18 August 2008

Política por declaración

GIRANDO LA PIRINOLA

Jaime Navia Antezana

Gobiernos van y gobiernos vienen pero los problemas nacionales son cada vez peores. ¿A qué se debe esto? ¿No acaso oímos diariamente que: “cero tolerancia a la impunidad”, “la limpia será total en los cuerpos policiacos”; “cero tolerancia al clandestinaje y al cambio de uso de suelo”; cero tolerancia a la corrupción”; y tantas y tantas declaraciones políticas de ocho columnas?

Desde hace años estas populares frases sólo nos han demostrado que nuestros políticos cuando arriban al poder continúan usando el lenguaje como si estuvieran en campaña electoral, a partir de una estrategia mediática, demagógica y sin vergüenza.

¿Cómo fundamentar esto sin caer en el panfleto o en una simple retórica contestataria? Comenzaremos con mostrar algunos hechos de los que usted seguramente es un testigo e intentaremos despertar el derecho que tenemos de reclamar resultados a la autoridad.

Hablar sobre el tema de la inseguridad es por demás inútil y grave, seguro usted sabe todo o quizá hasta lo ha vivido en carne propia o con un familiar o amigo. Honestamente y sin visión partidista, respóndase usted mismo: ¿Qué institución del gobierno le merece respeto y ofrece la seguridad que nos prometen? ¿Será que la cadena perpetua solucionará estos problemas?

Por ello, mejor entremos a asuntos que quizá usted desconozca o simplemente no parecieran ser de su incumbencia, laboral, social o económica. Uno de estos temas es la degradación forestal. Siendo México uno de los países con mayor diversidad biológica, es también uno de los que tiene mayor tasa de deforestación, y en particular Michoacán uno de los estados más impactados en el país. Las principales causas son: el cambio de uso de suelo y el clandestinaje que sucede frente a las narices de todos los michoacanos y ante la displicencia y/o complacencia de las autoridades. Sean federales, estatales o municipales, las instituciones han sido rebasadas por la ilegalidad y ante ello su respuesta fácil es anunciar vedas, decretar áreas de conservación o repetir reiteradamente su frase de “cero tolerancia ...”. No debemos perder de vista que desde los años 80 ́no ha sido autorizado cambio de uso de suelo para fines agrícolas, por ello no vayamos a caer en la trampa de que el aguacate es una estrategia planeada de desarrollo regional. Más bien preguntémonos cómo es posible que miles de hectáreas de bosque templado y de selvas estén siendo arrasadas sin que las autoridades ambientales actúen efectivamente según expresa su propia misión.

Otro asunto preocupante es la internacionalmente reconocida campaña de reforestación. Millones de plantas están siendo distribuidas y establecidas en todo el país. Día con día anuncian metas que se cumplen y promulgan la gran participación ciudadana. Pero cuidado con cuestionar el proyecto y demeritar los records alcanzados por que para eso si hay “cero tolerancia” y seguro recibirá una respuesta “pronta y expedita”. Si bien la crítica que se ha hecho se refiere a que lo importante no es el número de plantas sino las hectáreas establecidas, la sensibilidad oficial no les ha permitido abrir los ojos para darse cuenta que la sobrevivencia y permanencia de la reforestación debe ser medida.

Varias organizaciones nacionales han promovido que se lleve a cabo un verdadero “arbitraje” o monitoreo y evaluación de la reforestación. Un examen sano e independiente que ayude a redefinir las políticas públicas en este sentido y oriente a las instituciones sobre las mejores estrategias a seguir. Nada tiene que ver con críticas inertes cuando parte de lo que está en juego son los recursos naturales y para su mantenimiento hay que hacer mucho más que simples declaraciones. Dentro de estas políticas imaginarias una buena nota vino de SEMARNAT cuando en su Boletín Ambiental No. 66 de febrero de 2008 publicó: “Recuperado el Lago de Pátzcuaro”. Si bien los datos refieren a un detalle del estado de este cuerpo de agua, es obvio que la intención de la nota es otra. Por supuesto que quisiéremos que fuera cierto, pero aceptarlo sería irresponsable. Cualquiera que haya estado en la región puede corroborar que este tipo de declaraciones son cuestionables en muchos sentidos. Además su uso puede generar malas interpretaciones y el riesgo es que quiten recursos que podrían haber estado destinados a proyectos o acciones dentro del lago.

Estos son sólo algunos ejemplos por lo que no podemos permitir que nos gobiernen con palabras, aprovechemos toda oportunidad para disentir, argumentemos cuando estamos en desacuerdo, manifestemos nuestras inconformidades, reclamemos como un derecho ineludible. No cometamos el mismo error que sería copiar la estrategia y sumarnos a la campaña con nuestra propia manifestación: “cero tolerancia a las declaraciones políticas”.

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