5 Agosto de 2005
Terra Actualidad - Europa Press
Un estudio publicado recientemente por la revista 'Science' ha demostrado que la pesca masiva que se ha producido en el mundo, especialmente en países como Japón en la última década, ha reducido de manera notable la diversidad del pescado en los océanos, dejando a los ecosistemas marinos 'indefensos' ante el peligro de cambio climático. La investigación, recogida esta semana por el diario 'The New York Times', señala que la pesca masiva está acabando con la variedad de especies marinas de las zonas costeras y recogen datos sobre las prácticas que han desarrollado los pescadores de atún, pez espada, pez aguja o marlin desde 1950. Los investigadores de la revista contrastaron estos datos con los recogidos por las Agencias estatales de Estados Unidos y Australia en 1990, con el objetivo de que las conclusiones de estas investigaciones sean aplicadas de una manera efectiva, para terminar con el 'expolio' de la fauna marina. El biólogo de la Universidad de Dalhousie y uno de los autores del estudio, Boris Worm, destacó que 'las especies de los océanos se han agotado' y confirmó que el estudio ha sido realizado 'con el fin proteger las áreas donde aún existe diversidad ecológica'. Otros de los autores del estudio, el doctor Ransom Myers también miembros de la Universidad, destaca que la escala industrial y comercial de pescadores ha reducido la población marina al 90%. Este informe vincula esta disminución de la fauna del mar expresamente a las flotas pesqueras japonesas. Los investigadores señalaron que en muchas zonas la variedad biológica ha descendido hasta la mitad de la que habitaba en los mares en 1950. Actualmente, los pescadores de atunes y de peces aguja recogen algo menos de la mitad de las cantidades que pescaban hace cincuenta años. Myers argumentó que este estudio 'no quiere significar que todas estas especies están en peligro de extinción', pero destacó que 'no somos conscientes de que la situación es dramática'. Sin embargo, el jefe del Centro de Industria Pesquera de la Universidad Británica de Columbia, Daniel Pauly, explicó que los investigadores 'sólo han detectado una tendencia a largo plazo de la variación normal de la diversidad en el espacio y en el tiempo' y criticó que el análisis se haya centrado en tan pocas especies. Por el contrario, los autores del estudio expusieron que las zonas más afectadas por la sobreexplotación pesquera y por la reducción de la fauna de sus zonas costeras han sido las situadas entre Australia e Indonesia, que desde el año 1950 'se han ido haciendo cada vez más pequeña'. 'La carencia de diversidad animal es un problema' apuntó Worm, porque 'los ecosistemas con pocas especies son menos resistentes a crisis medioambientales como el cambio climático'. Por ejemplo, la escasez mundial de atún es un problema, porque 'especies raras' como la albacora se cruzan en las redes que utilizan los pescadores para la pesca. En este sentido, Worm explicó que 'el calentamiento global es el problema principal', ya que antes las zonas calientes eran las más ricas del planeta y la mayor diversidad en el mar se encuentra en las zonas tropicales que se han calentado poco a poco hasta llegar a una temperatura de 25 grados centígrados, lo que perjudica gravemente la fauna autóctona. En las zonas donde el agua es demasiado caliente o fría, la diversidad tiende a descender. El agua caliente 'es perjudicial para las grandes especies nadadoras', como el atún o el pez espada, ya que 'generan una gran cantidad de calor cuando nadan, lo que contribuye al calentamiento global de los océanos'.
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