Los distintos planes energéticos de los gobiernos incorporan esta energía como un elemento a potenciar.
Diario de Córdoba
17/09/2006 RAFAEL
La radiación solar incidente sobre la superficie del planeta tierra llega de forma diferencial según la latitud. Este contraste hace que las diferentes partes del globo se calienten de manera desigual, tengan distintas temperaturas y se produzcan corrientes de aire que tienden a compensar estas diferencias. De esta forma se produce el viento.
La energía procedente del sol transformada en viento puede ser captada para su transformación en energía eléctrica. Nos encontramos ante una energía renovable, es decir, su uso no depende de un recurso finito y por tanto agotable.
No produce en su transformación ningún tipo de contaminante, ni es lanzado a la atmósfera dióxido de carbono, tan frecuente en los procesos de combustión y señalado como uno de los principales precursores del cambio climático.
El protocolo de Kioto
El incremento de la utilización de la energía eólica es uno de los objetivos del protocolo de Kioto, entre otros. Por ello los distintos planes energéticos contemplan esta energía como un elemento a potenciar y las administraciones establecen líneas de ayuda para su instalación.
Los escenarios previstos para el año 2010 por el Plan de Energías Renovables en España pretenden obtener un compromiso de cubrir con fuentes renovables el 12% del consumo total de energía e incorporar el 29,40% de generación eléctrica con renovables. En esta línea se reserva una importante faceta a la energía eólica.
Las comunidades autónomas con competencia en la ordenación y planificación energética están elaborando o han elaborado sus propios planes, que en la mayoría de los casos son más ambiciosos que las previsiones realizadas a nivel nacional. Se pretende finalizar la década con una potencia instalada de energía eólica sobre los 20.000 MW frente a los cerca de 40.000 MW que han programado las autonomías. Muchas mantendrán su actual tendencia, como Galicia, Navarra, Aragón, Castilla la Mancha y Castilla León; pero en otras como Andalucía y Comunidad Valenciana se producirá el despegue del sector.
Ante esta situación, el gobierno central anunció en mayo la limitación en el número de aerogeneradores subvencionados, lo que ha provocado cierto desasosiego en las comunidades autónomas que también habían encontrado un semillero para el desarrollo rural sin coste alguno. Hay que tener en cuenta que un molino produce un ingreso anual de cerca de 5.000 euros a los ayuntamientos y si es un particular el que cede el terreno 4.000 euros, además de la primera licencia que ronda los 3.000 euros por molino.
Los parques son muy sensibles y ante cualquier problema se desconectan de la red para proteger los aerogeneradores.
Además, la suma de los parques eólicos autorizados es superior a lo que el sistema puede asumir técnicamente. Se necesita una revisión urgente de la planificación de infraestructuras eléctricas para permitir evacuar la nueva generación eólica no prevista anteriormente. De igual forma, es necesaria la mejora tecnológica de los aerogeneradores para optimizar su comportamiento frente a la red, sin que afecte a la calidad, fiabilidad y seguridad del suministro. En la actualidad existen muchas zonas en las que no puede evacuarse la energía producida, llegando a situaciones en las que ni tan siquiera puede dotarse de electricidad a nuevos polígonos industriales.
En este panorama en el que existe y debe existir una apuesta por este tipo de generación de energía, se le suma otra cuestión determinante, los altos precios que se pagan para instalar los aerogeneradores. Ante esta situación muchos propietarios y entes locales apuestan por el desarrollo de esta tecnología frente a otros planteamientos.
Iniciativas en la provincia
En la provincia de Córdoba existen varias iniciativas para la instalación de parques eólicos. En este punto, conviene recordar que la ubicación de estas infraestructuras debe orientarse hacia aquellos lugares con menores valores ambientales a conservar, fundamentalmente de baja biodiversidad, siempre que exista el viento necesario para ser aprovechado y transformado en energía eléctrica. Los impactos vienen dados principalmente por los caminos a construir que de forma permanente unen todos los aerogeneradores, y por tanto fragmentan los hábitats y provocan pérdida de biodiversidad in situ; el impacto paisajístico, la colisión de las grandes aves contra las aspas de los molinos, y todos los asociados a las líneas eléctricas de evacuación, con los consecuentes colisiones y electrocuciones si no se adoptan las medidas correctoras adecuadas.
Las prisas no son buenas porque la tecnología avanza rápidamente y comienza a hablarse de los parques eólicos marinos y sin duda en el mar hay más viento que en la tierra con menos turbulencias y más estable que puede cubrir con suficiencia todas las necesidades.
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