19 June 2009

La economía verde es la que más empleo genera en Europa

Portal del Medioambiente
17-06-09

En un informe presentado ayer en Bruselas por WWF, se confirma que con más de tres millones de empleos en toda Europa, las actividades económicas verdes están superando a las industrias contaminantes en términos de generación de empleo.

El informe “Low carbon jobs for Europe” muestra que al menos 3,4 millones de empleos europeos están relacionados directamente con la energía renovable, transporte sostenible y bienes y servicios de eficiencia energética. Sin embargo, las industrias contaminantes como la minería, electricidad, gas, cemento, hierro y acero, dan trabajo a 2,8 millones de personas. Se prevé que la economía baja en carbono continúe expandiéndose en el futuro, mientras que el trabajo extractivo y contaminante seguirá disminuyendo.

Jason Anderson, Responsable de Política Europea de Energía y Clima de WWF, declaró: “El estudio señala claramente a los ganadores y aporta evidencias de que las políticas respetuosas con el clima y las tecnologías contribuyen positivamente a la economía” Y concluyó: “La economía limpia está a punto de despegar. Si los políticos continúan apoyando industrias contaminantes, Europa tendrá que hacer frente a costes muy elevados en el futuro, tanto ambiental como económicamente”

De los datos disponibles en el informe cabe destacar las 400.000 personas empleadas en actividades relacionadas con energía renovable, los 2,1 millones que trabajan en transporte eficiente y las 900.000 personas que trabajan con bienes y servicios derivados de la eficiencia energética. Entre estos empleos se incluyen, por ejemplo, la fabricación, instalación y mantenimiento de turbinas eólicas y paneles solares y obras de construcción para mejorar la eficiencia en los edificios. El empleo indirecto relacionado se estima en unos 5 millones más.

Todos estos sectores están mostrando un crecimiento significativo, especialmente la energía eólica, solar fotovoltaica, bioenergía, transporte público y edificios eficientes.

España es, junto con Alemania, líder europeo en energía eólica. En 2008 el sector eólico empleó en nuestro país directamente más de 20.000 personas, a las que hay que sumar 40.000 de empleo indirecto.

Con vistas a la próxima reunión del Consejo Europea en Bruselas, el 18 y 19 de junio, WWF pide a la UE que se comprometa firmemente a cortar las emisiones domésticas de gases de efecto invernadero y que se mueva hacia una economía verde.

Heikki Willstedt, experto en energía de WWF España afirmó: “las energías renovables son una opción real y crean mas empleos que las energías obsoletas y contaminantes. El gobierno, con su decisión sobre el cierre de la central nuclear de Garoña, tiene la oportunidad de dar señales claras sobre el modelo energético por el que apuesta para nuestro país” www.ecoportal.net

10 June 2009

MARN y Salvanatura presentan áreas claves para conservar biodiversidad

Se han identificado 18 áreas, pero no todas son Naturales Protegidas por lo que hay peligro de que sean dañadas.

La Prensa Gráfica, El Salvador
Escrito por Isabela Vides Martes, 09 junio 2009 15:05

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y Salvanatura dieron a conocer hoy por la mañana las Áreas Claves de Conservación de la Biodiversidad (KBA's por sus siglas en inglés) que se enmarca en un estudio realizado por tres años con el apoyo de la asociación Conservación Internacional. De las 18 áreas que se identificaron como claves en el país, tres ya son Áreas Naturales Protegidas (ANP) estas áreas son seleccionadas por su importancia para especies en peligro crítico o vulnerable de extinción a nivel mundial por lo que conservar ese espacio asegura la conservación de dichas especies.
Según dijo Jaime Moreno, de Conservación Internacional, en El Salvador 59 especies están en peligro de extinción en El Salvador (entre plantas y animales). Mientras que tan solo de animales en toda la región se suman 148 especies en riesgo. De convertir estas KBA's a Áreas Naturales Protegidas, se cubriría un 12% de todo el territorio nacional. Por el momento solo un 3% de todo el territorio está protegido.

08 June 2009

Los pobres tienen en sus manos el futuro alimentario

La Cumbre de Túnez acuerda dar 80 millones para salvar la biodiversidad

El País / EMILIO DE BENITO - Madrid - 07/06/2009 Vota Resultado 38 votos

La esperanza para la alimentación de la humanidad en el futuro está en los países en desarrollo, que mantienen una mayor biodiversidad en sus cultivos. Para ayudarles, 121 países han acordado esta semana en Túnez un adelanto de 80 millones de euros para financiar proyectos de desarrollo. La idea, como explica el español José Esquinas Alcázar desde la capital africana, es que mantengan la biodiversidad que los más ricos han despreciado en aras de una mayor rentabilidad.

Con esta premisa, la Agencia para la FAO consiguió que en 2001 se firmara un acuerdo, el Tratado Internacional de Recursos Fitogenéticos para la Agrocultura y la Alimentación. El texto "tiene el mismo nivel legal que el de Kioto sobre cambio climático, pero a pesar de su importancia casi nadie le hace caso", comenta Esquinas, considerado el padre del convenio, que España ratificó en 2006. En Túnez ha habido representantes de 121 países que ya lo han ratificado.

La razón del acuerdo es la pura supervivencia humana. Mientras cuatro cultivos (trigo, arroz, maíz y patata) suponen el 60% de la alimentación calórica de los habitantes del mundo, en los países pobres se mantienen especies de nombres exóticos -quinua, kiwicha, tarwi, cañihua, por citar sólo algunos cereales andinos- que pueden ser la reserva si en un futuro las plantas más consumidas actualmente sufren una epidemia o resultan inviables por cambios en el entorno (por ejemplo, por el calentamiento), advierte Esquinas.

Claro que mantener estas especies no es gratis. Las modas y los hábitos -el "colonialismo alimentario", como dice el experto- han hecho que de las 8.500 especies vegetales que se han usado a lo largo de la historia como sustento de la humanidad, actualmente sólo se exploten 150. "Hay una erosión genética", afirma Esquinas.

El problema es que convencer a los pobres para que mantengan sus variedades cuesta dinero. El acuerdo prevé que se les compensará con una parte de los beneficios de las patentes obtenidas a partir de sus semillas. Pero eso lleva tiempo. Por eso en Túnez, después de una semana de discusión, se ha llegado al acuerdo de hacer una aportación a cuenta. Son sólo 121 millones de dólares. Muy barato para asegurar la alimentación mundial.

Los indígenas y la conservación de la naturaleza

El 80 por ciento de las eco-regiones están habitadas por uno o más pueblos

La Jornada - Michoacán
PABLO ALARCON-CHAIRES (I parte)

Los pueblos indígenas, con una población cercana a los 400 millones, habitan 75 países y casi 20 por ciento de las tierras emergidas del planeta, donde su presencia se remonta a milenios de años y representan entre 80 y 90 por ciento de la diversidad cultural del planeta.
El 60 por ciento del total de lenguas existentes se concentran en nueve países y de estos, siete están dentro de los países con mayor riqueza de especies biológicas – México entre ellos–; es decir, donde hay riqueza biológica, hay grupos indígenas.
El Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF, por sus siglas en inglés) señala que 80 por ciento de eco-regiones están habitadas por uno o más pueblos indígenas. No es raro entonces que 85 por ciento de las áreas naturales protegidas de Latinoamérica tengan poblaciones indígenas en su interior.

Para el caso de México, se calcula que 80 por ciento de la población indígena se encuentra asentada en las superficies mejor conservadas del país. De las 925 especies animales registradas en categorías de conservación especial, 620 son protegidas dentro de territorios indígenas. Se calcula que los ejidos y comunidades agrarias en municipios indígenas posean 60 por ciento de la vegetación arbolada del país.

Por ello, agencias internacionales, sociedad civil e investigadores coinciden en que los aliados naturales para la conservación y el buen manejo de los ecosistemas son los grupos indígenas. Esto es así, porque las formas de vida de las culturas indígenas tradicionales están basadas en un manejo sustentable de los ecosistemas locales, lo que les ha permitido su existencia como especie y grupo cultural durante cientos de años.

Son los actores más importantes en el trabajo de conservación y con quienes deben planearse, establecerse y manejarse las áreas naturales protegidas. Más aún, la particular cosmovisión de los pueblos indígenas explica esta protección innata a la naturaleza, debido a que sus rituales y ceremonias están encaminados a fortalecer sus vínculos con ella, evitando el consumo excesivo de los recursos naturales, dado que la conservación es un requisito indispensable para su subsistencia material y simbólica. Así, no únicamente la visión utilitaria de los recursos naturales es un factor que influye para que las sociedades tradicionales conserven sus recursos.

La imagen del nativo ecológico que se tiene del indígena ha resultado demasiado idílica y prístina para otros sectores vinculados a la conservación, por lo que sugieren la necesidad de redefinir este “mito popular”. Si bien tienen fundamentos estas aseveraciones, no habría que olvidar la manera en que se relacionan estos comportamientos con la brusca inserción de los pueblos indígenas en la dinámica socioeconómica, además de las políticas nacionales e internacionales, donde las prioridades son otras y rápidamente permean a estos grupos humanos, causando la pérdida de sus “cualidades” tradicionales de las que surgió una relación armónica con la naturaleza. Esto parece ser cada vez más común, como lo señalan diversos estudios sobre antropología ecológica, que indican que actualmente es común encontrar grupos indígenas que tienden a maximizar las ganancias en corto tiempo, a expensas de una sustentabilidad a largo plazo.

Un paso para lograr la conservación biológica reside en entender la conducta de los pueblos indígenas sobre qué, por qué, dónde y cuándo conservan. Esto permitirá entender que los indígenas no se oponen a la conservación, sino a aquellos mecanismos que los marginan y excluyen. La sustentabilidad debe estar cimentada a través de prácticas sociales y tradicionales dentro de las comunidades, pero el “talón de Aquiles” de algunos programas de conservación con participación local es que toma años la obtención de beneficios, mientras que el costo inmediato tiene que pagarse por los actores locales quienes día a día tienen que cubrir sus necesidades elementales, lo que finalmente pauperiza al ambiente y al grupo social.

Por otro lado, es común que la riqueza biológica presente en tierras y territorios indígenas se convierta en una amenaza para ellos, debido a diferentes procesos disruptivos sociales y ambientales, producto de los diversos intereses guiados por la lógica económica de mercado que busca maximizar la explotación de recursos naturales tales como el petróleo, el gas, los metales preciosos u otros recursos que, paradójicamente, crean y sumen en la pobreza a estos grupos humanos. Por desgracia, en el discurso oficial de la mayoría de las naciones, el estribillo que impera es salvar a la naturaleza por razones económicas, más que un reflejo de ética y moral para con el entorno natural y sus habitantes