportaciones de soja obedecen a una política que busca proteger la biodiversidad. Esta justificación, que por cierto apareció tardíamente, es una nueva manera de menospreciar el ya manoseado tema ambiental en nuestro país.
Desde principios de los 90, la agricultura ha ido desplazando a la ganadería y, sin dudas, por los beneficios que otorga, la soja reemplazó al trigo, al maíz y al girasol.
La Argentina es el segundo productor mundial de soja, después de los Estados Unidos, al tiempo que la soja transgénica constituye el 60 por ciento de la producción agrícola de nuestro país.
¿Cuáles son los impactos ambientales y sociales de este fenómeno? ¿Cuáles son los beneficios para la economía de las provincias donde se siembra la soja, si tenemos en cuenta que, como país federal, los recursos naturales pertenecen a las provincias y no al Estado Nacional? ¿Cuáles son las consecuencias de la aplicación del glifosato en el suelo?
Nada de esto se analizó o por lo menos nada se exteriorizó, y cuesta creer que alguno de esos interrogantes haya sido objeto de conversaciones o consultas en el Ministerio de Economía, cuando se trataron las medidas que han generado la protesta más prolongada sufrida por el gobierno kirchnerista.
Es que no hay una discusión ambiental seria en la Argentina como no la hubo cuando las autoridades nacionales, con escaso tacto, prestaron expresa conformidad para la instalación de la pastera Botnia en Fray Bentos.
Llama la atención que por un tema ambiental hayan sido necesarios la prepotencia de los camiones de Hugo Moyano o los puñetazos de Luis D Elía, sentados ahora ambos en el palco de las autoridades nacionales, como un Aquiles del populismo. Llama también la atención, frente a un tema de profundas consecuencias ambientales, que la máxima autoridad ambiental haya tenido el escaso rol de asentir con la cabeza a los tediosos discursos de la Presidenta.
Es difícil creer que las medidas vinculadas con las retenciones apunten realmente a proteger la biodiversidad, como a atenuar la presión sobre los recursos naturales y desalentar los desmontes. Si se tratara de una política ambiental, se hubieran dado incentivos reales para evitar la "sojización": las retenciones de la soja aumentaron 9,1 puntos porcentuales para quedar en un 44,1 por ciento, y las de girasol 7,1, para alcanzar un 39,1 por ciento sobre los valores de exportación existentes al momento de lanzarse la medida. Las de trigo y las de maíz, cultivos que se pretenden fortalecer, bajaron 0,8 y 0,9 puntos porcentuales, respectivamente, para quedar en 24,2 y 27,1 por ciento. Con sólo mirar estos porcentajes se comprende que los incentivos tienen poco para motivar la protección del ambiente.
Siendo un país federal, donde los recursos pertenecen a las provincias, si las retenciones fueran menores los productores deberían tributar un mayor impuesto a las ganancias que, a diferencia de las retenciones, se coparticiparía con las provincias. Estas serían, sin duda, las indicadas para proteger, con esos fondos sus valiosos recursos naturales. No parece haber una relación ambiental entre los recursos que maneja el Estado nacional con absoluta discrecionalidad y los escasos recursos de las provincias, cada vez más dependientes del poder central.
Tampoco parece tener mayor sentido ambiental una de las medidas tomadas por el Gobierno para distender la tensión con el sector rural: aliviar los costos de flete en la región del NOA y del NEA. Esto, curiosamente, está en las antípodas del discurso de la Presidenta en uno de sus puntos más enfáticos: luchar contra la "sojización" y proteger las masas boscosas que quedan en pie en el país. Si algo impedía el avance de la frontera sojera en los bosques del NOA hasta ahora era justamente el costo de flete.
Otra vez, se ha perdido una oportunidad de analizar la dimensión ambiental con la profundidad ética que se merece. Tal vez, lo revolucionario y unificador para nuestro país hubiera sido poder discutir razonablemente una política de usos del suelo -que tanto importa a los argentinos y a las futuras generaciones de argentinos-, de un modo más inteligente. Con menos demostraciones de poder y mayor reflexión.
La sensación es que la biodiversidad importa poco, y lo poco que importa es una excusa para seguir centralizando un poder antes que para sembrar las semillas de una política de Estado en materia de protección del medio ambiente.
31 March 2008
Picolotti criticó la expansión de los cultivos de soja
Buenos Aires. La secretaria de Ambiente, Romina Picolotti, advirtió ayer sobre la expansión del cultivo de soja y señaló que ésta “representa una poderosa amenaza sobre la biodiversidad”.
En un comunicado, la funcionaria sostuvo que “la expansión de la soja representa una poderosa amenaza sobre la biodiversidad en la Argentina”, y puso como ejemplo el aumento de la deforestación en las provincias del Chaco, Córdoba, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán.
En conjunto, esos seis distritos “perdieron 660 mil hectáreas de bosques nativos entre 2002 y 2006 como consecuencia directa del avance del cultivo de soja”, destacó.
Picolotti alertó además sobre los efectos que la denominada “sojización del país” está provocando en la calidad de las tierras cultivables.
“Los monocultivos, como el de la soja, originan desequilibrios agro-ecológicos como la pérdida de la capacidad productiva de los suelos; una mayor presión de plagas y enfermedades; cambios en la población de malezas y un mayor riesgo por contaminación con plaguicidas”, expresó.
Asimismo, la secretaria de Ambiente señaló que “el cultivo de soja tiene las características de ser extractivo de nutrientes del suelo, que exige una práctica de rotación determinada según la zona y, a la vez, en ciertos suelos no es aconsejable a pesar de sus buenos resultados económicos a corto plazo”.
“Pensando en el mediano y largo plazo, la sostenibilidad agrícola sólo se puede garantizar con los sistemas diversificados para preservar el ambiente en general y el suelo en particular, en una forma notablemente superior al caso de los monocultivos”, explicó Picolotti.
Agregó que “otra consecuencia indeseada del proceso de expansión sojera es la reducción de la seguridad alimentaria en los países productores, al destinarse a su cultivo tierras que previamente se utilizaban para la producción lechera, los granos o la fruticultura”.
Según datos de la Secretaría de Ambiente, la intensificación de la producción sojera en Argentina provocó una importante caída en el contenido de nutrientes del suelo.
Su producción continua implicó la extracción, sólo en el año 2003, de casi un millón de toneladas de nitrógeno y alrededor de 227.000 de fósforo, nutrientes considerados esenciales para el crecimiento, desarrollo y rendimiento de los cultivos. Agencia Télam