El Financiero, México
Marvella Colín
Viernes, 19 de enero de 2007
* La producción del grano creció 0.8%, frente a un avance de 1.7% del consumo; más del 50% de la siembra depende de tierras de temporal.
La actual crisis del maíz en México representa el fracaso de la política de reactivación del campo en los años recientes, al advertirse que el principal alimento del mexicano aumentó su producción sólo 0.8 por ciento en promedio anual en los últimos diez años, siendo que el consumo global avanzó 1.7 por ciento.
En la producción de maíz se involucran cerca de dos millones de campesinos y agricultores, y pese a que es el producto de mayor consumo en México, más de la mitad de la producción (10.3 millones de toneladas) aún depende de tierras de temporal, haciendo más vulnerable el abasto.
A nivel regional, las zonas con gran aportación a la producción nacional, como la del sureste y centro, han reducido su producción respectivamente en 0.4 por ciento y 4.7 por ciento en promedio anual, en los últimos diez años.
El rezago productivo del maíz coloca a México en una posición difícil en el plano internacional, donde los precios a futuro en los mercados mundiales marcan una tendencia alcista al ubicar el precio hasta en un máximo de 171 dólares la tonelada para julio de 2007, dada la alta demanda del grano para producir etanol y la baja en los inventarios mundiales.
Actualmente se encuentran en un margen de 168 dólares por tonelada.
Los altos precios del petróleo y la posibilidad de sustituirlo por energéticos renovables han impulsado a que varios países, especialmente Estados Unidos, produzcan etanol -que se elabora con base en el maíz- ocasionando escasez y encarecimiento del grano, pues cada vez más se cierra la brecha del costo entre producir un galón de petróleo y uno de etanol.
En Estados Unidos el costo aproximado de un galón (3.7853 litros) de etanol derivado del maíz, es de 1.10 dólares, en comparación con 0.78 dólares por galón de petróleo.
Lo anterior destaca una evaluación del área de Análisis Económico con base en datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria, y del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
En el actual contexto mundial de mayor diversificación del uso del maíz, se ha impulsado el precio internacional en 80 por ciento en 2006, y en lo que va de 2007 ha llegado a su máximo de 10 años al cotizar en 236 dólares la tonelada de maíz blanco, y en 152 dólares la tonelada de maíz amarillo.
Tales niveles de precios han puesto en jaque a la industria maicera mexicana, que si bien es la cuarta mayor productora en el mundo, paradójicamente es una de las que más importa, ya que la producción es de cerca de 22 millones de toneladas cuando el consumo nacional aparente es de aproximadamente 27 millones de toneladas, lo cual ha ocasionado un déficit comercial de 632 millones de dólares anuales.
En especial la producción ha sido insuficiente para abastecer al mercado interno, principalmente de maíz amarillo, cuyos requerimientos de importación son superiores a los cinco millones de toneladas por año.
Aun cuando el maíz amarillo no es para el consumo humano directo, tiene igual importancia al destinarse a los forrajes del ganado, cuya carne finalmente será para el consumo humano; pero también el grano se destina a fines industriales como el almidonero, cerealero y botanero, entre otros.
Así, en el corto y mediano plazos no sólo la tortilla y los derivados del maíz son los que aumentarán de precio, sino también los productos cárnicos, pues la mayoría de ellos utilizan maíz como insumo principal.
La falta de visión de considerar al maíz no sólo como el alimento primordial del mexicano, sino como un producto con una amplia diversificación en su uso -entre ellos para la producción de energía- está ocasionando mayores costos y la imposibilidad de enfrentar una fase crítica de alzas en los precios del grano.
De acuerdo con un análisis de los factores fundamentales, a nivel mundial se espera un escenario alcista de precios en el mercado de futuros, ya que según las previsiones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, para el año comercial de maíz (septiembre-agosto) 2006/2007 habrá un descenso en la producción mundial de 0.4 por ciento anual, como contrapartida con un aumento del consumo de 4 por ciento. Asimismo, otro factor que impulsará los precios es la previsión de una baja en los inventarios mundiales de 27 por ciento, principalmente por el descenso de los inventarios de Estados Unidos -primer productor mundial- y de China -el segundo más importante.
Destaca que en el actual ciclo, la Unión Americana por primera vez destinará la misma cantidad que exporta para producir etanol, y que es cercana al 20 por ciento de su producción.
Este panorama ha ocasionado una fuerte especulación en torno al abasto del grano en el mundo, y especialmente en México, que depende directamente de los envíos de Estados Unidos.
En nuestro país ya se ha anunciado que se van a abrir tres plantas de etanol, lo cual también tiende a impulsar los precios.
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