16 October 2007

MUCHO MÁS QUE METROS CÚBICOS

Noticias de Oaxaca.
Viernes 12 de octubre de 2007. Núm. 11022


Expo Forestal 2007: MUCHO MÁS QUE METROS CÚBICOS

Dos decretos importantes anunció el presidente
Calderón durante la inauguración de la 5ª Expo
Forestal, que se llevó a cabo durante los días 27-29
de septiembre pasado en Guadalajara: El gobierno
federal se compromete a ocupar sobre todo papel
reciclado o por lo menos papel de plantaciones
forestales nacionales; además, las instituciones
gubernamentales federales comprarán sólo muebles
hechos de madera mexicana certificada. Aunque no
suficiente en absoluto, por lo menos son dos pasos
concretos para acercar la política forestal y
ambiental al resto de la política federal, generando
un mercado que tanto anhelan los productores
mexicanos. Sin embargo, después de cosechar el
aplauso, el presidente se dedicó principalmente al
apoyo creciente que da a las plantaciones forestales
comerciales, al tan anunciado PROÁRBOL y sobre todo al
pospuesto Gasolinazo. Días después, la organización
ambientalista Greenpeace puso el dedo en la llaga,
criticando las tendencias dentro del presupuesto
forestal 2008: Aunque el 80% de los recursos
forestales está en manos de las comunidades y ejidos,
el apoyo para ellos queda muy rezagado en comparación
con los monocultivos que finalmente son estas
plantaciones. ¿Una política de dos pasos hacia
adelante y uno hacia atrás? Durante la Expo, con su
mezcla de negocios e intercambio de experiencias
comunitarias y empresariales, Noticias Voz e Imagen de
Oaxaca escuchó a distintas voces y habló con el nuevo
titular de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR),
José Cibrián Tovar, quien se mostró sensible y
dispuesto a discutir la política que él tiene que
(re)presentar y justificar.

Julia Carabias, ex–titular SEMARNAT: “LA MAYOR DEFORESTACIÓN ESTÁ EN AMÉRICA
LATINA”

“Durante el sexenio anterior, la política
ambiental tuvo una baja muy fuerte, porque el gobierno
no la tomó con la fuerza que este tema
requiere”, opinó Julia Carabias durante una
conferencia de prensa ofrecida antes de su conferencia
magistral. “El medio ambiente siempre ha quedado
relegado, no sólo en México, sino en todo el mundo.
Hoy día está más alto en la agenda.”

Después de seis años como funcionaria pública, la
maestra en ciencias nuevamente se dedica a la cátedra
en la UNAM, de donde egresó, e haciendo trabajo de
campo en Montes Azules, “la fábrica más grande
de agua que tenemos en México”. Tocamos un tema
sensible, que le indigna. “Ahí es donde se
concentra nuestra biodiversidad y donde tenemos una
cultura ancestral que siempre ha convivido con ella.
Hoy día la estamos acabando”, advierte.
“Ahí, en la Selva Lacandona, se juntan la
riqueza natural con los conflictos por la tierra. Son
conflictos inducidos por grupos que no son de ahí. Yo
me opongo al desalojo de los dueños legítimos de estos
recursos naturales. Las invasiones no se pueden
justificar con falta de tierra en otras partes
–que muchas veces ni siquiera es la causa real
de los conflictos. Los últimos desalojos fueron porque
los invasores no querían negociar. Los que sí estaban
dispuestos, encontraron tierra fuera. No es una
cuestión de pobreza, sino de invasiones dirigidas. No
se trata de una enemistad entre los que están ocupando
los sitios y los recursos naturales.”

Largamente aplaudida minutos después por cerca de mil
visitantes a la Expo, la primera titular de la
entonces Secretaría de Medio Ambiente, Recursos
Naturales y Pesca (1994-2000) resumió en una hora la
historia de millones de años, que “en pocas
décadas estamos destruyendo”, para luego
concluir: “Como nunca antes estamos acumulando
gases de efecto invernadero. Se han disparado en las
últimas tres décadas. Es incuestionable el cambio
climático, que va parejo con cambios meteorológicos
más intensos, como los estamos viviendo desde el 98.
No hay tiempo que perder.” Con la presentación
de transparencias -algunas de las cuales reproducimos
aquí- explicó:

“Hoy día se conoce un millón de especies, pero
puede haber unos 30 millones. Ellas no se distribuyen
de manera homogénea, sino están concentradas en 17
países megadiversos, que albergan en su conjunto casi
tres cuartos de toda la riqueza natural del planeta.
Prácticamente todos estos países están en el trópico,
seis de ellos en América Latina -México, Colombia,
Venezuela, Perú, Ecuador, Brasil. Entonces, lo que
pasa con nuestros ecosistemas tiene repercusiones en
todo el mundo. No sólo tenemos muchas especies, sino
además muchas de ellas sólo se encuentran aquí, son
endémicas.

Nuestra riqueza en ecosistemas nos protege contra los
extremos. Controla la erosión, evita enfermedades,
purifica el agua, produce nutrientes en los suelos y
alimentos. La relación entre biodiversidad y
ecosistemas se traduce en interacciones, utilizadas
por la sociedad humana. Pero si desmontamos arriba en
una cuenca, habrá muchas consecuencias para la zona de
abajo, como es la erosión y la falta de protección en
caso de huracanes.

La destrucción masiva de los ecosistemas durante el
siglo pasado a partir de los 40s se justificó en
nombre del desarrollo. Ahora estamos pagando las
consecuencias. La década de los 70s fue la peor época
en la deforestación de nuestras selvas. El mismo
gobierno optó por grandes obras de desarrollo, aunque
ya había información científica que indicaba la falta
de sustentabilidad. Además, la riqueza natural y
cultural no se reflejaba en el bienestar social de los
pueblos. Las zonas más marginadas son las de gran
biodiversidad: Oaxaca y Chiapas. El concepto del
desarrollo estaba basado en el crecimiento económico
con la explotación de la materia prima, sin valor
agregado, lo cual se ha traducido en la pérdida del
patrimonio natural y mayor pobreza. Una de las tantas
consecuencias ha sido el cambio de cobertura vegetal.
Junto con África, América Latina es el continente con
mayor deforestación. Casi toda la deforestación se
lleva a cabo en zonas tropicales. Mientras en Europa y
Estados Unidos se está recuperando su área arbolada,
México se encuentra entre los que deforestan más,
sobre todo por el cambio de uso de suelos a favor de
la ganadería y agricultura. Se estimuló esta
transformación y no existía ninguna institución como
CONAFOR para proteger los recursos forestales. Muchas
plantas, aves y mamíferos están en peligro de
extinción, mientras que los manglares han sido
reducidos. Pero la mayor consecuencia es el cambio
climático a una velocidad tan grande que los
ecosistemas no son capaces de adaptarse, con muchas
consecuencias sociales. De los 6.3 mil millones de
habitantes en este planeta, la tercera parte tiene
escasez de agua. Pero para el año 2050 habrá 3 mil
millones habitantes más. Necesitaremos más alimentos,
mientras que la deforestación, la degradación de
suelos y la disminución del agua disponible hacen
menos productiva la tierra.”

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