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05 November 2008

Who (still) owns the world’s forests?

Who owns the world’s forests?
When Andy White and Alejandra Martin posed and answered this question in their 2002 report by the same name, they found that 77 percent of forests worldwide were administered by governments. The good news was that the forested area owned and designated for use by local communities and indigenous peoples was rising.
This year, William Sunderlin and colleagues updated the numbers in their report, From Exclusion to Ownership? Challenges and Opportunities in Advancing Forest Tenure Reform. Their findings are sobering for those who hoped to see an upsurge in community control over forests. Sunderlin found that only a few of the 30 most forested countries in the tropics had made significant changes in forest tenure since the 2002 study. Most are in Latin America.
Brazil alone is responsible for much of the global progress, with an increase of 56 percent in the forest area designated for use or owned by communities and indigenous peoples. Peru and Bolivia recorded significant increases. Columbia also posted a small increase. In Africa, communities made small gains in Tanzania, Sudan and Cameroon. But Zambia and the countries of the Congo Basin registered virtually no change at all.
In Asia, India added more than five million hectares to the forested area designated for use by communities and indigenous peoples. Indonesia recorded no gains.
Even in the few countries that have reformed forest tenure, the granting of rights has not guaranteed their realization. In Peru, for example, the government has allocated forested areas for oil, gas and mining exploration in violation of indigenous land titles in the Amazon.
In Brazil, the government has failed to prevent illegal incursions into extractive reserves by loggers, ranchers and miners. Even when there’s a will to recognize rights, there’s not necessarily a way: meaningful tenure reform requires administrative capacity, expertise and financial resources to demarcate and enforce community rights.
Are there any reasons for optimism? Sunderlin says yes. Countries ranging from Angola to Venezuela have made changes in law and policy to facilitate recognition of indigenous, customary and community rights to forest lands. These recent developments could set the stage for accelerated tenure transitions in the near future. In addition, rising interest in Reduced Emissions from Deforestation and Degradation (REDD) will put a new premium on clarifying forest-related property rights.
But unless the pace of change is quickened and extended to more countries, it could take decades to shift the global balance of forest ownership from governments to rural people.
Translating rights on paper into control over what happens on the ground is an equally daunting challenge, and one that will depend on sustained commitment from potential beneficiaries, governments, and the international community.

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Sunderlin, William D.; Hatcher, Jeffrey and Liddle, Megan. 2008. From Exclusion to Ownership? Challenges and Opportunities in Advancing Forest Tenure Reform. Published by Rights and Resources Initiative. The report is available at: http://www.rightsandresources.org/documents/files/doc_736.pdf

23 October 2008

Alternativa forestal en Michoacán

Cambio de Michoacán
Girando la pirinola

Jaime Navia Antezana
Miércoles 22 de Octubre de 2008

¡Qué tiempos vivimos! Mientras por un lado la violencia y el crimen no parecen decaer, por otro lado “el trabajo y la vida continúan”, con sus riesgos, logros, placeres y por supuesto, las notas de la prensa.
Ahí están los lujosos vehículos que regaló la secretaria de la SNTE para que algunos de sus colaboradores “puedan hacer mejor su trabajo”, al mismo tiempo que otra parte del magisterio se manifiesta en contra de la Alianza por la Calidad de la Educación y algunas escuelas no tienen clases. Qué decir de la declaración del secretario de Agricultura, al que otra vez no puedo darle la razón, porque no es cierto que los únicos “huevos” que reconoce en los mexicanos sean los de las gallinas de granja, …también hay de gallinas con gallo.
Pero en los últimos días también han habido eventos relevantes en el Congreso, donde se debate intensamente la mal llamada reforma de Pemex, donde ya se aprobó la ley del presupuesto con varios miles de millones extras, y donde se llevó a cabo el Foro: “El desarrollo sustentable del sector forestal en México”.
Este último fue resultado de una convocatoria emitida por la Comisión de Atención a Pueblos que Viven en el Bosque y el Grupo Bosques (G-Bosques). El día 15 de octubre, el salón verde del Palacio Legislativo fue anfitrión de representantes de ejidos y comunidades de los principales estados de la República, organizaciones y expertos en el tema forestal, así como funcionarios de distintos niveles de gobierno.
Participaron en el evento los diputados de la mencionada comisión y estuvieron como invitados especiales la maestra Julia Carabias Lillo, investigadora de la UNAM y ex secretaria de la Semarnat, así como el doctor José Sarukhán Kermez, coordinador nacional de la Comisión para el Conocimiento de la Biodiversidad (Conabio) y ex rector de la UNAM. Ambas personalidades destacaron la importancia que tienen los servicios ambientales ecosistémicos para el desarrollo del país y el bienestar de los mexicanos, y por otro lado reconocieron la importancia que tienen los ejidos y comunidades a quienes les pertenece este capital natural, porque “viven en él” y además “viven de él”.
El foro incluyó en su agenda un panel donde participaron David Kaimowitz, de la Fundación Ford; Gustavo Sánchez Valle, de la Red Mocaf, y Sergio Madrid, del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible. Con base en el tema: “Situación del sector forestal comunitario en México”, las presentaciones aportaron datos sobre la especial característica de un país como México donde más de 80 por ciento de las selvas y bosques son de propiedad social, lo que contrario a lo que opinan muchos es una ventana de oportunidad si se definen políticas públicas que integren a sus legítimos propietarios. Según Kaimowitz, éste no es sólo un asunto de propiedad, sino de que el manejo del bosque por comunidades produce más del 80 por ciento de la madera a nivel nacional.
La política ambiental del actual gobierno también fue ampliamente cuestionada por los ponentes, por un lado enfatizando que a pesar de la ordenanza de ley para promover la silvicultura comunitaria y el incremento al presupuesto, el sector forestal sigue retrocediendo, con menos superficie bajo manejo y con una balanza comercial negativa. Gustavo Sánchez advirtió que la Conafor está haciendo un manejo corporativista de los recursos fortaleciendo a asociaciones de productores forestales creadas y financiadas por ellos mismos y que tienen un presupuesto incluso mayor del que se otorga a todo el Programa de Desarrollo Forestal Comunitario (Procymaf II), el programa más exitoso de la Conafor.
Quedó claro que fortalecer el sector forestal no es sólo un asunto de reforestación o de sobrerregulación. La historia ha demostrado que a mayor burocracia y acciones punitivas, hay peor manejo y degradación.
Algunas propuestas giraron en torno a: si no queremos repetir el fracaso de la reforestaciones de las pasadas décadas, tenemos que asegurar beneficios para los que las realicen; se debe promover la motivación y participación real (no mediática); y se tiene que generar un sistema de monitoreo y evaluación permanente, neutral y objetivo. También se propuso que programas como ProÁrbol deben dar prioridad a la incorporación de mayor superficie al manejo sustentable, garantizar el acompañamiento a los dueños, fortalecer el capital social, fomentar la competitividad y mercado de los productos forestales, e incluso generar mejores sistema de manejo forestal.
Finalmente en un breve espacio de participación abierta, comunidades, como Ixtlán de Juárez, de Oaxaca, y Nuevo San Juan Parangaricutiro, expusieron la demanda para que sean exentas de cargas fiscales que ponen en riesgo su viabilidad económica, dado que son empresas sociales que generan empleo y absorben parte de las responsabilidades en infraestructura y servicios de gobiernos municipales.
En este mismo marco y como miembro del G-Bosques, Gira AC en coordinación con la comunidad indígena de Nuevo San Juan, la Universidad Don Vasco, la Comisión Forestal del Estado de Michoacán, el Centro de Investigación en Ecosistemas de la UNAM-Morelia, el Coinbio y el Procymaf, están organizando para noviembre un foro sobre manejo forestal comunitario en el estado de Michoacán.
El objetivo será destacar la importancia social, económica y ambiental del manejo forestal comunitario; que ha demostrado que puede propiciar el uso sustentable de los recursos naturales, generar riqueza social, promover el desarrollo de recursos humanos y fortalecer las estructuras y relaciones internas de las comunidades. Este evento que se llevará a cabo en las instalaciones de la UNAM-Campus Morelia tendrá como sus principales protagonistas a ejidos y comunidades de todo el estado. Algunos, han sido y son actores clave del desarrollo social, económico y ambiental en Michoacán.
girando@gira.org.mx

20 October 2008

Greenpeace denuncia que la Comisión Europea ha perdido su oportunidad de luchar contra la tala ilegal

fuente : Greenpeace | 20 Octubre 2008

Greenpeace denuncia que el paquete de medidas de la Comisión Europea para acabar con la deforestación y la tala ilegal es insuficiente para afrontar la destrucción de los bosques y la perdida de biodiversidad, así como para luchar contra el cambio climático. Para la organización ecologista es necesario que el Parlamento y el Consejo europeos intensifiquen las propuestas de la Comisión si la Unión Europea quieren proteger los bosques y mantener el incremento de la temperatura por debajo de 2º C.

“La deforestación y la degradación cuestan a la economía mundial de 1,5 a 4 billones de euros por año, más que lo que Wall Street ha perdido desde que empezó la crisis financiera actual. Las propuestas de la Comisión no nos libran del calentamiento global, de la desaparición de ecosistemas y de la extinción de especies”, ha explicado Mario Rodríguez, director de campañas de Greenpeace.

La ley propuesta por la Comisión europea para regular el mercado de madera no asegurará la exclusión de madera ilegal en la UE, ni contribuirá a la protección de los bosques a escala mundial. El Consejo y el Parlamento europeos deben articular una ley que garantice con claridad y transparencia la legalidad de los productos. El mercado también debe tener estándares sociales y ambientales a través de sistemas efectivos de trazabilidad. Finalmente, la UE necesita establecer mecanismos operativos que permitan detectar, investigar y perseguir los casos de ilegalidad.

“La propuesta de la Comisión para esta ley no ayudará a los consumidores europeos a saber si el armario que han comprado es el resultado final de una tala ilegal”, ha añadido Mario Rodríguez.

Respecto a las medidas adoptadas para reducir la deforestación, la Comisión identifica que la demanda de la UE de materias primas agrícolas (como soja o aceite de palma) y la expansión ganadera son los principales responsables de la deforestación. Sin embargo, no se ha propuesto ningún plan de acción para frenar esta situación.

La Comisión recomienda la creación de un fondo multilateral de protección a los bosques bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En este sentido, la propia Comisión estima que son necesarios como mínimo 20 mil millones de euros anuales para reducir la deforestación a la mitad en 2020.

“La UE debería movilizar recursos y liderar el debate de Naciones Unidas sobre clima proponiendo la creación de un fondo global para la protección de los bosques, basado en un escenario financiero permanente”, concluyó Mario Rodríguez

La Comisión ya rechazó la posibilidad de introducir un mecanismo para canalizar fondos destinados a proyectos forestales con el objetivo de compensar con ellos las emisiones de CO2 derivadas de la quema de combustibles fósiles en el sistema de comercio de emisiones. Greenpeace pide que, en la siguiente fase de este proceso, el Consejo Europeo de Ministros de Medio Ambiente rechace también la inclusión de los derechos de emisión forestales en el mercado de carbono, así como propone la Comisión europea.

La FAO propone mitigar los efectos del cambio climático mediante una gestión forestal sostenible

fuente : FAO | 20 Octubre 2008

Los bosques europeos crecen a un ritmo de unos 360 millones de metros cúbicos anuales, aunque sólo dos terceras partes de este crecimiento están siendo explotadas. Dado que los bosques son fundamentales para el equilibrio energético mundial, su papel esencial en la lucha contra el cambio climático es uno de las principales cuestiones a debatir en la primera edición de la Semana Forestal Europea que tendrá lugar en la sede de la FAO en Roma entre el 20 y 24 de octubre de 2008.

“Los bosques cubren el 44 por ciento de la superficie terrestre de Europa y continúan expandiéndose. Si queremos aprovechar al máximo los múltiples recursos que ofrecen, la colaboración entre el sector forestal y los sectores relacionados es crucial”, afirmó Jan Heino, Director General Adjunto de la FAO para Bosques.

La reunión de Roma contará con la participación de representantes de 46 países y está siendo organizada conjuntamente por la Comisión Europea, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la Conferencia Ministerial sobre Protección de Bosques en Europa y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa.

Junto a estos eventos, el Comité Económico y Social Europeo celebrará una conferencia en Bruselas sobre “El papel de los bosques y el sector forestal en el cumplimiento de los compromisos de la UE en la lucha contra el cambio climático”.

Por toda Europa se desarrollarán más de 130 eventos nacionales asociados, muchos de ellos dirigidos a los jóvenes, que destacarán el valor de los bosques europeos y las actuaciones necesarias para aprovechar todo su potencial.

Al acercar a personas y organizaciones que trabajan para la gestión sostenible de los bosques, la Semana Forestal Europea contribuye a encontrar soluciones para algunos de los desafíos más importantes a los que hoy en día se enfrentan los bosques y la silvicultura: el cambio climático, la energía y el agua.

Árboles como almacén de carbono

Durante su crecimiento los árboles absorben y almacenan dióxido de carbono, contribuyendo de esta forma a atenuar el cambio climático. El carbono se almacena en la biomasa forestal, en los troncos, ramas, follaje y raíces de los árboles, al igual que en el suelo. En un bosque bien gestionado, el almacenamiento de carbono no se detiene nunca ya que los árboles nuevos sustituyen a los que se cortan. Incluso después de la tala, los productos madereros siguen almacenando carbono.

En los últimos 15 años, el área forestal en Europa ha aumentado en 13 millones de hectáreas, el equivalente a la extensión de Grecia.

Fuente de energía

La madera se utiliza todavía ampliamente como fuente de energía renovable. En sí misma, la producción de madera requiere menos energía y emite menos CO2 que la producción de cualquier otro material de construcción de los que se utilizan habitualmente. Utilizar más madera en lugar de hormigón, plástico y acero ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

La destrucción de la Amazonía preocupa más en Europa que en Brasil, según un experto

fuente : EFE | 14 Octubre 2008

El proceso de desforestación que vive la Amazonía brasileña preocupa más en Europa que en Brasil y son los propios brasileños los que la explotan y no las multinacionales, según un experto del país sudamericano. Así lo ha explicado a EFE Ariovaldo Umbelino de Oliveira, catedrático de Geografía de la Universidad de Sao Paulo, quien ha inaugurado esta semana el ciclo “Amazonía herida, ¿Es posible un desarrollo sostenible?”, organizado por el museo científico CosmoCaixa de Alcobendas (Madrid).

Terratenientes locales y empresas privadas brasileñas se encargan de la explotación del cauce del Amazonas, mientras que las multinacionales sólo se dedican a la comercialización y distribución, según Umbelino de Oliveira.

Asegura que la soja de esa zona va destinada al resto del país en forma de aceite y margarina, pero no a Europa, que alimenta el ganado con la que llega de otras zonas de Brasil.

En la actualidad, un veinte por ciento de los siete millones de kilómetros cuadrados de esa reserva del planeta se ha quedado sin árboles y, a pesar de que el ritmo de deforestación ha descendido en el último lustro, “apenas quedarán bosques dentro de cincuenta años” si se mantiene la tendencia.

Entre diez y veinte mil hectáreas de árboles son explotadas al mes por la industria maderera o se sustituyen por cañas de azúcar, plantaciones de soja o carreteras para el transporte de los productos.

El problema es que el Gobierno de Brasil “no asume el control” de dos tercios de la Amazonía, así que son ocupados de forma gratuita por terratenientes sin documentos legales de propiedad.

Se trata de una situación contradictoria, porque el partido en el poder ha prohibido la tala de especies como la caoba o el castaño y es “el que más ha hecho por los pobres”, según el catedrático.

Asegura, sin embargo, que en el cauce del Amazonas se encuentran “las mayores propiedades de tierra en la historia de la humanidad” y algunas llegan a alcanzar los 100.000 kilómetros cuadrados.

La mayoría de los 600.000 indígenas brasileños viven ahí, pero el profesor descarta su desaparición, porque “Brasil los ha cuidado tradicionalmente”.

Una minoría de los campesinos de la Amazonía ceden sus tierras a cambio de regalos como camionetas, aunque apenas tienen dinero para combustible.

Recientemente, el gobierno regional ordenó la retirada de los cultivos de arroz de la zona amazónica de Roraima, los productores se enfrentaron a la policía y algunos de estos campesinos se pusieron del lado de los productores.

Otro problema para el llamado “pulmón verde del planeta”, viene de la mano de la industria de la soja, que utiliza agrotóxicos y fertilizantes para combatir plagas.

El proceso es el siguiente: se retira la vegetación anterior, se sacan las raíces, se planta la soja, se echan los químicos, el suelo se satura de agua (llueve mucho) y los ácidos y fertilizantes afloran a la superficie, con lo que no se podrá formar otro tipo de vegetación en ese terreno, según este especialista.

Esta industria cuenta con un elevado índice de suicidios entre sus trabajadores, porque a menudo adquieren dolencias por no utilizar protección para manejar los productos químicos.

El cultivo de la soja comenzó en el centro de Brasil, al sur de la Amazonía, y ha dejado sin pastos a los ganaderos, que se han tenido que trasladar a la cuenca amazónica, en el norte.

Los grandes propietarios del ganado no talan árboles, pero sí los aislan y estos se mueren, porque sus raíces necesitan agua de las vegetaciones cercanas.

Umbelino de Oliveira considera que el consumo excesivo de carne y de madera y la crisis alimentaria, que, a su vez, fomenta el cultivo de grano, son las principales causas del problema.

Proárbol, plan condenado al fracaso, dicen expertos

La jornada lunes 20 de octubre de 2008

Mueren casi la mitad de especies plantadas

Angélica Enciso L.

El Proárbol, el programa ambiental más importante del gobierno federal en ese rubro, se centra en la reforestación, aunque la experiencia internacional revela que son pocos los casos exitosos y es un proceso caro, indican expertos.

Los resultados del año pasado dejaron un récord de árboles plantados con 253 millones, pero una sobrevivencia de 58 por ciento, según la Comisión Nacional Forestal (Conafor), o de 7.6 por ciento, de acuerdo con Greenpeace.

La experiencia demuestra que los casos de reforestación son fracasos, cuando se subsidian sin un beneficio claro para la comunidad, sin monitoreo o control de calidad. “Han sido pocos casos exitosos, mientras que experiencias comunitarias como los programas Procymaf y Coinbio son de los más exitosos”, consideró David Kaimowits, de la Fundación Ford, durante un foro en la Cámara de Diputados.

Pese a que el sector forestal tiene más recursos federales, está en crisis por un retroceso en la superficie bajo manejo forestal y mayor dependencia en las importaciones, señaló por su parte Gustavo Sánchez, de la red Mocaf. Advirtió que además los apoyos se dan corporativamente, ya que las organizaciones formadas a iniciativa de la Conafor, obtienen mayores puntajes para obtener recursos de los programas. Ejemplo de esto es que una sola organización recibe 110 millones de pesos, indicó.

Aunque la legislación en la materia establece que el desarrollo forestal es una prioridad, el gobierno federal no cumple con esta obligación, ya que pone acento a la reforestación, la cual ayuda muy poco, sostuvo por su parte Sergio Madrid, director del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible. Al Proárbol, dijo, la Conafor le da un enfoque asistencial y la pregunta es si a este organismo le corresponde esto o lograr el desarrollo forestal sustentable.

De acuerdo con Greenpeace, el 74 por ciento de las plantas sembradas el año pasado dentro del Proárbol no sobrevivieron y el 26 por ciento de los árboles que sí crecieron está en malas condiciones –marchitos o enfermos–, debido a que no son especies nativas de la región, estaban deteriorados al momento de la reforestación, no se plantaron en los periodos adecuados para su supervivencia y en la mayoría de las ocasiones no se hicieron trabajos de preparación de suelos.

El estudio se realizó en predios de Puebla, Jalisco, Morelos, Querétaro, Guanajuato, Nuevo León, Aguascalientes y Chihuahua, en los cuales se encontró que el programa de reforestación no es la estrategia adecuada para detener la pérdida de bosques y selvas de México, “es un despilfarro de recursos que sólo tiene éxito mediático, pero que no sirve para recuperar la cubierta forestal”.

En tanto, la Conafor reportó que, según datos preliminares de la evaluación externa realizada por el Colegio de Posgraduados, que concluirá en noviembre, hasta el momento, el índice de supervivencia de la reforestación 2007 es de 58 por ciento. Este año en el país se prevé que se plantarán en total 280 millones de árboles y hasta el 19 de octubre van 212 millones de árboles, 75 por ciento de la meta nacional establecida, sostuvo el organismo.

Advierte Sarukhán que los ecosistemas y bosques son más importantes que el crudo

La jornada jueves 16 de octubre de 2008

■ Su deterioro y posterior pérdida es un problema de seguridad nacional, reconoce

■ La deforestación en el país alcanza 400 mil hectáreas al año, señala Julia Carabias

Angélica Enciso L.

La pérdida de bosques y ecosistemas es un problema de seguridad nacional, ya que sin ellos no hay futuro en el país y representan un área más fundamental que el petróleo, advirtió José Sarukhán, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Precisó que estos recursos no se pueden sustituir y que se han perdido de manera irracional.

En el foro El desarrollo sustentable en el sector forestal en México, realizado en la Cámara de Diputados, el actual coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) agregó que “el capital natural biológico no se puede importar, como el petróleo” y no puede seguir perdiéndose.

Sostuvo que “no hemos hecho el mejor negocio del mundo manejando una parte del capital natural, el petróleo”, y apuntó que “no quisiera que estuviéramos en la misma situación, en unas décadas, con el capital natural, éste es aún más fundamental para el futuro del país. No hay sustituciones para el capital natural biológico”.

Agregó que el petróleo sí puede sustituirse, ya que existen la energía eólica o la térmica, entre otras. Además, dijo, a diferencia de él, los bosques y los ecosistemas son propiedad de la gente, que vive de ellos, por lo que “tenemos que manejarlo y cuidarlos con la gente”.

Aseveró que “este capital natural no lo podemos seguir perdiendo, es un problema severo de seguridad nacional que debemos enfrentar”, y también “está la enorme miseria: el 20 por ciento de los más pobres viven en esos ecosistemas. La forma de entrar a atacar esos problemas y cambiarlos es con el manejo forestal comunitario. De forma que conservemos el capital natural con beneficio económico para ellos. Logramos esta mancuerna o tendremos un problema más difícil e irresoluble en el futuro”.

También se refirió al Presupuesto de Egresos para el próximo año, y consideró que “no puede ser que menos de 20 por ciento vaya a manejo de bosques naturales. Esto tiene que cambiar, tendría que darse un aumento importante en los recursos para ello”.

Por su parte, Julia Carabias, ex secretaria de Medio Ambiente, sostuvo que actualmente la deforestación en el país es de alrededor de 400 mil hectáreas al año. Los retos, dijo, son estabilizar la cobertura forestal, no permitir más deforestación, lograr un manejo sustentable de los recursos naturales, y mejorar las condiciones de vida de la población.

Expertos y productores señalaron que, a pesar de que hay más presupuesto, el sector forestal está en crisis por la sobrerregulación y el exceso de trámites que se deben hacer.

Gustavo Sánchez, director de la Red Mocaf, consideró que entre otros problemas del rubro están el retroceso en la superficie bajo manejo, la corporativización de los productores, el incremento en el déficit de la balanza comercial, la pérdida de empleos.

A su vez, Sergio Madrid, director del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, dijo que la Comisión Nacional Forestal ha dado más atención a la reforestación, aunque el mandato legal que tiene es lograr el desarrollo forestal sustentable. Consideró que el presupuesto para el sector debe estar etiquetado para que se señale de forma clara la asignación de los recursos.

03 October 2008

Sorpresas forestales

José Sarukhán

El Universal, 03 de octubre de 2008

Escribí hace dos semanas (EL UNIVERSAL, 19/IX/08) que la mayor parte de la potencial riqueza forestal del país pertenece a personas de comunidades ejidales y comunales, que a pesar de dicho potencial viven en condiciones de pobreza, con frecuencia extrema. La causa de ello es que, históricamente, las explotaciones madereras fueron concesionadas a empresas privadas o paraestatales, lo que causaba que los propietarios fuesen meros recipiendarios de “rentas” y los bosques se depauperasen por una explotación con características de minería.

Hace poco más de 20 años la ley forestal terminó con las concesiones a terceros y restituyó a ejidatarios y comuneros el derecho de manejar sus bosques. Se pusieron así las bases del manejo forestal comunitario. A partir de 1995, la Semarnap (apoyada en el trabajo de Fifonafe de entonces hasta ahora) ha ido apoyando directamente a los dueños en estas empresas. Se establecieron entonces varios programas que, con altas y bajas, han ido apoyando a las comunidades campesinas e indígenas (entre ellos, Procymaf, Prodefor y Coinbio).

Existen hoy 38 unidades forestales certificadas internacionalmente como sustentables (más de 90% ejidales o comunitarias), que representan el manejo racional de entre 700 y 750 mil hectáreas de bosques. También para sorpresa de muchos, México ocupa el primer lugar del mundo en número de empresas y extensión de manejo certificado como sustentable. Los estados más importantes en este rubro son Campeche, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Querétaro y Quintana Roo. Curiosamente, varios estados de la República con mayor marginación social y económica.

Algunas de estas empresas forestales comunitarias tienen un alto grado de integración con fábricas de muebles o productos de alto valor agregado. Los beneficios de esta actividad van directamente a los miembros de las comunidades, resultando no sólo en su beneficio económico, sino también en bienestar social con la construcción de escuelas, clínicas y entrenamiento técnico y profesional a los jóvenes y reinversión en la capacidad de la empresa, entre otras acciones. En Oaxaca, solamente, se estima que la producción forestal maderable produce unos 30 mil empleos directos en comunidades y ejidos, con una derrama económica anual de 400 millones de pesos.

Aun con estos ejemplos, el hecho es que la industria forestal mexicana adolece de ineficiencia y baja capacidad competitiva. La balanza comercial en este sector es negativa: importamos cerca de 40% de la demanda nacional de madera y celulosa, lo que implica unos 4 mil millones de dólares anuales.

Se antoja que los ejemplos de las empresas forestales certificadas existentes, hecho que me parece sumamente alentador, deberían multiplicarse con una clara y bien financiada política de apoyo y de capacitación profesional y administrativa adecuadas. Es claro que no todas las comunidades dueñas de los bosques están en condiciones de desarrollar ejemplos exitosos. Sería necesario hacer una evaluación cuidadosa de aquellas en las que, con ayuda económica y organizativa, libre de manipulaciones políticas, se podría repetir el ejemplo de las muchas que ya funcionan exitosamente. Para ello se requiere tener ciertas condiciones básicas a las que haré referencia en mi próxima entrega. Hasta entonces.

jose.sarukhan@hotmail.com

Investigador del Instituto de Ecología de la UNAM

18 September 2008

¿Por qué un Día Internacional Contra los Monocultivos de Árboles?

Portal del Medio Ambiente
fuente : Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales | 18 Septiembre 2008

Todos los “días internacionales” tienen que ver con asuntos problemáticos, de importancia mundial, que requieren ser tratados por la sociedad toda. La expansión de los monocultivos de árboles ha generado tantos impactos sociales y ambientales que hizo surgir la idea de establecer un Día Internacional para plantear el tema a escala mundial. El 21 de setiembre fue la fecha elegida, siguiendo el camino de algunas redes locales de Brasil que, en 2004, decidieron declarar ese día (el Día del Árbol en dicho país) como día de lucha contra los monocultivos de árboles.

La fecha coincide con el Día Internacional de la Paz (ONU), que es precisamente lo que las comunidades locales afectadas por las plantaciones desean: paz para vivir en armonía con la naturaleza y con otros seres humanos. Las plantaciones de árboles están destruyendo dicha paz, y la necesidad de dedicar a este asunto un día específico a escala internacional se plantea por varios motivos.

El primero y más importante es que muchas personas, del Sur y del Norte, no tienen conocimiento alguno acerca de los impactos sociales y ambientales resultantes de los monocultivos de árboles a gran escala, y creen que plantar árboles es siempre positivo. Tampoco están al tanto del hecho de que estas plantaciones no apuntan a mejorar los medios de vida de las poblaciones locales sino a alimentar el consumo despilfarrador del Norte.

La situación antes mencionada es el resultado de una combinación de factores, entre los cuales se encuentra el hecho de que las voces de las poblaciones locales que luchan contra las plantaciones son silenciadas por el miedo, la represión o la nula difusión por parte de los medios que las vuelve invisibles. Tanto el miedo y la represión como la invisibilidad en los medios son consecuencia del poder político y económico de las empresas forestales, a menudo involucradas también en inversiones en otros sectores industriales, como la celulosa, la madera, el aceite de palma o el caucho. El poder de las empresas, que se manifiesta a través de diferentes mecanismos, les permite ejercer un control parcial o total sobre los gobiernos y los medios, con lo cual éstos se transforman en “socios” de sus inversiones. Como resultado de ello, siempre que las poblaciones locales luchan por sus derechos contra las empresas forestales, ellas y quienes las apoyan son llamados “agitadores” y “agitadoras”.

El poder de las empresas de plantación aumenta aún más gracias a los organismos internacionales, los departamentos forestales y las corrientes dominantes de profesionales forestales que, contra toda evidencia, insisten en definir a los monocultivos de árboles como “bosques plantados”, y en atribuirles funciones positivas similares a las de los bosques verdaderos. Como consecuencia, los opositores a las plantaciones son clasificados, o bien como ignorantes, o bien como poseedores de intenciones políticas ocultas.

Esta combinación de influencias empresariales, gubernamentales, profesionales y mediáticas es lo que mantiene a la mayoría de la gente en la ignorancia de los impactos negativos de los monocultivos de árboles. Claro que hay funcionarios gubernamentales, silvicultores y periodistas que se oponen a estas plantaciones o que, al menos, están abiertos a estudiar la evidencia existente, pero siguen siendo una minoría que sufre las mismas presiones impuestas por el poder.

Y por si esto fuera poco, las plantaciones de árboles a gran escala son promovidas actualmente como solución para el cambio climático, de dos maneras: por un lado, el parlamento europeo y otros están presionando a favor de los llamados agrocombustibles “de segunda generación” basados en la madera, que llevarán a la rápida expansión de las plantaciones de monocultivos de árboles, incluso de árboles genéticamente modificados. Por otro lado, varios países del Sur han avanzado en sus intentos de financiar la expansión de las plantaciones a gran escala como proyectos de compensación de carbono, o de utilizar las plantaciones de árboles para compensar la disminución de los bosques, cuando soliciten financiamiento de algún mecanismo posible en el marco de la Convención sobre Cambio Climático.

Tal es el contexto en el que se inserta este Día Internacional Contra los Monocultivos de Árboles. Ahora existe abundante evidencia documentada sobre los impactos sociales y ambientales de las plantaciones, pero los gobiernos, los organismos internacionales y las principales corrientes de silvicultores prefieren ignorarla. Hay muchísima información para difundir – sobre destrucción ambiental, violaciones de los derechos humanos, condiciones de trabajo extremas, impactos sobre las mujeres – pero los principales medios prefieren no publicar nada al respecto.

En este 21 de setiembre apuntamos, entonces, a dar visibilidad a los numerosos pueblos que luchan contra las plantaciones, como un medio de romper el círculo de silencio y mentiras que rodea su situación. Al mismo tiempo, nuestro objetivo es divulgar, tanto como sea posible, la evidencia que surge de esas luchas relativas a los impactos sociales y ambientales generados por esas plantaciones. A través de este medio queremos debilitar el apoyo de los gobiernos a las plantaciones y exponer a aquéllos que dan credibilidad a las plantaciones o que no informan al público sobre el tema.

Por último, deseamos enfatizar que la lucha contra las plantaciones es algo que ha sido impuesto a las comunidades, las cuales están, de hecho, defendiendo sus medios de vida y el medio ambiente local contra la codicia empresarial. Es una lucha indispensable para proteger los bosques, las praderas, los pantanos, la diversidad biológica, los suelos, el agua y las personas, todos los cuales están siendo afectados por estos vastos monocultivos de árboles. Es, en suma, una lucha por la vida.

Amigos de la Tierra Internacional - Coalición Mundial por los Bosques - Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales

06 August 2008

Marcha de Silvicultores, Tuxtla Gtz., Chiapas


To: coinbio@googlegroups.com
Date: Wed, 6 Aug 2008 12:04:11 -0700 (PDT)
From: "Virginia Montes"
Subject: Manifestación de silvicultores en Chiapas

El 24 de Julio de 2008, hubo un
a Manifestación de silvicultores en Chiapas. Piden que la CONAFOR asigne con transparencia los apoyos económicos, que se prioricen dichos apoyos de acuerdo a la situación real del sector forestal de Chiapas y que corran a los funcionarios que dirigen la CONAFOR en Chiapas.

En resumen, se está viendo la necesidad urgente de abrir cauces reales de participación y democratización de la política forestal. Como ya hemos visto en otros casos, la falta de esos cauces, ha desatado acciones desesperadas en Chiapas y en otros lugares, que no son lo que desearían ni los propios demandantes y menos las autoridades de las que damandan atención.

Pueden ver el video haciendo click aquí.

Trabscribo la parte final del video:

Estamos demandando:

1. Que una comisión distinta al Comité PROARBOL, integrada con personal técnico calificado y una reconocida autoridad moral y una representacion de los silvicultores que suscribimos este docmento, revise de acuerdo a las Reglas de Operación cómo fueron califcadas las solicitudes.

2. Del dictámen de la Comisión las solicitudes que alcancen calificación se le asignen recursos de apoyo PROARBOL 2008.

3. Revisión, de acuerdo a la ley y Reglas de Operación, del funcionamiento y representatividad del Comité técnico PROABOL y de todos los comités de los diversos programas de la CONAFOR, demandando que exista una representación real de los silvicultores titulares de aprovechamientos forestales, artículo 112.

4. Que las reglas de operación se elaboren de acuerdo con la realidad económica, social y el patrimonio forestal del Estado de Chiapas.

5. Exigimos la destitución de las cabezas más visibles de la corrupción de la CONAFOR en Chiapas, que son el gerente Regional Angel Rivera Galván y el señor Diógenes Clemente Rodríguez.

Finalmente, afirmamos que corromper y perveritr de esta manera la actividad forestal, es un atentado a la sobrevivencia de la humanidad.


15 July 2008

Ley de Bosque Nativo: Ahora falta saber sobre la Reserva Las Vicuñas

El Morrocotudo, Chile, 15 Julio 2008
Por Sara Larraín

Tras 16 años de tramitación parlamentaria, incluyendo trabas de múltiple naturaleza, la Presidenta Bachelet ha promulgado la ley “corta” de bosque nativo, lo que significa gran alegría para los ciudadanos, sobre todo por el trabajo intenso que durante todos estos años desarrolló por la sociedad civil organizada para materializar esta normativa.

Aun así, debemos tener presente que esta ley fue enviada al Parlamento en abril de 1992 y que experimentó innombrables e innumerables modificaciones e indicaciones, muchas de ellas carentes de contenido relevante. A causa del trabajo de las organizaciones y las demandas ciudadanas por aprobar y poner en vigencia esta ley, en 2006 se acordó restringir su ámbito de acción y excluir así varios puntos de conflicto, a fin de jerarquizar a partir de los temas que sí generaban consenso. En consecuencia, tras las disposiciones más relevantes de la normativa hallamos posibilidades para los pequeños propietarios forestales de contar con bonificaciones por el manejo de bosque nativo. De este modo, es dable suponer que la normativa permita un significativo aporte social y ambiental, sobretodo en la zona sur de Chile.

El texto incorpora importantes resguardos al ambiente, como corredores de biodiversidad, protección del bosque aledaño a humedales, a sitios prioritarios para la biodiversidad y en áreas cercanas a glaciares. Asimismo, definió materias en torno a la intervención y protección en la cercanía de los distintos tipos de cursos de agua del país y en las pendientes superiores a 45% habrá que asociar estudios de suelo y métodos de intervención que no generen un impacto negativo a través de cables aéreos o extracción con helicópteros.

Sin embargo, el nuevo marco legal es evidentemente insuficiente para regular múltiples materias forestales pendientes, como el perfeccionamiento de instrumentos idóneos para la real conservación y protección del patrimonio natural terrestre de Chile. Así, de acuerdo a los compromisos del gobierno, la ciudadanía espera que prontamente la autoridad ingrese a trámite parlamentario los textos legales complementarios, a fin de regular la sustitución de bosque nativo. La relevancia de esto se relaciona con la situación actual del bosque esclerófilo de la zona central, materia que no fue considerada en esta ley.

De este modo, hoy procede apelar a la voluntad política de la Presidenta, para que disponga de una normativa específica que permita la protección de las áreas silvestres protegidas, públicas y privadas, puesto que se trata de patrimonio natural vulnerado en múltiples puntos del territorio. Éste es el caso de la Reserva Las Vicuñas, el Tatio, Los Cipreses y Puyehue.

La autora es Directora del Programa Chile Sustentable
comunicaciones@chilesustentable.net

02 July 2008

Nueva Ley de Bosques contribuye a mejorar gestión forestal en el país

ABN 30/06/2008
Caracas, Distrito Capital, Venezuela

Caracas, 30 Jun. ABN.- La nueva Ley de Bosques y Gestión Forestal, promulgada recientemente por el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, fomentará acciones sostenibles y armónicas orientadas a lograr un manejo adecuado de los bosques tropicales del país, indicó la directora de Bosques del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (Minamb), Olga Pérez.

Asimismo, manifestó que esta ley tiene como objetivo de afrontar los graves riesgos que conllevan su deforestación indiscriminada y la consiguiente pérdida de su biodiversidad, es un llamado que se hace a la comunidad del planeta, a propósito de la celebración del Día Internacional de los Bosques Tropicales.

“Nuestro territorio también padece una pérdida importante de bosques, que obedece en gran parte a las explotaciones ilegales de madera, así como también debido a las deforestaciones que ocurren por el cambio de uso de las tierras”, dijo Pérez.

Igualmente, señaló que esta iniciativa del Jefe de Estado refleja el nivel de importancia que el Estado le da a esta materia, a fin de orientarla hacia un nuevo modelo de desarrollo forestal, en el cual se promueve lo colectivo y no lo individual, abriendo un espacio para que las comunidades participen en el desarrollo de la gestión forestal.

“Lo importante de esta nueva ley es que no está basada en modelos económicos sino que promueve el uso sustentable, en donde -entre otras cosas- se establecen las bases para una estrategia ambiental y socio productiva en la reserva forestal de Ticoporo encaminada a su recuperación”, dijo.

A pesar de que la mitad de los bosques mundiales han desaparecido, y de que las áreas forestales con mayor biodiversidad están en peligro, es importante destacar que los bosques más amenazados en términos relativos no son los tropicales, como cabría pensar por la atención que prestan los medios de comunicación a los mismos, sino los bosques templados de Europa y Estados Unidos.

27 February 2008

Políticas contra la pérdida del recurso forestal

Atando cabos Políticas contra la pérdida del recurso forestal Actualmente, aún con la prohibición de cambios de uso de suelo forestal, ésta sigue siendo una práctica cotidiana. Debido a lo cual se hace cada vez más necesario instalar un gabinete ambiental donde se analicen las políticas del sector

Javier López Osorio
Cambio de Michoacán


Miércoles 27 de Febrero de 2008
No estoy en contra de la explotación forestal, sino del desorden.
Lázaro Cárdenas del Río

Primera de dos partes
En Michoacán, como en otros estados y países, han existido políticas de desarrollo aplicadas en áreas de ecosistemas forestales que han terminado en fracaso. En nuestro estado, que ahora nos importa, esos fracasos se representan finalmente en los altos índices de deforestación, cambio de uso del suelo, degradación de suelos, conflictos agrarios, pobreza, deterioro y migración de los pobladores rurales.

En tal sentido y haciendo un análisis de los fracasos de tantas políticas que se han tratado de aplicar, surge una lección básica: el problema de la degradación social y física del espacio forestal es consecuencia de la estructura social predominante y no tiene solución mediante fórmulas tecnocráticas y de mercado, sino a través de estrategias que contemplen la combinación, entre otros, de complejos factores culturales, políticos, sociales y económicos que influyen en una formación social determinada.

Ante este panorama es necesario desarrollar un marco que modifique los principales procesos negativos, especialmente los que generan degradación social y física de los espacios forestales, y el establecer bases para un adecuado y digno desarrollo de las comunidades que viven y/o dependen significativamente de los ecosistemas forestales.

Esto es, no podemos pensar la problemática forestal sólo desde un ángulo de atención, sino hacer una verdadera contextualización de todos los factores que interactúan para dar como resultado el estado de cosas presentes en el sector forestal. Se deben considerar políticas preferenciales y explícitas que actúen positivamente, que orienten el desarrollo integral de las áreas forestales. No olvidemos que actualmente las fuerzas del mercado tal cual se presentan hoy día son claramente atentatorias contra las áreas forestales.

En este contexto, asegura Nicolo Gligo en uno de sus escritos dirigidos a plantear el manejo de los bosques para el desarrollo humano, surgen dos orientaciones básicas para las políticas forestales. La primera se refiere a que el desarrollo se podrá lograr en la medida que se puedan hacer efectivas aquellas políticas que logren un desarrollo espacial equilibrado. Para ello deben considerarse prioritarias las políticas de desarrollo agropecuario y de asentamientos humanos.

La segunda orientación, dice Gligo, se relaciona con la necesidad de revertir la tendencia cada vez más fuerte de considerar al sector campesino sólo como un problema social. Esta forma de concebir al sector campesino influye en las autoridades que no son capaces de proyectar las áreas campesinas como un espacio donde la comunidad establece vínculos armónicos con su entorno. De esta forma, se desaprovecha el potencial productivo, se consumen los recursos naturales y se degrada culturalmente a la comunidad.

1. Las macropolíticas preferenciales básicas son dos: desarrollo comunitario y ordenamiento territorial.

a) Política de desarrollo de la comunidad. La búsqueda de respuestas al problema de la supervivencia y la calidad de vida del campesinado da lugar invariablemente a la interrogante sobre el futuro de las comunidades campesinas. Las políticas de desarrollo de la comunidad deberán comenzar por reconocer: la importancia del acervo cultural de cada comunidad, el significado de este acervo en las identidades nacionales, las especificidades propias de cada comunidad, las relaciones de éstas con su entorno, el bagaje de conocimientos técnicos que poseen, el reconocimiento de las diferentes formas de valorizar los recursos naturales y las distintas percepciones de su utilidad en cada caso. Políticas en descuido total en la entidad, que bajo lineamientos federales vienen propiciando limitados mecanismos de conservación, producción y comercialización, y con una óptica eminentemente mercantil, con paliativos como ProÁrbol y otros programas donde poca importancia tienen los aspectos de bienestar comunitario, colectivo. La atención es por parcela y propietario. Un trato parcializado, individualizado y mercantil. Salvo para no ser atacado de totalitarista, unos poquísimos programas como Coinbio y Procymaf con muchos pocos recursos comparados con otros como Prodefor. Y donde el estado poco puede opinar, además habría que agregar la drástica disminución del presupuesto destinado al sector forestal en Michoacán.

b) Política de ordenamiento territorial. La segunda gran macropolítica en que debe basarse el desarrollo de las comunidades en los ecosistemas forestales es la de ordenamiento del territorio. Este ordenamiento permite establecer pautas de uso de los ecosistemas según sus características más aptas. Es obvio que dado los conflictos y desarmonías presentes, el ordenamiento teórico siempre estará muy alejado de la realidad. No obstante, esta diferencia entre el uso actual y el uso potencial del territorio permitirá asignar prioridades a las acciones dirigidas a las comunidades campesinas y a las áreas de mayor conflicto. En general, es dable esperar que las áreas en que existen ecosistemas boscosos sean de alto grado de conflictividad, muchos de ellos en ascenso. Por ejemplo la Meseta, Oriente y Costa, donde los conflictos han producido ya decesos, además de una incontrolable pérdida del recurso forestal y el crecimiento de bandas dedicadas a la tala clandestina, muchas de las veces con la permisibilidad, al menos, de algunas autoridades federales, estatales y municipales.

También el ordenamiento permite determinar programas para la recuperación del bosque o la silvicultura como posibilidad real de desarrollo local y de alto beneficio e impacto social. No debemos soslayar que si bien para reactivar la economía se enarbola la construcción, para el área rural/forestal la recuperación del recurso actúa de igual manera.

La política de ordenamiento territorial permite establecer el uso potencial de los suelos en relación con su aptitud, sobre la base de la aplicación de niveles tecnológicos acordes con el desarrollo del estado, evitando, por ejemplo, la «aguacatización» o» agavización» de zonas extensas del territorio michoacano, que viene resultando en una degradación del recurso forestal y del suelo, una feroz competencia con prácticas desleales, sin olvidar la pérdida de control comunitario de muchas de estas tierras.

2. Políticas referentes a los procesos de deterioro

Para tener un enfoque realista, asegura Gligo, habría que considerar en primer lugar la necesidad de establecer políticas que frenen o modifiquen los principales procesos que inciden en el deterioro de los ecosistemas forestales y específicamente en la deforestación.

a) Política de fomento
La política de fomento para su explotación, está estrechamente vinculada con el problema de la deforestación, máxime si se considera que prácticamente todos los espacios de expansión de la frontera agropecuaria son forestales.
En casi todos los programas de fomento se pudo constatar que el planteamiento básico del posible éxito de las pequeñas empresas agrícolas se basaba en la explotación agropecuaria, para lo cual es necesario deforestar. Algunos programas se han establecido sobre la base de la conservación de un porcentaje del bosque y existen muy pocos que se proyectan considerando un manejo silvoagropastoril.

Para la inmensa mayoría, el bosque representa un recurso marginal que suministra madera para la construcción de las habitaciones, que proporciona leña como combustible para cocinar y, en algunos casos, la comercialización de la madera.

Por lo cual, asegura nuestro autor, los programas de colonización o de fomento deberían estar estrechamente vinculados con las estrategias de desarrollo del sector rural y con las políticas de desarrollo agropecuario. La intensificación y apoyos para la agricultura en áreas tradicionales y comerciales deberán constituirse en un factor que no incentive la ocupación de espacios forestados. Actualmente, aún con la prohibición de cambios de uso de suelo forestal, ésta sigue siendo una práctica cotidiana. Debido a lo cual se hace cada vez más necesario instalar un gabinete ambiental donde se analicen las políticas del sector, siendo un espacio de coordinación y cooperación de las instancias de gobierno dedicadas a normar, preservar y fortalecer el aprovechamiento racional de los recursos naturales en Michoacán.

20 April 2007

Deforestado, 90 por ciento de México: ONU

Milenio, México

Niveles son altísimos y afectan sobre todo al sureste

Enrique Leff, coordinador del PNUMA en el país, elogió la siembra de árboles pero, dijo, ella sola no resolverá todos los problemas ambientales.

17-Abril-07

El 90 por ciento de México está deforestado y en algunas áreas el deterioro es del 95 por ciento, señaló hoy en la capital del país el coordinador del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en México, Enrique Leff.
El representante de Naciones Unidas dijo que estos son niveles “altísimos de deforestación” tras presentar la programación especial de Fox Latin America Channels para contribuir con el plan del PNUMA “Plantemos para el planeta: Campaña de los mil millones de árboles”, que está previsto sembrar en los próximos diez años.
Recordó que el presidente Felipe Calderón se comprometió a plantar en este país a lo largo de su sexenio (2006-2012) 250 millones de árboles, y felicitó esta iniciativa confiando en que sirva de ejemplo a otros países.
Leff dijo que los estados mexicanos que deberían tener una atención prioritaria en esta campaña de reforestación son los situados al sureste del país, esto es Puebla, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Tabasco y Guerrero.
Aseguró que éstas son las zonas “más urgentes” para reforestar todo el trópico húmedo, “que ha sido tan deforestado y donde la deforestación tiene implicaciones ecosistémicas más importantes, porque los ecosistemas tropicales son los más frágiles”.
El funcionario del PNUMA explicó que en esas zonas, al perder su masa forestal, “los suelos se vuelven mucho más vulnerables, se desecan con más facilidad”, con lo que el daño ecológico es mayor.
Recordó que México se encuentra entre los países más deforestados del mundo, junto con Haití y El Salvador, y criticó que “todos los problemas ambientales no se van a solucionar con que se planten 250 millones de árboles”.
Señaló que no basta con poner árboles para revertir el cambio climático sino que “hay que emprender una diversidad de acciones que tienen que ver con las formas más generales de uso de la tierra, de todo el territorio nacional”.“¿De qué serviría plantar 250 millones de árboles si la agricultura sigue siendo insustentable, mientras nuestra estrategia energética no se oriente al uso de combustible y energías alternas renovables?”, se preguntó Leff.
Como retos impostergables citó la necesidad de una transición energética, de un cambio en las formas de producción y consumo, el de crear una agricultura realmente sustentable, y tener un sistema de áreas protegidas.“No podemos estar protegiendo un cinco por ciento de territorio mientras el 95 por ciento sigue prácticas insustentables”, añadió.
“Los índices han bajado porque queda menos por deforestar y porque hay más conciencia de proteger reservas de biodiversidad; han bajado en un momento donde ya estamos muy cerca de un límite de deforestación”, concluyó Leff.

Cifras desoladoras
Conforme a estimaciones de la FAO, unos 4 mil millones de hectáreas de bosques cubren 30 por ciento de la superficie terrestre.
El informe que presentó en marzo la agencia de la ONU dice que en 2006 el mundo redujo a 7.3 millones de hectáreas la pérdida anual neta de superficie forestal.Entre 1990 y 2005 la pérdida de superficie total fue de tres por ciento, es decir, una media de 0.22 por ciento anual.
Indonesia, México, Papúa Nueva Guinea y Brasil, entre los países con las mayores áreas boscosas sin acción del hombre, fueron los que sufrieron mayores pérdidas entre 2000 y 2005.

México/EFE