Actualizado viernes 30/01/2009 09:26 horas
Los naturalistas de otras épocas se quedarían boquiabiertos al ver lo que las nuevas tecnologías pueden aportar al estudio del medio. Una herramienta como internet ha revolucionado la manera de almacenar datos y de comunicar hallazgos entre los expertos y aficionados a observar la vida silvestre.
Ahora que se está celebrando el Año Darwin, es oportuno recordar el tiempo que le podía llevar al sabio británico intercambiar impresiones con sus colegas. Hacer llegar a Gran Bretaña un fósil rescatado durante sus viajes le costaba meses. El mismo tiempo que le llegaba a suponer tener acceso a las publicaciones de otros científicos o intercambiar impresiones por vía epistolar.
Era el siglo XIX. Hoy, con un simple golpe de ratón, todo un universo se abre ante los ojos de los investigadores. Es lo que está ocurriendo en España con el portal www.biodiversidadvirtual.com, una web que se ha convertido ya en una gigantesca enciclopedia digital sobre la fauna y la flora de la Península Ibérica. Y todo ello como fruto de la iniciativa particular.
Sin tener apoyo institucional alguno y gracias tan sólo a las redes sociales de internet, es decir, a la movilización de personas con los mismos intereses, miles de expertos y aficionados están día a día cartografiando la biodiversidad, volcando fotografías, clasificando especies y empleando la base de datos para ampliar estudios sobre la fauna y flora o sobre el cambio climático y su influencia sobre la fauna y la flora.
Lo explica Antonio Ordoñez, un madrileño de 38 años que puso en marcha el proyecto allá hacia el 2001: «Fotógrafos, científicos y cualquier aficionado a la naturaleza que se acerca al campo y toma fotografías puede colaborar en la construcción de este proyecto».
Son ya más de 70.000 imágenes digitales las que han subido a la web los usuarios de la página, que ya sobrepasan los 1.200. Además de ellos, participan en el proyecto, siempre de forma desinteresada, hasta 150 expertos de diversas ramas de la Biología.
Consultas a expertos
Y ahí es donde radica lo extraordinario de la herramienta. Cualquier amante de la naturaleza afiliado a la red social puede subir la foto de una especie a la web, tanto para mostrarla si es que la conoce, como para solicitar que alguien la clasifique si es extraña para él. Y los expertos no sólo responden a la petición, sino que, además, se sirven del material.
Como explica Ordóñez, todas las fotos están geodiferenciadas, es decir, que incluyen datos sobre latitud, longitud y altitud, además del día y la hora en que se tomaron. Y es que, hasta los últimos modelos baratos de cámaras digitales compactas ya empiezan a incluir esa aplicación.
Eso está permitiendo que los investigadores tomen las fotografías volcadas en biodiversidadvirtual.com como herramienta de trabajo científica. «Saber fehacientemente que determinada mariposa está volando tal día del año en tal lugar y a tal altura puede tener una gran importancia para aquellos que estudian la fenología».
La fenología es esa rama que se dedica a estudiar el comportamiento de las especies y su distribución. Hasta ahora, ese saber dependía de las observaciones de especialistas, acumuladas en los socorridos cuadernos de campo. Ahora, con el auge de la actividades de ocio al aire libre y con el boom y abaratamiento de la fotografía digital, hay un ejército de aficionados recorriendo el campo y tomando imágenes y, por tanto, datos, de plantas, insectos, mamíferos, aves...
Ordóñez afirma que hay expertos que están usando fotografías de la web para completar sus estudios sobre el cambio climático y su influencia sobre las especies en España. Día tras día, con el tesón de los aficionados, la web va acumulando ese archivo histórico de la biodiversidad, una suerte de borgiana enciclopedia délfica de la vida silvestre española.