Tras varias semanas de cruce de acusaciones entre los cazadores y Medio Ambiente, que llegaron a su máximo nivel con la multitudinaria manifestación -ayer se confirmó que los asistentes fueron entre 180.000 y 200.000 personas- que recorrió las calles de Madrid el pasado 1 de marzo, los ánimos de unos y otros por la polémica Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad parecen haberse calmado o, al menos, se han sentado las bases para el diálogo.
A pesar de que los representantes de la Real Federación Española de Caza, con su presidente Andrés Gutiérrez de Lara a la cabeza, abandonaron la reunión celebrada ayer con la ministra de Medio Ambiente en funciones, Cristina Narbona, y el secretario general para el Territorio y la Biodiversidad, Antonio Serrano, en la escasa media hora que duró el encuentro los cazadores consiguieron arrancar algunos compromisos sobre sus reivindicaciones.
El abandono de la reunión se produjo «por coherencia», según explicó Gutiérrez de Lara a ABC, puesto que a ella no se había invitado a una parte importante del sector cinegético, como las federaciones de galgos, de tiro olímpico y tiro al vuelo, ni a organizaciones agrarias como Asaja, que habían apoyado la manifestación, y en cambio sí se había invitado a participar a la Unión Nacional de Asociaciones de Caza que, según De Lara sólo representan al 0,1% de los cazadores y no apoyaron la convocatoria de la manifestación.
Sobre las acusaciones de politizar el asunto, De Lara afirma que «hemos demostrado que de política, absolutamente nada, que el 70 u 80% de los asistentes a la marcha eran gente del campo y no de escopeta de culata de marfil». Gutiérrez de Lara cree que «la ministra se ha dado cuenta de esto» y por eso «ha abierto el diálogo, lo cual me alegra, aunque se podría haber hecho antes».
Grupo de trabajo
En este sentido, Narbona acepta crear un grupo de trabajo con funcionarios de Agricultura, Medio Ambiente e Interior, como pedían los cazadores, y con representantes del sector cinegético y del campo.
Teniendo en cuenta la actual situación de Gobierno en funciones, Narbona se comprometió a precisar por vía reglamentaria en qué humedales se prohíbe el uso del plomo para evitar «confusiones». Y es que los humedales de importancia internacional, incluidos en la Lista Ramsar, está muy claro cuáles son, pero no ocurre lo mismo con los de la Red Natura 2000, red europea de espacios protegidos, entre otras cosas porque las comunidades encargadas de designar estas zonas se han dedicado a jugar al despiste por diferentes intereses, sobre todo urbanísticos, como en ocasiones han denunciado los ecologistas.
«Nunca hemos estado en contra de que se prohíba la munición con plomo -dice Gutiérrez de Lara-, lo que pedimos es que se concrete en qué zonas, y si es mucho terreno que se establezca una moratoria para desarrollar municiones alternativas».
No obstante, ya sea el actual o un nuevo equipo ministerial, tendrán que darse prisa. La temporada de caza se abre en junio. Si antes de ese plazo no está ese listado «con nombres y apellidos» de los humedales, «volveremos a las medidas de presión», dice De Lara.
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