12 October 2007

MUCHO MÁS QUE METROS CÚBICOS

Noticias de Oaxaca, Viernes 12 de octubre de 2007. Núm. 11022

Expo Forestal 2007:
MUCHO MÁS QUE METROS CÚBICOS

Dos decretos importantes anunció el presidente Calderón durante la inauguración de la 5ª Expo Forestal, que se llevó a cabo durante los días 27-29 de septiembre pasado en Guadalajara: El gobierno federal se compromete a ocupar sobre todo papel reciclado o por lo menos papel de plantaciones forestales nacionales; además, las instituciones gubernamentales federales comprarán sólo muebles hechos de madera mexicana certificada.
Aunque no suficiente en absoluto, por lo menos son dos pasos concretos para acercar la política forestal y ambiental al resto de la política federal, generando un mercado que tanto anhelan los productores mexicanos.
Sin embargo, después de cosechar el aplauso, el presidente se dedicó principalmente al apoyo creciente que da a las plantaciones forestales comerciales, al tan anunciado PROÁRBOL y sobre todo al pospuesto Gasolinazo.
Días después, la organización ambientalista Greenpeace puso el dedo en la llaga, criticando las tendencias dentro del presupuesto forestal 2008: Aunque el 80% de los recursos forestales está en manos de las comunidades y ejidos, el apoyo para ellos queda muy rezagado en comparación con los monocultivos que finalmente son estas plantaciones. ¿Una política de dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás? Durante la Expo, con su mezcla de negocios e intercambio de experiencias comunitarias y empresariales, Noticias Voz e Imagen de Oaxaca escuchó a distintas voces y habló con el nuevo titular de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), José Cibrián Tovar, quien se mostró sensible y dispuesto a discutir la política que él tiene que (re)presentar y justificar.

Julia Carabias, ex–titular SEMARNAT: “LA MAYOR DEFORESTACIÓN ESTÁ EN AMÉRICA LATINA”

“Durante el sexenio anterior, la política ambiental tuvo una baja muy fuerte, porque el gobierno no la tomó con la fuerza que este tema requiere”, opinó Julia Carabias durante una conferencia de prensa ofrecida antes de su conferencia magistral. “El medio ambiente siempre ha quedado relegado, no sólo en México, sino en todo el mundo. Hoy día está más alto en la agenda.”

Después de seis años como funcionaria pública, la maestra en ciencias nuevamente se dedica a la cátedra en la UNAM, de donde egresó, e haciendo trabajo de campo en Montes Azules, “la fábrica más grande de agua que tenemos en México”. Tocamos un tema sensible, que le indigna. “Ahí es donde se concentra nuestra biodiversidad y donde tenemos una cultura ancestral que siempre ha convivido con ella. Hoy día la estamos acabando”, advierte.
“Ahí, en la Selva Lacandona, se juntan la riqueza natural con los conflictos por la tierra. Son conflictos inducidos por grupos que no son de ahí. Yo me opongo al desalojo de los dueños legítimos de estos recursos naturales. Las invasiones no se pueden justificar con falta de tierra en otras partes –que muchas veces ni siquiera es la causa real de los conflictos. Los últimos desalojos fueron porque los invasores no querían negociar.
Los que sí estaban dispuestos, encontraron tierra fuera. No es una cuestión de pobreza, sino de invasiones dirigidas. No se trata de una enemistad entre los que están ocupando los sitios y los recursos naturales.”
Largamente aplaudida minutos después por cerca de mil visitantes a la Expo, la primera titular de la entonces Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (1994-2000) resumió en una hora la historia de millones de años, que “en pocas décadas estamos destruyendo”, para luego concluir: “Como nunca antes estamos acumulando gases de efecto invernadero. Se han disparado en las últimas tres décadas. Es incuestionable el cambio climático, que va parejo con cambios meteorológicos más intensos, como los estamos viviendo desde el 98. No hay tiempo que perder.” Con la presentación de transparencias -algunas de las cuales reproducimos aquí- explicó:
“Hoy día se conoce un millón de especies, pero puede haber unos 30 millones. Ellas no se distribuyen de manera homogénea, sino están concentradas en 17 países megadiversos, que albergan en su conjunto casi tres cuartos de toda la riqueza natural del planeta. Prácticamente todos estos países están en el trópico, seis de ellos en América Latina -México, Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador, Brasil. Entonces, lo que pasa con nuestros ecosistemas tiene repercusiones en todo el mundo. No sólo tenemos muchas especies, sino además muchas de ellas sólo se encuentran aquí, son endémicas.
Nuestra riqueza en ecosistemas nos protege contra los extremos. Controla la erosión, evita enfermedades, purifica el agua, produce nutrientes en los suelos y alimentos. La relación entre biodiversidad y ecosistemas se traduce en interacciones, utilizadas por la sociedad humana. Pero si desmontamos arriba en una cuenca, habrá muchas consecuencias para la zona de abajo, como es la erosión y la falta de protección en caso de huracanes.
La destrucción masiva de los ecosistemas durante el siglo pasado a partir de los 40s se justificó en nombre del desarrollo. Ahora estamos pagando las consecuencias. La década de los 70s fue la peor época en la deforestación de nuestras selvas. El mismo gobierno optó por grandes obras de desarrollo, aunque ya había información científica que indicaba la falta de sustentabilidad. Además, la riqueza natural y cultural no se reflejaba en el bienestar social de los pueblos. Las zonas más marginadas son las de gran biodiversidad: Oaxaca y Chiapas. El concepto del desarrollo estaba basado en el crecimiento económico con la explotación de la materia prima, sin valor agregado, lo cual se ha traducido en la pérdida del patrimonio natural y mayor pobreza. Una de las tantas consecuencias ha sido el cambio de cobertura vegetal. Junto con África, América Latina es el continente con mayor deforestación. Casi toda la deforestación se lleva a cabo en zonas tropicales. Mientras en Europa y Estados Unidos se está recuperando su área arbolada, México se encuentra entre los que deforestan más, sobre todo por el cambio de uso de suelos a favor de la ganadería y agricultura. Se estimuló esta transformación y no existía ninguna institución como CONAFOR para proteger los recursos forestales.
Muchas plantas, aves y mamíferos están en peligro de extinción, mientras que los manglares han sido reducidos. Pero la mayor consecuencia es el cambio climático a una velocidad tan grande que los ecosistemas no son capaces de adaptarse, con muchas consecuencias sociales. De los 6.3 mil millones de habitantes en este planeta, la tercera parte tiene escasez de agua. Pero para el año 2050 habrá 3 mil millones habitantes más. Necesitaremos más alimentos, mientras que la deforestación, la degradación de suelos y la disminución del agua disponible hacen menos productiva la tierra.”

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